http://tejiendoelmundo.wordpress.com/2010/06/18/el-gran-smog-de-1952-la-niebla-que-mato-a-miles-de-londinenses/
Historia de la niebla asesina
Situémonos en Londres, a finales del año 1952, en un día gris y
tremendamente frío. Muchos de vosotros habréis visualizado la escena con
la típica niebla densa y opaca que ha quedado grabada en nuestros
subconscientes gracias al cine y a la literatura; esa niebla por la que
Jack el destripador se movía como pez en el agua o esa niebla que se
entremezclaba volátil con las volutas de humo de la pipa de Sherlock
Holmes.
Ciertamente, la típica niebla londinense, pese a que hoy en día es
apenas inexistente, fue algo bastante habitual en la capital británica
durante buena parte del siglo pasado. Se podría decir que los
londinenses estaban bien adaptados a ella o que, por lo menos, la
soportaban sin mayores problemas. Pero la niebla que cubrió la ciudad
desde el 4 al 9 de diciembre de 1952 no fue una niebla normal, el "Great
Smog” o "Big Smog”, como se la bautizó, mató nada más y nada menos que a
12000 personas.
.
.
Transcurrían tiempos duros tras la guerra en el valle del Tamesis y
hasta los inviernos parecían más crudos de lo normal, cuando un gran
anticiclón se posó sobre la ciudad atrapando las capas de aire frío en
la zona inferior con otras de aire más cálido en las zonas más altas. A
las chimeneas de las fábricas que quemaban carbón a espuertas para mover
sus maquinarias, se unieron las de miles de hogares que prendieron sus
chimeneas para combatir el terrible frío y, ya de paso, la de miles de
vehículos que circulaban por las calles con sus motores diesel. El
cocktail ambiental fue letal creando una niebla contaminante tan espesa y
opaca que apenas se podía ver a un par de metros de distancia. La
ciudad quedó completamente paralizada ya que la circulación era
prácticamente imposible y los transeúntes tan solo podían moverse en
metro o caminando.
Los hospitales comenzaron a llenarse de gente que acudía allí con
todo un abanico de problemas respiratorios como hipoxia, cianosis,
bronquitis y bronconeumonías causados por los agentes contaminantes que
quedaron atrapados en la niebla a causa de la quema desmesurada de un
carbón de muy baja calidad con elevados niveles de azufre. El dióxido de
azufre, junto con el hollín y el dióxido de carbono unidos al ambiente
frío y húmedo se llevó por delante durante los primeros días a 4000
personas, mayormente niños, ancianos y gente que ya acarreaba problemas
respiratorios.
Al caos hospitalario también habría que sumar el policial, ya que la
densa niebla fue el escenario perfecto para que vándalos y demás
aprovechados se dedicaran al saqueo y al pillaje con total impunidad.
Entre la niebla, los únicos vehículos que podían circular eran las
ambulancias y los vehículos policiales que se iban guiando por las luces
de los agentes de a pie que se situaban en puntos estratégicos a modo
de faros humanos.
.
.
Cuando la niebla se esfumó, se comenzó a tomar conciencia de lo
terrible que había sido y se recapacitó sobre su problemático origen.
Durante los meses y años siguientes, otras 8000 personas fallecieron por
los problemas respiratorios que tuvieron durante esos aciagos días de
diciembre.
El "Gran Smog” del 52 dio pie la firma del Acta de aire limpio, que
se formalizó en 1956 para eliminar las combustiones de carbón en las
industrias y hogares y evitar un nuevo suceso de tal magnitud, pese a
ello, ese mismo año de 1956 fue testigo de nuevo de otra niebla asesina
con 1000 víctimas, en 1962 murieron de nuevo 700 personas por el mismo
motivo, siendo este el último reporte de este tipo de nieblas en la
capital londinense.
Por otro lado, la del 52 no fue la primera, ya que en 1880 se tiene
constancia de que una niebla tóxica ya había matado a 2200 londinenses.
.
|