Desde el crack financiero al desastre natural, pasando por otras amenazas como el invierno nuclear, pandemias o la profecía de apocalipsis maya para el fin de 2012, todos los miedos tienen cabida en la nueva producción de 12 episodios de National Geographic, que el canal estrena el viernes, a las 22.25 horas.
En un año presidido por noticias negativas, hay quien piensa que más vale prepararse para el colapso final, sea este de la naturaleza que sea, en forma de desastre medioambiental o a causa de un definitivo crack económico. Cualquiera de estos desastres obligaría a la humanidad a hacer frente a tiendas sin suministros de comida, graves problemas en el abastecimiento de agua potable y fallos en la corriente eléctrica. Frente a esto, un grupo de hombres y mujeres se disponen para sobrevivir a cualquier adversidad: están «Preparados para el fin del mundo».
National Geographic Channel ha dirigido su mirada a este grupo de personas que dotan de una nueva dimensión al significado de la palabra «precavidos». Sus experiencias, sus miedos y las acciones que ya están llevando a cabo son las protagonistas de la serie «Preparados para el fin del mundo», que el canal de televisión emitirá en España todos los viernes, a partir del 21 de septiembre.
«Preparados para el fin del mundo» se sumerge en su mundo, una especie de subcultura compartida, en la que conoceremos distintas formas de pertrecharse contra lo inevitable. No es lo mismo prepararse para una catástrofe natural que para el colapso financiero y, dentro de todas las categorías, veremos que hay estilos para todos los gustos. Todo ello lo explicarán los propios interesados, a los que National Geographic Channel ha tenido acceso, tanto a sus declaraciones como a la posibilidad de penetrar en lo más íntimo de sus hogares y asistir a la organización de sus respectivas estrategias de contingencia. Hay de todo: hombres, mujeres, personas de más edad, jóvenes… No se ajustan a un patrón preconcebido, pero todos comparten algo en común: su meta en la vida es estar listos para el final.
Mientras que la acumulación de comida o armas excedería las previsiones de cualquiera, para los protagonistas de «Preparados para el fin del mundo» ambas representan un grado básico de responsabilidad y cierta paz mental. De hecho, irán todo lo lejos que sea necesario para garantizarse que pueden hacer frente a cualquier fallo en los servicios, especialmente si esto fuera el desencadenante del caos y de la violencia descontrolada. Seguros de sus creencias, motivaciones y estrategias, se preparan para un tiempo en el que aventuran que el hambre y las privaciones enfrenten a unos contra otros.
En cada episodio, la serie nos presenta cuatro casos diferentes de personas o familias que se pertrechan para hacer frente a alguna amenaza. Además, se analizan sus circunstancias, su nivel de organización y la fiabilidad de estas amenazas, muchas veces bastante poco probables.
En el primer episodio, titulado «Un montón de balas», el espectador conocerá al texano Paul Range, que junto con su hija Gloria ha construido una casa hecha con nueve contenedores, a Chris Nyerges, que a primera vista parece un hippy californiano normal y corriente, y a Megan Hurwitt, joven de Houston que se prepara para sobrevivir a una crisis del petróleo de consecuencias catastróficas.