Israel lanzó un ejercicio destinado a preparar su población a enfrentar una lluvia cotidiana de centenares de misiles y cohetes, mientras crece la tensión en la región con los temores de un desbordamiento del conflicto sirio. Los procedimientos de evacuación y de rescate de víctimas en los escombros de edificios en caso de ataques, especialmente con armas químicas, están siendo puestos a prueba desde el domingo y seguirán hasta el miércoles.
Durante este ejercicio, los niños en sus escuelas y los adultos en sus lugares de trabajo o en sus domicilios fueron llamados a protegerse en los refugios más cercanos en caso de alerta. Desde el inicio de la guerra civil en Siria (en marzo de 2011), la situación se volvió más tensa en los altos del Golán, del que Israel ocupa desde 1967 unos 1.200 km2, mientras los restantes 510 km2 siguen bajo control sirio. El 21 de mayo, el ejército sirio reivindicó por primera vez disparos que alcanzaron un vehículo militar israelí que circulaba en la parte ocupada del Golán.
La tensión con el régimen de Bashar el Asad aumentó después de dos ataques aéreos israelíes a inicios de este mes cerca de Damasco. Estos ataques tenían como objetivo, según los responsables israelíes, impedir el suministro de armas al Hezbolá libanés. Siria reaccionó advirtiendo que replicaría "inmediatamente" y de manera "dolorosa" a cualquier nuevo ataque de Israel contra su territorio. Según expertos militares citados por medios de prensa, el Hezbolá, Siria, el movimiento palestino en Hamas -que controla la franja de Gaza- e Irán -considerado por Israel como la principal amenaza- tendrían en total un arsenal de 200.000 misiles.