«Si dejamos el euro,
habría que defender los bancos con tanques», aventuró el número dos del
ejecutivo heleno, Theodoros Pangalos. Mientras el Gobierno socialista
de Grecia continúa con sus frenéticos intentos de avanzar con las
reformas estructurales y los ahorros necesarios para superar la
profunda crisis que ha colocado al país al borde de la quiebra, el país
intenta digerir ahora una polémica filtración.
Según recoge el diario sueco «Svenska Dagbladet», y de acuerdo con la
página web «Defencegreece» y la revista «Defensa griega y Tecnología»,
el Gobierno griego habría ultimado la compra de un contingente de 400
tanques estadounidenses. El modelo en cuestión es el veterano «M1A1
Abrams», el principal medio blindado del Ejército de los Estados
Unidos, del Cuerpo de Marines de Estados Unidos, y de los ejércitos de
Egipto, Kuwait, Arabia Saudí y Australia.
Se trataría de una compra de vehículos ya usados, así como de la
contratación del proceso de renovación y actualización. Al pedido se le
unen 20 vehículos anfibios «AAV7A1».
El coste exacto de la operación aún se mantiene en secreto, pero acorde
al precio de cada unidad, en torno a los 3,2 millones de euros, el
montante total podría ascender hasta los 1.280 millones de euros. Un
desembolso especialmente significativo cuando el pasado miércoles miles
de personas volvieron a tomar las calles para protestar contra los
planes del Gobierno.
Recortes drásticos
El primer ministro, Yorgos Papandréu, mantuvo esta semana una
importante serie de reuniones con la comisión de diez ministros clave
de su gabinete y con numerosos diputados para repasar las medidas de
ajuste adicionales, con las que debe ahorrar otros 7.000 millones de
euros entre este año y el próximo.
La Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco
Central Europeo siguen insistiendo en las reducciones en el sector
público y en avanzar con las privatizaciones, que deberían aportar este
año unos 4.000 millones de euros y en total 50.000 millones de aquí al
año 2015.
El ejecutivo de Papandréu ha tramitado ya en el Parlamento un proyecto
de ley que pone en reserva, a un paso del despido, a 30.000
funcionarios, y están en proceso también los Presupuestos de 2012, que
deben de ser aprobados antes de fin de mes.
Los sindicatos mayoritarios griegos se negaron hoy a reunirse con los
inspectores internacionales, y el presidente de la Confederación de
trabajadores del sector privado (GSEE), Yanis Panagópulos, denunció al
Gobierno por «ceder y suprimir el derecho laboral y el marco
constitucional que lo protege».