http://www.quo.es/ciencia/astronomia/la_tormenta_solar_perfecta
El Congreso de los EE.UU ha hecho un llamamiento a
la población para que pueda protegerse. En España, El PSOE ha instado
al Gobierno a alertar a la ciudadanía. La Tormenta Solar Perfecta podría
suceder en cualquier momento.
Lorena Sánchez -
31/10/2012
Es un francotirador. Gira sobre sí mismo y dispara:
¡pum, pum, pum...! Si la bala te pilla en su camino, estás muerto”. La
cabeza del presidente Kennedy estaba en el camino de la bala más famosa
de la historia. El planeta Tierra está en el punto de mira de un
francotirador sin voluntad. Los proyectiles que dispara el Sol liberan
una energía equivalente a 10 millones de bombas de hidrógeno. Una
eyección coronal de masa puede expulsar 10.000 millones de toneladas de
material solar a 3.000 kilómetros por segundo. Si nos da de lleno, la
Tierra puede sumirse en la más absoluta oscuridad. "El Sol es un francotirador”, la metáfora es de Javier Rodríguez-Pacheco, astrofísico e investigador principal de la misión Solar Orbiter,
la más ambiciosa de la ESA para acercar una sonda al astro amarillo. Y
añade: "Una tormenta perfecta produciría corrientes tan brutales que
fundirían los núcleos de los transformadores de las centrales
eléctricas. Nuestra civilización retrocedería 100 años en cuestión de
horas”. La magnetosfera tiene dos puntos débiles en los Polos, por donde la materia solar puede penetrarAño
2008. La NASA advirtió entonces que el Sol entrará a finales de este
año en un período de máxima actividad que podría dar origen a tormentas
solares de enorme magnitud. Las bautizó como "la tormenta solar
perfecta”. Ante aquel anuncio, el Congreso de los EEUU pidió a un grupo
de expertos que elaborara un informe, sobre los riesgos reales de esa
tormenta que bien podría ser un mal sueño de Arthur C. Clarke.
"Ese informe decía que podría tener efectos devastadores, muy
superiores a los daños que produjo el huracán Katrina. Las corrientes
que se podrían inducir en las redes eléctricas debido a los cambios en
el flujo magnético fundirían los transformadores de energía de
suministro a la población”, explica Rodríguez-Pacheco. El pasado
mes de agosto, el Congreso de EEUU hizo un llamamiento a sus ciudadanos
para organizar un plan de emergencia. El miedo político se extendió a
partir de ahí a otros países. En España, El PSOE presentó una
proposición no de ley en la que insta al Gobierno a elaborar un
protocolo de actuación ante una situación de emergencia derivada de
fallos tecnológicos producidos por fenómenos naturales de origen solar.
El documento recoge el eco de la NASA: "En 2012 nos encontramos
iniciando un nuevo ciclo solar cuyo máximo se espera a finales de este
año o a principios de 2013”.
¡Que viene el lobo!
Y el lobo asoma justo cuando los crédulos de predicciones mayas sitúan el apocalipsis de este mundo. Fin de año. Si
todo acabara así, arrasado por una tormenta solar perfecta, el cielo
aparecería como telón de un colorido espectáculo de luces. La tormenta
solar de 1859 (fulguración de Carrington)
se considera la más potente registrada en la historia. Entonces se
vieron auroras boreales en los cielos de Roma y en las Islas Baleares. Veamos
cómo podría llegar a ocurrir. Cuando estamos en un ciclo de máxima
actividad solar, el Sol produce fulguraciones y emite lazos de material
magnetizado (Eyección Coronal de Masa, o ECM) continuamente. Una
tormenta solar puede producirla una fulguración, una ECM o, en el peor
de los casos, ambas cosas a la vez. La
tormenta solar ha sido incluida en el Registro Nacional de Riesgos
Estratégicos de EE.UU como una de las 23 amenazas que podrían
desencadenar una catástrofe nacional"Una fulguración”, explica
Rodríguez-Pacheco, "es una explosión enorme localizada sobre el Sol. Al
producirse, llena una región muy concreta del espacio de partículas
energéticas (radiactivas). En este sentido, el Sol es un francotirador.
Si te pilla, sube los niveles de radiación hasta límites que pueden ser
mortales para astronautas, y fatales para satélites en órbita. Sería
como si metiéramos a los astronautas en el interior del reactor de una
central nuclear”. Nuestro planeta está en el punto de mira de ese
francotirador estrella. Si miramos al Sol y a la Tierra desde arriba, la
línea del campo magnético que nos conecta es curva. "No estamos
conectados con el centro solar, sino con algún punto en la región oeste
del Sol. Por eso, si una fulguración se produce en la zona oeste del
Sol, podría ser peligrosa”, continúa Rodríguez-Pacheco. Si la bala llega
de esa región del oeste, nos da de lleno. Pero en la Tierra lo más
normal es que solo produzcan un asombroso espectáculo de auroras
boreales. "La
misión Apolo 11 a la Luna se realizó en un momento de máxima actividad
solar. Entonces ni siquiera se plantearon tener en cuenta los efectos de
las radiaciones del Sol. Tuvieron mucha suerte".Una Eyección
Coronal de Masa es una explosión enorme que tiene como consecuencia la
expulsión de un lazo de material altamente ionizado (magnetizado). "El
Sol tiene una superficie y una atmósfera”, explica Javier
Rodríguez-Pacheco. "En esta atmósfera hay nubes de material: son los
filamentos o protuberancias que a menudo se aprecian en las imágenes que
nos llegan del Sol. Muchos son quiescentes, están quietos, y se pueden
mantener ahí una rotación entera, pero otros son eruptivos. Por algún
tipo de fenómeno que aún se está estudiando, estos producen una
explosión, una emisión de plasma que, si avanza por toda la corona y
escapa de la gravedad solar, sale al medio interplanetario. Cuando ese
material llega a Tierra, puede producir una tormenta geomagnética, que
es la que fundiría los núcleos de las centrales eléctricas alejadas del
Ecuadro terrestre. En este caso, es como si el Sol, más que
balas, usase armas de destrucción masiva. Hablamos de una ingente
cantidad de materia que avanza contra la Tierra como un frente de choque
y que impacta con la magnetosfera. El Sol está continuamente
produciendo esas eyecciones. Que sean peligrosas depende
fundamentalmente de la energía que transporten y de dónde y cómo nos
encuentren.” Colarse en la Tierra no es fácil. La magnetosfera es
un escudo mucho más capaz que cualquier armadura. Pero, como Aquiles,
tiene puntos débiles. "En los Polos”, explica Rodríguez-Pacheco, "hay
dos ‘agujeros’ donde el escudo del campo magnético terrestre no funciona
tan bien, y por donde permite la entrada de materia del Sol hasta baja
altura”.
Ni aviones, ni dinero Hoy, un suceso como la tormenta solar
de Carrington no solo achicharraría un transformador: los fundiría
todos. A las pocas horas fallaría el bombeo de agua potable, no
funcionarían los cajeros automáticos, adiós a cualquier comunicación que
requiera un generador eléctrico, y además de sumir a las ciudades en la
más absoluta oscuridad, ningún avión podría aterrizar sin GPS. "En el mudo global, si EEUU cae, los efectos serían como una bola de nieve. Nos afectarían a todos”Un
informe realizado por James A. Marusek, físico nuclear e ingeniero
norteamericano, explica que la corriente que generaría podría producir
un apagón eléctrico de larga duración que afectaría aproximadamente al
50% de la población. Haría estragos en latitudes altas y medias; tocaría
países de los hemisferios norte y sur. El dardo dañaría Europa, Rusia,
Canadá, China... Rodríguez-Pacheco explica: "No creo que una tormenta
perfecta fuera muy peligrosa en España. Para estar seguros, haría falta
que nuestras Autoridades encargasen un estudio serio. Pero en el mudo
global, si EEUU cae, los efectos serían como una bola de nieve...”
Las centrales eléctricas deberían desarrollar un protocolo de actuación que evite la fusión de transformadores Una
eyección masiva solar tardaría entre menos de un día y cuatro días
(según su velocidad) en llegar a la Tierra. Rodriguez-Pacheco apunta una
solución al desastre: "Las centrales eléctricas necesitan un protocolo
de actuación que evite la fusión de sus transformadores si son avisadas
con suficiente antelación”. Por eso es tan importante la predicción.
Pero a día de hoy no se puede avisar con certeza. "Hay mucho interés por investigar una nueva área: el clima espacial (space
weather), pero estamos en los mismos niveles de precisión que en la
predicción atmosférica de la Tierra en 1950. La horquilla de error de
los niveles de intensidad de radiación en la que nos movemos es
demasiado grande. Si avisamos y apagan, se pierden millones de dólares, y
sería terrible si alertamos falsamente de una tormenta solar que
finalmente pase de largo”. Y Rodríguez-Pacheco nos hace conscientes de
una realidad: "Por eso son tan importantes las nuevas misiones para
observar el Sol”. Entre ellas, Solar Orbiter, la misión en la que es
investigador principal. "El lanzamiento está previsto para 2017. La
sonda tardará tres años en colocarse en su órbita definitiva, la más
cercana al Sol. Nadie se ha acercado nunca tanto.” Solar Orbiter
recogerá más datos para pronosticar un "huracán” que llegue del espacio.
Entre tanto, si el lobo de verdad viene, nadie dará la voz de alarma. |