http://maestroviejo.wordpress.com/2012/01/31/revista-nature-el-cenit-o-pico-ahora-es-un-punto-de-inflexion/

La revista Nature ha publicado en su edición de 26 de enero de 2012 un artículo titulado Oil’s tipping point has passed, que en castellano, podría traducirse como "El punto de inflexión del petróleo ha pasado”.
Dada la importancia de esta revista y
del tema que trata, nos permitimos realizar los comentarios a dicho
artículo, que al ser de pago no puede ser reproducido en esta web.
Los autores del artículo son James Murray
un científico que trabaja en la Escuela de Oceanografía de Washington
en Seattle y relacionado generalmente con los aspectos del cambio
climático y David King, director de la Smith School of Enterprise and
the Environment de Oxford.
En primer lugar, hay que agradecer a
Nature que aunque sea de rondón, hayan decidido publicar el problema de
la llegada al cenit del petróleo.
Pero resulta que los principales medios
científicos, económicos y políticos llevan años ocultando o ignorando,
cuando no despreciando por apocalíptico, el fenómeno puramente físico y
geológico del cenit del petróleo y ahora se descuelgan con esta finura
de titular: "oil’s tipping point”; es decir, punto de inflexión del
petróleo.
Todo ello, en vez de hablar claramente del concepto consolidado a nivel mundial, aunque no en los grandes medios cenit (Peak oil)
que sólo en inglés alcanza los casi 64 millones de entradas en
Internet. Y cuando hablan de él, lo hacen furtivamente, mencionándolo
apenas una vez, entre líneas y sin citar las fuentes que habían previsto
esto.
Nature habla ahora en retrospectiva del
cenit, utilizando el cinismo retroactivo de la AIE (a la que incluso
citan), diciendo que esa planicie de 2005 en adelante ahora parece tener
mala pinta.Resulta que ahora y solo ahora parecen haberse dado cuenta
Murray y King y la propia Nature, que la extracción de petróleo había
alccanzado un techo aparente en 2005 (apparent production cap, lo
llaman).
En otro gráfico que merece la pena
resaltar, vuelven a una generalización reciente del absurdo: el que las
revistas científicas estén utilizando cada vez más datos económicos para
apoyar teorías que deberían ser físicas o geológicas o cuando más de
ingeniería, incluso aunque sea para afirmar (¡¡ahora!!), que algo parece
estar pasando.
Y colocan ese gráfico que venimos
manejando desde hace al menos un par de años, lo presentado y comentado
por personas como Tom Murphy (autor del blog Do the Math)
o discutido en toda la comunidad de los que creemos en el inminente
cenit petrolífero, Antonio Turiel en su famoso y cercano blog The Oil Crash.
Este gráfico, que no dejha de ser un análisis económico y no
científico, muestra la observada "inelasticidad” de la oferta, a pesar
de que los precios entre 1997 y 2011, en la que estos suben y dan
golpetazos al alza (y algunas veces a la baja para volver siempre a
subir en promedio) y con carácter salvaje y desordenado, pero mostrando
claramente que llega un momento en que el aumento de precios no produce
un aumento de la oferta.
Este gráfico, ahora puesto de otra
forma, pero en sustancia indicando exactamente lo mismo, fue inspirado a
su vez por una discusión en The Oil Drum dirigido por Gail the Actuary,
utilizando las fuentes públicas de la Energy Information Administration
(IEA). Debería producir algo de vergüenza y sonrojo para Nature que los
autores que publica utilicen materiales previos de otros sin ni
siquiera citar las fuentes de las que beben.
Con estos criterios de investigación,
uno ya no sabe si está leyendo Nature o el Financial Times, ya que el
artículo está trufado de datos de precios del petróleo. Mucha economía y
poca geología o poca ciencia.
Los autores repiten argumentos ya
utilizados por la comunidad del cenit del petróleo, sin apenas citarlos,
tales como el que llevan años utilizando para sacudirse a los falaces
que identifican a esta comunidad con apocalípticos que aseguran que el
petróleo se acaba.
En realidad, jamás los que han
popularizado el concepto del "Peak oil” han dicho tal cosa, sino más
bien que se trata de un problema de límite máximo de flujos aportados a
la sociedad, sobre todo de forma neta. Esto es lo que ahora vienen
también a mencionar los autores, pero de nuevo, ignorando a los que
primero utilizan el concepto.
Sin embargo, es de apreciar el esfuerzo
de estos autores por divulgar (Nature tiene una capacidad de
divulgación incomparable) aspectos claves que la comunidad del cenit del
petróleo lleva años intentando. Por ejemplo, que el petróleo no
convencional no va a poder sustituir adecuadamente a los ritmos de caída
por agotamiento de los grandes yacimientos de petróleo convencional.
Citan incluso al Energy Watch Group, ya
citado en esta web hace años, para indicar que el carbón tampoco va a
poder ser una alterntiva al petróleo, por su también próxima llegada al
cenit. Lo mismo hacen respecto del gas de esquistos o pizarra; del gas
no convencional, por el problema de los declives rapidísimos que se
empiezan a verificar en los muchos pozos recientemente incorporados a la
extracción, especialmente en los EE. UU.
Citan también a la AIE y de nuevo
vuelven a conclusiones economicistas al señalar que un precio de 100
$/barril llevará a la economía global a una situación de riesgo. Ahora
los precios andan por los 110 $/barril y la reciente decisión del fin de
semana del Parlamento iraní de bloquear anticipadamente a Europa los
suministros petrolíferos iraníes puede llevarse los precios a niveles
muy preocupantes, riesgos de conflicto internacional de alto calado
aparte.
Las conclusiones de estos autores no
pueden ser más superficiales y nefastas: por supuesto aumentar la
eficiencia (el mito que ahorra y del que nadie evalúa el gasto inicial
en energía y en dinero que puede suponer poner las infraestructuras
mundiales en mejores condiciones); la subida de impuestos para mantener
los precios altos (¿¡no les parecen todavía suficientemente altos o es
que no saben que ya hay miles de millones de personas que no pueden
siquiera pagarse los precios actuales!? ¿No se les ha ocurrido pensar en
lo que les puede pasar?) y por supuesto promueven descaradamente el
renacimiento de la energía nuclear, como si tampoco costase energía
inicial y como si todos los países del mundo pudieran acceder a esta
energía y no hubiese también problemas enormes con las muy limitadas
reservas probadas de uranio (Reasonable Assured Reserves o RAR, en
terminología inglesa) .
En fin, uno no sabe si agradecer a los
autores haber introducido el debate en Nature y haberlo popularizado o
si lamentarse de la baja calidad del artículo, que por cierto ha dado
pie inmediatamente a varias respuestas airadas, criticando el concepto
del cenit del petróleo sobre todo de economistas en diversos medios, a
pesar de su reciente publicación. Ver, por ejemplo
del Council of Foreign Relations o bien
del periodista del Herald Tom Dennis,
ejemplo de economicista entrado a enjuiciar revistas científicas que se
meten a economicistas.
Fuente: crisisenergetica.com
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