http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2013/03/12/apocalipsis-antibioticos-es-una-amenaza-mas-grave-que-el-cambio-climatico-116654/
La elevada prescripción médica de antibióticos, su consumo
irresponsable por parte de la población y su utilización en las granjas
para acelerar el engorde de los animales, son las principales causas de la resistencia genética que estamos desarrollando a estos medicamentos.
Las autoridades sanitarias británicas y norteamericanas han alertado
sobre esta "catastrófica amenaza”, cuyas consecuencias económicas y
riesgos para la salud a medio plazo se han comparado con el terrorismo
bacteriológico y el cambio climático. El último informe anual sobre el sistema sanitario británico, presentado ayer por la directora general de Salud Sally Davies,
se ha centrado íntegramente en el riesgo sanitario para la población y
los problemas financieros para el sistema nacional de Salud que supone
la creciente resistencia de los microorganismos a los fármacos. Un
problema que está detrás del incremento de las infecciones
hospitalarias, con especial incidencia de bacterias como la E. coli o la
Klebesiella. Otras menos frecuentes hasta la fecha, pero que ya se
conocen como superbacterias (NDM-1, MRSA, MDRTB, C diff), están llamadas
a convertir en intratables ciertas infecciones comunes. El pasado año
fallecieron 5.000 británicos por infecciones hospitalarias, aunque solo
la mitad fueron causadas por bacterias resistentes a los medicamentos. En el texto se incluye una serie de medidas urgentes como son la restricción de las prescripciones masivas de antibióticos y la inversión en I+D
para desarrollar una nueva generación de antibióticos. "Si no
gestionamos bien esta amenaza, en dos décadas tendremos un sistema de
salud similar al que teníamos a principios del siglo XIX porque una
simple operación de cirugía menor provocará infecciones incurables que
causarán la muerte de los pacientes”, advirtió Davies. Partenariado público-privado para el desarrollo de fármacos La directora general británica de Salud no solo ha querido poner este problema sobre la mesa del primer ministro David Cameron para que se coordinen diferentes ministerios, sino que también hizo un llamamiento a la comunidad internacional: "Tenemos que reaccionar con celeridad y empezar por elaborar un registro con los principales riesgos
para determinar cómo combatirlos”. Una estrategia en la que debe ocupar
un lugar central la industria farmacéutica, que no ha presentado nuevos
avances científicos relacionados con los antibióticos desde 1987.Las denominadas superbacterias convertirán en intratables las infecciones comunes La
razón del inmovilismo de las compañías farmacéuticas no es otra que la
económica. La propia directora general de Salud reconoce que actualmente no hay la suficiente demanda ni mercado para desarrollar nuevos antibióticos.
"Estos fármacos se consumen menos porque se limitan a los tratamientos
de pocos días, mientras que los fármacos para tratar la presión
arterial, por ejemplo, se utilizan durante toda la vida, por lo que la
industria prefiere orientar su I+D hacia este tipo de medicamentos”,
apunta la británica. Para hacer frente a las reticencias
de la industria, Davies propone impulsar una colaboración
público-privada, aunque no descarta la posibilidad de que finalmente
"debamos desarrollar nuevos tipos de antibióticos de forma 100%
pública”. Como ejemplo a seguir ha citado la Iniciativa de Medicamentos
Innovadores (IMI); un programa con capital público y privado impulsado por la UE y la Federación de las Industrias y Asociaciones Farmacéuticas
(EFPIA). Con más de 2.000 millones de euros de presupuesto, sus
principales objetivos son fomentar los nuevos descubrimientos
farmacológicos de forma ágil, desarrollar mejores medicamentos para los
pacientes y propiciar la competitividad en Europa, asegurando así que el
sector biofarmacéutico sea dinámico y cuente con la tecnología
necesaria para ello. Uso descontrolado de fármacos en la industria alimentaria La
resistencia a los antibióticos y la trasmisión de enfermedades
infecciosas se ha convertido en los últimos años en uno de los
principales quebraderos de cabeza de la Society for General
Microbiology. Numerosos estudios científicos llevan años analizando el
desarrollo de patógenos resistentes a los antibióticos. Muchos de ellos
han asociado este fenómeno con el uso descontrolado de estos fármacos en
el ganado, tanto para tratar enfermedades como para acelerar su crecimiento.Si
no gestionamos bien esta amenaza, en dos décadas tendremos un sistema
de salud similar al que teníamos a principios del siglo XIX Una de las investigaciones más recientes fue publicada el pasado mes de febrero en la prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). En el estudio, titulado Diverse and abundant antibiotic resistance genes in Chinese swine farms, se
concluía que "el uso de antibióticos en granjas está asociado
directamente con la transferencia de bacterias resistentes a los mismos
de animales a humanos”. La abundancia de los denominados ARG (genes
resistentes a antibióticos) "aumenta la probabilidad estadística de que
se dispersen, surjan nuevas mutaciones y se produzca una transferencia
horizontal en el ambiente”, añade el estudio. Y es que solo en EEUU, la industria alimentaria está empleando el 73% de los antibióticos que se comercializan en el país. La especialista en enfermedades infecciosas y profesora en Dartmouth's Geisel School of Medicine Jessica Lahey
lleva años alertando sobre las consecuencias del consumo indiscriminado
de antibióticos, principalmente por parte de los niños. Es por eso que
apela a la responsabilidad no solo de médicos, sino de los padres que intentan curar los resfriados de sus hijos con antibióticos, cuando "la mayoría de ellos no son causados por virus”. Pautas básicas para no sobremedicar a los niños A
la larga, "se produce un daño enorme para la salud”, mientras el número
de enfermedades infecciosas resistentes a los fármacos va en aumento, especialmente las de trasmisión sexual.
Para evitar el consumo innecesario de antibióticos, Lahey propone
cuatro pautas básicas que los padres deberían tener siempre en cuenta
para proteger a sus hijos. -Los antibióticos no están indicados para tratar resfriados o bronquitis, aunque duren más de dos semanas. En estos casos no se deben consumir, a no ser que existan indicios de neumonía. -Las infecciones de oído y la sinusitis
no siempre requieren un tratamiento a base de estos fármacos. Hay que
insistir al médico para que se asegure de la gravedad de los síntomas
antes de prescribir antibióticos. -Las neumonías,
que sí deben tratarse con antibióticos, no siempre se diagnostican
adecuadamente. La simple exploración física no basta, por lo que se debe
pedir siempre una radiografía de tórax para determinar realmente si se
trata de una neumonía antes de tomar antobióticos. -Finalmente,
y siempre que el pediatra o especialista recete antibióticos al niño,
hay que preguntarle el porqué de dicha prescripción. |