Las Fuerzas Armadas turcas considerarán a Siria un país hostil de ahora en adelante, y, en consecuencia, han cambiado el protocolo de actuación militar: desde ahora, cualquier elemento militar que se aproxime a la frontera será considerado «una amenaza», según ha indicado esta mañana el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogán. «El ejército turco responderá a cualquier violación fronteriza por parte de Siria», ha asegurado el jefe de gobierno.
«Por valiosa que sea la amistad de Turquía, su ira es igual de furiosa», dice Erdogán
Aunque el discurso de Erdogán sienta las bases para futuros incidentes, todo apunta a que, por ahora, Turquía no irá a la guerra con su vecino. Algo que no quiere ni siquiera el padre del piloto desaparecido, Ali Erton. «No es correcto que un país vaya a la guerra por un piloto, un avión o cincuenta aviones. Lo que importa es que mi hijo sirve a su país», dijo ayer a la cadena de televisión Samanyolu. «Soy un hombre de fe, y creo que los mártires nunca mueren», añadió.
La OTAN: «Inaceptable»
«Consideramos que este acto es inaceptable, y lo condenamos en los términos más firmes», ha declarado, por su parte, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen. «Los aliados han expresado su firme apoyo y solidaridad con Turquía», ha asegurado. Sin embargo, Turquía se ha abstenido, en la reunión de la Alianza Atlántica de hoy, de invocar el artículo 5 de la Carta de la OTAN, que afirma que un ataque contra uno de sus miembros será considerado como un ataque contra todos.