M. Llamas 2011-10-26
Desde que estalló la crisis de deuda en la zona euro y tras el primer
rescate de Grecia en mayo de 2010, la fuga de capitales helenos ha ido in crescendo
ante el temor de quiebra y salida del euro del país. Los depósitos de
empresas y particulares han bajado un 10,2% desde comienzos de año (unos
21.000 millones), y un 20,5% desde enero de 2010 (unos 49.000
millones). Otras estimaciones hablan de una fuga de capitales próxima a los 200.000 millones de euros desde 2008, ubicados en plazas más seguras como, por ejemplo, Suiza.
Independientemente de la cifra, lo relevante es que la fuga de depósitos no cesa y,
de hecho, se está acelerando. Hasta el momento, estas transferencias
estaban siendo protagonizadas, básicamente, por los griegos más
acaudalados, vía transferencias a través de Chipre o mediante sus
sociedades ubicadas en el extranjero. Ante esta situación, Atenas está
negociando con las autoridades suizas un nuevo acuerdo fiscal a fin de recuperar parte de este dinero.
Sin embargo, el pánico financiero, que comenzó hace meses, se ha ido
agravando poco a poco hasta alcanzar tintes mucho más preocupantes en la
actualidad. Así, desde que ondea sobre Grecia la posibilidad de aplicar
una quita próxima al 50% sobre la deuda pública, los
pequeños ahorradores han comenzado a agolparse a las puertas de sus
sucursales para retirar sus depósitos. El periódico alemán Bild ejemplifica esta situación:
Lunes por la mañana, 7.40 horas en el ateniense barrio Agia Paraskevi.
Los periodistas somos testigos de cómo una hilera serpenteante de
griegos espera frente a una sucursal del Banco Nacional de Grecia [...]
Vengo aquí para recoger inmediatamente mi pensión de 300 euros. Quién
sabe qué puede pasar hoy. Mi dinero está a salvo sólo cuando está en
casa [...]
El jefe de una sucursal bancaria de Atenas señala al Bild: "En mi
oficina hay un total de 5.000 clientes, 2.500 de los cuales quieren
disponer de su dinero para transferirlo al extranjero o guardarlo en su
casa. Hay casos en que la gente sale del banco con 300.000 euros en una
bolsa. Si esto continúa, pronto no habrá más dinero.
El miedo es lógico si se tiene en cuenta los que supondrá para la banca
griega aplicar una quita del 50% o 60% sobre sus bonos. Muchas
entidades se convertirán, simplemente, en insolventes. La banca helena acumula en sus balances casi el 20% de la deuda gubernamental, casi 60.000 millones. El Banco Nacional de Grecia es, precisamente, el más expuesto, con cerca de 13.000 millones en bonos.
La banca griega se ha despeñado en Bolsa en las últimas jornadas. Y es
que, una vez que se aplique dicha quita, todavía está por ver cómo se
mantendrá en pie su sistema financiero. La idea de Bruselas consiste en
condonar cerca del 50% de la deuda griega y evitar el colapso del país
a través del segundo plan de rescate acordado el pasado julio. Es
decir, una especie de quiebra ordenada dentro de la zona euro inyectando
fondos internacionales tanto a Atenas como a sus bancos para evitar la
salida del euro.
Pese a ello, los griegos desconfían cada vez más del plan de rescate, y ante la posibilidad de regreso al dracma (cuyo valor sería, como mínimo, un 50% inferior al actual euro), prefieren poner su dinero a buen recaudo.
Ante esta situación, el responsable del Fondo de Estabilidad Financiera de Grecia, Panayotis Thomopoulos, se ha visto obligado este miércoles a hacer un llamamiento a la calma, asegurando que los depósitos de los griegos están garantizados. Según Atenas, los bancos no están en riesgo, ya que el Estado está dispuesto a recapitalizar a las entidades afectadas
por la reestructuración de la deuda: "El capital que será proporcionado
a los bancos a través del Fondo [estatal] significa que los
depositantes deben sentirse seguros. Esto debería despejar el temor que
existe en la actualidad acerca de los depósitos", añadió Thomopoulos,
tras reiterar que, en todo caso, la UE cuidará por el buen
funcionamiento del sistema bancario.
Efecto de la quita sobre las pensiones
Pero la quita no sólo golpeará con fuerza a su sistema financiero, sino también a las pensiones griegas. IKA, el fondo estatal de Seguridad Social, cuenta con unos activos totales próximos a los 11.700 millones de euros, de los cuales casi dos tercios están invertidos en deuda pública helena.
Esta elevada exposición a Grecia se traducirá en cuantiosas pérdidas: la bolsa de Atenas se ha hundido casi un 85% desde 2008;
y, además, se estudia aplicar una quita de hasta el 60% sobre los bonos
griegos. ¿Resultado? Un fondo con el 60% de sus activos en deuda
pública y el 40% restante en renta variable griega arrojaría una depreciación del 70% desde 2008.