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26 de febrero de 2012 El
colaborador de la Escuela de Meteorología de Belgrado, ingeniero en
meteorología Milan Starcevic, dijo en entrevista a esta radio emisora
que la causa de la ola de frió que ha azotado a Serbia y Europa es una
tormenta solar, la cual se produjo debido a una explosión en el sol. Con
el ha conversado Jelica Tapuskovic. Las
explosiones en el sol son fenómenos habituales, sin las cuales no podría
subsistir el mundo viviente en nuestro planeta. Todas estas erupciones,
por destructivas que sean, tiene sus efectos positivos, y dependiendo
de la fuerza de la erupción, varía la cantidad de las precipitaciones en
la Tierra, la aparición de vientos, etc. Por otra parte, esas
erupciones pueden provocar terremotos, tormentas, tornados y otros
fenómenos naturales negativos. Según ha explicado el ingeniero de
meteorología Milan Stravevic, la magnitud de la erupción influye en el
clima, es decir, cuanto más grande es la erupción en el período
invernal, el invierno es tanto más frió, o bien la temporada de verano
tiene más lluvias. "Hasta ahora, nos
enseñaban que la lluvia se crea debido a la condensación. El agua se
evapora, sube al cielo, donde se condensa y se transforma de nuevo en
agua. Esa definición la dio Aristóteles en el siglo IV antes de la nueva
era, pero, él no sabía en la lluvia no se genera en absoluto por medio
de la condensación, sino al nivel atómico, por medio de la valencia
electrónica. Las comunicaciones vía satélite y los satélites
científicos lo muestran claramente. Cuando desde el sol llega una gran
cantidad de oxígeno e hidrógeno, nosotros en la Tierra tenemos nubes y
precipitaciones. Cuando esto no se produce, no hay precipitaciones. Esto
se refiere también a los terremotos. Cuando hay erupciones de
magnitudes extremas, siempre hay terremotos”, dijo Stevancevic. Nuestro
interlocutor, quien es el iniciador de la metodología solar en Serbia,
dice que toda erupción en el sol provoca radiaciones protónicas, que al
llegar a la atmósfera causan la ionización. En el período de las
radiaciones ionizantes habría que evitar la estadía a cielo abierto,
porque es nociva para la salud. Por ejemplo, la tormenta solar ocurrida a
fines de enero, provocó una radiación ionizadora, que en el lapso de 15
minutos despidió una dosis de radiación de una fuerza equivalente a
cinco radiografias de rayos roentgen. Esto es negativo porque el
organismo humano debe recibir tal cantidad de radiación sólo una vez en
todo un año calendarico, por lo cual habría que esperar malestares
fisiológicos no sólo en los enfermos crónicos, sino también en la gente
joven. Con todo, dice Starcevic, la llegada de la ola ionizadora puede
preverse, y por consiguiente, evitar la ionización indeseada de la gente
y de los seres vivientes en la Tierra. Él destaca, que es una suerte
que encima de la Península Balcánica en el momento de la llegada de esta
ola de radiación, el 28 de enero, había un gruesa capa de nubes, la
cual absorbe gran cantidad de la energía que llega del Sol. Starcevic
recalcó que con las partículas protónicas que se aglutinaron y crearon
precipitaciones de nieve, llego también una gran cantidad de elementos
químicos – hierro, nitrógeno, magnesio, fósforo, que han fertilizado la
tierra y cuyo efecto positivo se va a dejar sentir cuando la nieve se
derrita. |