http://noticiaaldia.com/2012/05/como-sobrevivir-si-te-arrojan-al-mar-lago-rio-o-laguna-hombre-al-agua/
Finos hilos nos separan de experimentar una emergencia, de esas
que en segundos le arrancan el último aliento a cualquier persona. La
falta de preparación es un factor en contra, y le hará entender que en
el agua las posibilidades de sobrevivir son escasas si está solo, y que a
penas un 30% de la población venezolana cuenta con herramientas
suficientes para lograrlo.
El solo hecho de que una persona caiga
al agua es "el estatus final de la inobservancia de algunas normas de
seguridad marítima, que no se toman en cuenta”, asegura el Capitán de
Altura y Capitán del Puerto de Maracaibo, Hugo Castañeda Subero.
Capitán Hugo Castañeda Subero
Salvaguardar la vida de los tripulantes
es la meta de las normas de seguridad, que bien aplicadas, garantizarán
el feliz retorno de quienes viajan por el agua. "Es por eso que la
Capitanía de Puertos insiste en la consciencia acuática, especialmente
en los pescadores y en las marinas deportivas, que es donde más se
suscitan este tipo de eventos”.
El Capitán señala que en ese sector productivo "tiene un riesgo
implícito por la faena diaria, y por la misma dinámica de la tarea es
reacio a usar chaleco salvavidas, porque les incomoda para halar las
redes”.
"¡Hombre al agua!”
Además de ser el famoso grito para
avisar que una embarcación debe regresar por uno de sus tripulantes, es
también la voz de comando para un protocolo de rescate, en el mejor de
los casos. La persona al volante de la nave debe retornar, poco a poco, y
luego seguir una ruta que pase a un lado del cuerpo del tripulante
caído.
Sargento Darwin Chacín
Sin embargo, hay situaciones adversas en
las que la embarcación zozobra, y hay que hacer mano de cuanta
herramienta se tenga en el momento. Contar con un aparato de
comunicación resulta primordial, y haber informado la hora de salida y
hora estimada de llegada. Debe saber también, que toda embarcación debe
contar con implementos de seguridad, al menos el más mínimo como el
salvavidas.
Antes de que un equipo de rescate se
aproxime, indica el sargento Darwin Chacín, de la unidad de rescate del
cuerpo de Bomberos de Maracaibo, hay algunas técnicas qué adoptar, y la
flotabilidad es la más segura para quienes no tienen destreza en nado, o
no tienen las condiciones para ello.
Esta unidad apoyará en un rescate acuático si el cuerpo de Bomberos
Marinos o la Guardia Costera lo solicita, pues estos son los competentes
para ello, aclaró Chacín, quien agregó que solo en los primeros 80
metros –contados desde la orilla- podrían operar.
El subteniente de Bomberos Marinos, Luís Granadillo, es más específico al señalar que sería
ideal que quien se aventure a navegar debería tener conocimientos
básicos de supervivencia, o haber realizado el curso de Supervivencia
Personal, dictado por esta dependencia del Instituto Nacional de los Espacios Acuáticos (INEA).
Subteniente Luís Granadillo
"Si no hay destreza en el agua, lo que
queda es flotar”, señala Granadillo, quien indica que la supervivencia
depende de varios factores, entre ellos que la persona sepa nadar, de
las condiciones del terreno bajo el agua, y de esta misma.
Es decir, de su temperatura (por el
riesgo de una hipotermia) y por la salinidad, Las posibilidades de
sobrevivencia dependerán de las condiciones físicas, conocimiento de
natación y en parte de las condiciones del agua en cuanto a temperatura y
salinidad. "En agua salada el yodo afectará en deshidratación. No puede tomarla y es importante, más que la comida, pues podría vivir sin comer hasta 48 hora (…) Las primeras ocho horas son vitales”.
Si es el caso, es importante mantener
estado de reposo para no cansarse más de lo debido. "Puede ubicarse
constelarmente (con el sol o la luna), hay personas que pueden hacerlo. Saber que la brisa sopla hacia el norte, y recordar que para donde vaya la corriente hay tierra”.
Si están en grupo, recuerda Granadillo,
puede hacer técnicas grupales para sobrevivir, sobre todo en aguas
frías, para mantener el calor en los más vulnerables, como niños y
ancianos. Si la situación es tan crítica como para no tener salvavidas,
otra opción es hacer uno con los pantalones. "Se hace un nudo en la
parte de las extremidades, el resto se llena de aire y agua”. Este
improvisado sistema le ayudaría por unos 10 a 15 minutos, y tendría que
hacer el procedimiento constantemente hasta que lo rescaten.
Natación: problema de educación
Hasta ahora, si es usted uno de los que conoce técnicas de
supervivencia en el mar, sepa que es afortunado. Si por el contrario es
del otro grupo, pertenece al 70% de la población venezolana que no sabe
nadar.
A esto se le suma que no estamos preparados psicológicamente para
ello, dice el subteniente Granadillo. Tan cierto como que solo 3 de cada
10 venezolanos sabe nadar, también lo es el hecho de que esto implica
un problema social en un país con 4 mil 6 kilómetros de costa, y que el
que no vive en ellas, al menos las visita en temporadas vacacionales.
El solo hecho de saber nadar podría salvarlo y lo prepara en un
porcentaje altísimo para sobrevivir en el mar, recuerda Braulio
Rodríguez, con 35 años de experiencia como entrenador de natación, y
director de Piscinas Braulio.
"Nadar cobra mucha importancia en una situación de ese tipo, y la
mayoría de las actividades sociales, que se dan en clubes están
relacionadas con agua” señala el entrenador.
Braulio Rodríguez, entrenador de natación
"Se debe promover esta actividad, no a nivel competitivo, sino de sobrevivencia.
En sociedades antiguas lo primero que hacían era enseñar a nadar a los
niños, porque era una actividad de sobrevivencia cruzar un río para
llegar a otra tribu, entonces tenían que aprender (…) Quien sepa nadar tiene mayores posibilidades de salvarse. Aquí han ocurrido situaciones como cuando se cayó el autobús, quienes sobrevivieron fueron los que sabían nadar”.
En el mejor de los casos, si aprendió y
está en condiciones para nadar "puede hacerlo por 10 kilómetros”, en los
que podría llegar hasta una orilla o algo que lo mantenga en la
superficie, y ser más visible a un equipo de rescate.
Castañeda Subero señala que están
enfocados a que se hagan esfuerzos para aplicar la educación ambiental y
de consciencia acuática, con el fin de tener un ambiente lacustre
limpio y la seguridad, conocimiento, competencia que pueda tener el
individuo que opera una embarcación.
"También existen los cursos OMI, que se enfocan a la supervivencia y
primeros auxilios, de familiarización con el buque, salvavidas. La
persona se entrena y queda preparada para cualquier situación en que
tenga que aplicarlas (…) Hemos tratado de que el pescador asuma el uso
como cultura, como autorregulación de su seguridad, y es por ello que se
llevan charlas a comunidades de pesca organizada para que el pescador
adquiera conciencia”.
Mantener la calma, el salvavidas invisible
Los especialistas en el tema coinciden
en que "la calma” es una aliada en una situación como esta. El
entrenador Rodríguez aclara por qué, y es que, además de todos los
beneficios que pueda traer la natación a la salud de las personas, "quienes han aprendido a nadar, básicamente han controlado los temores,
(…) Al que no sepa nadar lo dominan los nervios, se agota, y la
desesperación los lleva a ahogarse, y pueden tener un elemento para
salvarse, pero el temo no los ayuda”.
Señala el entrenador que el solo hecho
de flotar ya supone una preparación en el sujeto, pues esta es una
"posición de entrega”, en el que deben haber ocurrido procesos mentales
en él para que mantenga la calma mientras se mantiene flotando, "y puede
estar así por horas”.
Por esto y más es que
Granadillo recomienda adoptar un modo de vida de prevención. No solo en
el mar, sino en el terreno en que habita, y cuando llegue a un lugar ver
las posibles salidas de emergencia, por ejemplo.
Aunado a ello, las normas de seguridad
seguramente lo salvarán en más de una ocasión de pasar un mal rato y
aumentará sus posibilidades de vivir a una situación de esta índole.
Eleana Sequera / esequera@noticiaaldia.com
Fotos: Deivis Oviedo |