En una conferencia en el marco del X Aniversario de Expomanagement,
el economista, famoso por sus sombrías previsiones antes de la crisis de
2008, incidió en que el problema de España que está intentando
despalancar al mismo tiempo el sector privado, lo que supone menos
consumo y menos inversión, y el sector público, por lo que está entrando
en un "círculo vicioso".
En su opinión, España está haciendo lo contrario a lo que se debe
hacer para desapalancar el sector privado, lo que ha llevado a una mayor
contracción del crédito y a que la situación del sector bancario
español es "peor". Así, defendió que en esta situación lo adecuado sería
la aplicación de más medidas de estímulo, una flexibilización de la
política monetaria y retrasar la consolidación fiscal.
En este sentido, Roubini explicó que la mejor forma de reducir el
endeudamiento es con crecimiento económico, pero reconoció que en el
caso de la eurozona esto no es posible, por lo que la única solución
pasa en algunos casos por la reestructuración de la deuda de hogares,
empresas bancos o incluso gobiernos, aunque reconoció que esto provocará
otros daños colaterales.
En este sentido, incidió en que si los ciudadanos están demasiado
endeudados, esto va a lastrar el consumo y el crecimiento. En concreto,
incidió en que el sistema de concesión de hipotecas en España, que no
permite la dación en pago, es una "trampa mortal", ya que "si estás toda
la vida en la cárcel para pagar la hipoteca, no vas a poder gastar y
consumir y eso va a ser peor".
Roubini aclara que él no está en contra de la consolidación fiscal,
ya que en algunos países hay un déficit tan elevado que "no hay más
remedio que reducirlo", pero criticó el escaso margen de tiempo que se
está dando a los países de Europa. "Hacen falta austeridad y reformas,
pero acelerar estos cambios empeora la recesión", advirtió.
A este respecto, subrayó que imponer austeridad cuando no hay
crecimiento económico lleva al "desastre", e incidió en que España es un
ejemplo claro de este empeoramiento de la eurozona.
España, en la eurozona
Por otro lado, Roubini recordó que todos los países de la eurozona
forman parte del mismo barco, por lo que "o reman todos juntos o se
hunden todos juntos", y defendió que España "tiene todavía una
posibilidad de sobrevivir dentro de la eurozona", siempre y cuando los
europeos "hagan algo" para evitar el "desastre" que supondría que
empezaran a salir países de la periferia.
Por el contrario, apuntó que no tiene sentido dejar que Grecia siga
formando parte de la eurozona y consideró que en vez de dejar que "se
pudra, se deprima y explote", se debería preparar un plan para una
salida ordenada de la unión mometaria y evitar así el contagio a otros
países.
En su opinión, el ajuste de las economías dentro de la unión
monetaria, aunque de distinto tipo, tiene que ser más simétrico y no se
debe centrar solo en los países de la periferia, ya que de lo contrario
Europa entrará en un círculo vicioso y al final se producirá un
"colapso".
En su opinión, Alemania tiene que adoptar medidas para animar a sus
ciudadanos a consumir o subir las salarios, así como aceptar una
inflación más alta durante un tiempo, ya que el núcleo de la eurozona
tiene que acometer iniciativas que potencien el crecimiento para ayudar a
los periféricos.
Al mismo tiempo, también señaló que, pese a que se ha detectado en
Alemania "una fatiga del rescate", en referencia a la cantidad de dinero
destinado por el país a ayudar a sus socios europeos con problemas,
cada vez más gente en Alemania se ha dado cuenta de que su éxito depende
de una Europa fuerte, ya que es el destino de la mayoría de sus
exportaciones.
Riesgo de "tormenta perfecta"
Asimismo, Roubini insistió en su idea de que si no se adoptan medidas
la economía mundial podría enfrentarse a una "tormenta perfecta" en la
que una salida de Grecia de la eurozona se contagie a España, Portugal e
Italia, Estados Unidos entre en una doble recesión, caiga bruscamente
el crecimiento de China y se produzca una guerra en Irán.
Por ello, instió a los políticos europeso a coordinarse y lograr una
mayor unión financiera y fiscal para lograr que ese "experimento" que es
la eurozona tenga éxito", ya que una desintegración de la eurozona
sería "negativa" para Europa y para toda la economía mundial.
Asimismo, subrayó la importancia de recuperar la demanda, los
ingresos, el empleo y la confianza, porque la inestabilidad financiera y
económica lleva a la inestabilidad política y social, y esto podría
crear a su vez "problemas muy feos" que pueden ser cada vez peores.
De hecho, advirtió del auge de formaciones políticas de extrema
derecha y de extrema izquierda en las últimas elecciones celebradas en
Europa, pero descartó totalmente que los problemas económicos actuales
puedan derivar en una Tercera Guerra Mundial.