http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/01/130111_video_trailer_refugio_zombis_pea.shtml
El día del holocausto zombi, cuando un extraño virus
se haya multiplicado por las ciudades y miles de seres autómatas busquen
desesperadamente carne humana, él seguramente estará a salvo en su
búnker. En Cánoves y Samalús, un pueblo de la provincia
de Barcelona, Dani Baró construyó un refugio antizombis con paredes de
tres metros de grosor, puertas de 300 kilos, zonas de cuarentena para
los que hayan sido mordidos y un perimetro de varillas afiladas para
ensartar los cráneos de los zombis que intenten entrar, entre otras
medidas de seguridad. El
búnker, para muchos el primero de su estilo, no sólo ha provocado
sorpresa entre sus vecinos, sino también una cascada de seguidores en el
blog donde su creador comenta los pasos constructivos (más de 100.000
en sus primeros días). "Entre seis y 12 personas podrían vivir durante
un año en el búnker si se produjera un ataque zombi. El búnker cuenta
con alimentos, baños, primeros auxilios y puede funcionar sin
electricidad", le explica Baró a BBC Mundo. "Pero la idea no es sólo quedarse allí y esperar
la muerte. Hay cámaras para monitorear el exterior. Tenemos un vehículo
antizombi para hacer expediciones". "Devorador""Entre seis y 12 personas podrían vivir durante un año en el búnker si se produjera un ataque zombi"
La posibilidad de una pandemia viral ha saltado
de las películas de terror a detallados tratados como la "Guía de
Supervivencia Zombi" -donde se explican los pasos a seguir- o la novela "World War Z",
ambos del estadounidense Max Brooks, donde un virus, Solanum, que se
contagia a través de mordeduras, se instala en el cerebro de las
víctimas y desata la locura zombi.
Aunque sus vecinos comiencen a mirarlo de forma
extraña, Baró no tiene los ojos inyectados de sangre como los
contaminados con el virus Solanum. Eso sí, admite ser un devorador de
películas zombi y de terror. "No creo que exista una amenaza que acabe con el
mundo y menos zombi aunque muchos sí lo creen. Lo mío es un hobbie,
frikismo (extravagancia) puro. Donde está el búnker ya existía un
aljibe, un depósito subterráneo que fue el embrión del proyecto. Montar
un búnker antinuclear era más complicado que construir uno a prueba de
zombis que, básicamente, consiste en reforzarlo mucho", detalla el
constructor. Dani, que tiene una empresa de servicios
agrícolas, además le ha instalado toques personales a su búnker como un
tobogán que conduce a un crematorio y un aspersor con el que riega las
plantas, que expulsa una lluvia de ácido clorhídrico para derretir el
cerebro de los zombis, su punto vulnerable. ¿Qué hacer ante una amenaza zombi?En su "Guía de Supervivencia Zombi", Brooks
recomienda la construcción de búnkers; de hecho, los subraya como uno de
los lugares más seguros en un brote mundial junto con las plataformas
petrolíferas, las cárceles o las instalaciones militares. "Si se produjera un brote zombi, las
posibilidades se supervivencia son pocas. También depende de los zombis,
los hay rápidos, lentos, con poderes sobrehumanos. Enfrentarte a ellos
es muy complicado, lo mejor es buscar un refugio seguro y aguantar",
detalla Baró. En la guía, como en páginas especializadas, se
recuerdan principios básicos: correr, evitar todo contacto con los
zombis, atacar sus cabezas donde se instala el virus (bates, catanas o
fusiles de asalto son recomendables, se descarta la legendaria
motosierra de las películas por poco práctica), amputar la zona que ha
sido mordida y aislar a los infectados. En teoría, los zombis comenzarían a morir al
cabo de un par de años por el deterioro de la carne. En la novela "World
War Z" que comienza con un infectado en China, la guerra mundial contra
los zombis dura diez años. En el caso del búnker antizombis de Baró, la
amenaza real es que la alcaldía de su pueblo termine derribándolo por
inclumpir la normativa urbanística. DocumentalEl caso motivó el documental "L'Ultim Refugi" ("El último refugio") de Solanumfilms.cat,
en el que se cuentan los detalles de la construcción del búnker que
encendió la alarma de la administración local ante la posibilidad de que
otros vecinos inicien proyectos parecidos.
"Con todos mis respetos yo no sabía que existía
este pueblo, Cánoves, hasta que supe del búnker. Yo lo declararía zona
protegida y haría visitas turísticas al lugar", comenta el escritor y
guionista Hernan Migoya, autor del libro "Una, grande y zombie". Baró,
por su parte, espera el final. "He pensado en traer ejecutivos estresados que
buscan sensaciones nuevas e incluso simular un ataque zombi. No creo en
los zombis pero en muchos sentidos hemos construido una sociedad
zombizada", comenta en el documental. Quizás por eso a los zombis, esos seres putrefactos y sanguinolentos que nunca mueren en las películas, no les tiene miedo. "Cuando sueño con zombis me despierto contento,
pletórico porque acabo con ellos. Le tengo más miedo a cosas reales", le
comenta a BBC Mundo. |