Nota de ronin: ya lo publicamos hace 2 dias, pero el tema es muy alarmante. mas de lo que parece. Aqui otra aportacion interesante:
http://crashoil.blogspot.com.es/2013/05/un-ano-sin-verano.html
Queridos lectores,
Hace
pocos días tuve la ocasión de encontrarme con varios investigadores
españoles con ocasión de la lectura de una tesis en la que, ellos y yo,
formábamos parte del tribunal de evaluación. Durante la cena del día
anterior a la lectura tuve una curiosa conversación.
- La probabilidad de que este año sea un año sin verano es ahora mismo del 75%
Quien
así hablaba no era un bocazas desinformado, sino uno de los
responsables de un servicio meteorológico autonómico de España.
-
MétéoFrance y MetOffice dan esta previsión; los americanos aún no lo
ven claro, sus modelos están indecisos. El caso es que el Jet Stream
está cambiando.
Efectivamente, parece que la Corriente de Chorro
polar está cambiando. Esta corriente es responsable de mantener un
clima templado y relativamente húmedo en Europa, y también tiene otros
efectos en los EE.UU. Algunas de las figuras que usaré más abajo, así
como una excelente explicación de qué está pasando, puede encontrarse en
la web de Skeptical Science, concretamente en el artículo "A Rough Guide to the Jet Stream: what it is, how it works and how it is responding to enhanced Arctic warming".
Normalmente
esta corriente atmosférica desarrolla unos meandros ondulantes
moderados. Sin embargo, los meandros que se están desarrollando son más
grandes: se internan mucho más hacia el sur, y su velocidad de fase (a
qué velocidad se desplazan estas ondas a lo largo de la corriente de
chorro) es mucho menor. La siguiente figura muestra las dos posibles
situaciones: la normal (línea roja, marcada como "zonal flow") y la que
se está desarrollando ahora (línea naranja, etiquetada como "meridional
flow").
Parece
que la razón por la que pasa esto es por la disminución del gradiente
meridional de temperaturas, es decir, que la diferencia de temperaturas
entre el Ecuador y el Polo Norte ha disminuido, fruto del rápido
calentamiento de éste último. Hasta ahora el Ecuador era mucho más
caliente que el Polo Norte y la corriente de chorro era vigorosa y con
meandros pequeños. En la actualidad el Ecuador se ha calentado un poco
pero el Polo Norte se ha calentado mucho. Por supuesto el Polo Norte
sigue siendo mucho más frío que el Ecuador, pero por menos grados
centígrados que antes; como consecuencia, la corriente de chorro se hace
más perezosa, con divagaciones amplias y propagándose más lentamente.
En ocasiones, incluso, el progreso de las ondas se detiene, y según si
estamos en un valle o en una cresta de la ondulación tenemos un influjo
continuado y durante días de aire tropical o de aire polar. Eso es lo
que estaría causando la situación actual.
Cuando
los meteorólogos dicen que hay un 75% de probabilidades de que este año
no haya verano lo que dicen es que, de acuerdo con sus modelos, el 75%
de las configuraciones que prueban llevan a una situación donde el
verano es fresco, con frecuentes bloqueos de aire frío alternados con
otros bloqueos de aire caliente. Los modelos tienen muchas
aproximaciones y tampoco conocemos todos los datos de entrada para
alimentarlos, con lo cual la incertidumbre está servida y por eso se
prueban diferentes configuraciones. En todo caso, lo que sí que se está
observando es que la corriente de chorro va mucho más al sur ahora
mismo.
¿Y cuánto más va a durar esto? Como saben, en el Ártico el deshielo avanza rápido e imparable:
Y
en Groenlandia en Julio pasado la práctica totalidad de la capa
superficial de hielo (unos pocos centímetros) se fundió durante 4 días:
Por
tanto la cuestión ya no es si este año no tendrá verano o no; la
cuestión es que el riesgo de no tener verano en Europa será permanente
desde ahora hasta que el hielo del Ártico se funda por completo, y quizá
durante unos años más, hasta que se estabilice una nueva situación que
no tiene por qué ser igual que la anterior. En definitiva, que no es el
que el clima vaya a cambiar: es que ya ha cambiado, y no sabemos lo que
nos espera. Y si se preguntan cuándo se acabará de fundir el hielo
ártico, las estimaciones actuales apuntan a que será en algún verano de
aquí a 2020... El futuro fue ayer: hemos llegado a la era de las consecuencias.
A
cambio de su información sobre este nuevo problema climático yo le
expliqué a mi interlocutor lo que es el Peak Oil y sus consecuencias, de
las que nada sabía el pobre. En suma: que le di la cena.
-
Eso es mucho peor que el cambio climático - me dijo al final- ¿para qué
preocuparnos por el cambio climático si podemos acabar antes en Mad
Max?
-
¿Antes? - contesté yo- Qué va: al tiempo. El gran problema que tenemos
es que tendremos que hacer frente a una grave disrupción climática justo
en el momento en que tendremos menos recursos. La gente cree que vamos
hacia una guerra, y quizá tienen razón, pero no han identificado
correctamente el objetivo. No vamos a la guerra contra otros humanos,
sino contra el clima.
Por
si acaso se lo preguntan, el cuadro con el que abro el post tiene
bastante conexión con el tema que se discute hoy. La última vez que hubo
un año sin verano fue en 1816.
En aquel entonces, la causa de esa falta de verano fue la reducción de
las temperaturas globales debido a la proyección de cenizas volcánicas a
gran altura que apantallaron la radiación solar en todo el globo (un
efecto similar a un invierno nuclear
pero a menor escala). Se ve que varias erupciones volcánicas de
importancia tuvieron lugar durante los años anteriores a 1816, y fueron
culminadas por la erupción del monte Tambora en 1815, en una explosión
devastadora. La presencia de cenizas volcánicas por toda la atmósfera
terrestre causó unos atardeceres mortecinos de característico color
ámbar, como los que ilustra el cuadro de Turner. Sólo que ahora el
mecanismo es diferente: la luz de Sol no está siendo apantallada, sino
que la circulación general de la atmósfera está cambiando. Y el cambio
está entrando en una fase de aceleración.
¿Qué
impacto tendrá los nuevos años sin verano? Con frío y sin Sol el trigo y
demás cereales no pueden crecer; incluso, algunas cosechas se pueden
arruinar por la alternancia entre semanas secas y cálidas y semanas
frías y lluviosas. En 1816 el fracaso de las cosechas en Europa causó
hambrunas y revueltas. En cuanto a los EE.UU., se cree que el desvío de
la corriente de chorro hacia el Sur en torno a 1930 fue una de las
causas de la Dust Bowl
("tazón de polvo"), la sequía extrema que arrasó las llanuras
centrales. Recuerden que el verano pasado fue justamente muy árido en
los EE.UU., lo que invita a pensar que está volviendo a pasar:
Estamos
acostumbrados a pensar que en el opulento Occidente no nos va a faltar
comida; quizá tendremos que esperar a dos o tres años sin verano en
Europa y con sequía en los EE.UU. para ver qué equivocados estamos, a
ver si podemos pagar con iPhones los camiones de grano que
necesitaremos. Si al final las peores previsiones se cumplen las Guerras del Hambre
estarán a la vuelta de la esquina. Incluso algunos de los pocos que
comprenden la magnitud del problema creen que estamos destruyendo el
planeta. Ilusos y soberbios: en realidad, estamos destruyendo nuestro
hábitat, solamente.
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