http://www.abc.es/ciencia/20121218/abci-preppers-preparados-para-mundo-201212171925.html
  Nota de Ronin: se menciona el movimiento preppers en España, especialmente la web supervivencia2012.
 
 
 
Algunos creen en teorías apocalípticas, la 
mayoría solo pretende estar listo para sobrevivir a cualquier tipo de 
catástrofe. El fenómeno preparacionista también existe en España e 
incluso hay quien hace negocio con él
 
 
 
La predicción apocalíptica de que el fin 
del mundo sucederá de forma casi inminente, el 21 de diciembre, por una 
errónea interpretación del calendario maya, ha puesto de actualidad el movimiento «prepper» o survivalista, personas que se preparan activamente para afrontar por su cuenta cualquier emergencia,
 desde una catástrofe natural como una gran inundación o el impacto de 
una llamarada solar a una guerra, un colapso económico, una pandemia o 
una explosión atómica. El fenómeno se ha hecho muy famoso en EE.UU., 
donde se vive de forma más extrema, pero también hay preparacionistas en España. Los
 miembros de este colectivo son muy diversos. Para la mayoría, sus 
motivaciones están muy lejos de ser fantásticas o pseudoreligiosas, no 
creen que el mundo vaya a acabarse en una fecha determinada y se sienten
 molestos por ser confundidos con los más crédulos. Algunos grupos 
tienen sus propios búnkeres ocultos por la geografía española -así lo 
confirman a ABC.es-, y están listos para afrontar el futuro de forma 
autosuficiente. Otros optan sencillamente por tener conocimientos de 
protección civil y saber paso por paso como actuar y protegerse si las 
cosas se complican durante un tiempo. Sin embargo, lo cierto es que la 
profecía de 2012 ha disparado la venta de útiles y objetos que parecen 
sacados de una trinchera, los cursos de supervivencia e, incluso, aunque
 parezca mentira, la construcción de refugios atómicos.  
Miguel Ferrero, empresario de la 
localidad madrileña de Tres Cantos, es «prepper». Forma parte de un 
grupo de supervivencia en el que participan militares, médicos, 
ingenieros... «Nos preparamos para tener un protocolo de actuación y un 
plan de evacuación ante distintos escenarios catastróficos, como una 
catástrofe nuclear o una tormenta solar, escenarios que realmente pueden
 suceder», explica. El grupo ha construido tres refugios alternativos, que utilizaría según fuera necesario, «en Asturias, Huelva (porque es la zona con menos probabilidad de contaminación nuclear de España) y un tercer lugar que no te puedo revelar»,
 se guarda Ferrero. Allí tienen comida, sistemas de energía y todo 
cuanto necesitan para sobrevivir durante un tiempo. Cuando se le 
pregunta cuál es el motivo de todo este esfuerzo, explica que este país 
«está muy atrasado en materia de seguridad y planes de protección civil.
 Queremos ser independientes de un sistema que está fracasando».  
Ferrero tiene un negocio de aventura, NoName Sport,
 e imparte cursos de supervivencia. «En el último año ha venido más 
gente y, es verdad, tiene que ver con el fin del mundo. Ven cosas en 
internet y se preocupan; no solo por los mayas, sino también por la gran
 tormenta solar que se espera para 2013», confiesa. En esos cursos 
aprenden a vivir alejados de la civilización: hacer un fuego, construir 
un refugio, potabilizar agua, cazar, distinguir plantas medicinales, 
orientarse sin instrumentos... Incluso se enseña a construir baterías, 
dinamos o motores. 
Un búnker en Arturo Soria
Los mismos motivos, el apocalipsis de 2012 y el máximo solar para 2013, han provocado que el almacén online de
 útiles de supervivencia de José Antonio Pascual, en Barcelona, no pueda
 siquiera garantizar la entrega de los productos para el día 21. «Sí, he
 vendido más estos días», dice. La tienda en internet «ha pasado de 
tener 2.500 visitantes diarios hace un año a tener 10.000». En la web se
 venden máscaras antigas, raciones del ejército español «procedentes de 
un trueque», recarga de gasolina para mecheros... Según relata, «lo que 
más me piden son pastillas y filtros para potabilizar el agua (10 y 8 
euros), y pedernales para encender fuego». 
Pascual explica que existen muchos 
tipos de «preppers». Él no considera que sea necesario construirse 
ningún refugio y cree que es mejor estar preparado con medidas como la «mochilla de 72 horas»(contiene
 agua, una radio, una navaja suiza, mapa, botiquín, etc,) por si es 
necesaria una evacuación, pero coincide con el preparacionista madrileño
 en la idea de tener una ventaja a la hora de buscarse la vida si ocurre
 algo grave. «Parece de ciencia ficción, pero que se lo pregunten a los 
argentinos», dice en referencia a las largas colas para adquirir 
productos de primera necesidad ante un colapso financiero. 
Pero las cosas pueden ser aún peores
 que los estantes vacíos de los supermercados. ¿Cómo sobrevivir al 
impacto de un gran meteorito como el que acabó con los dinosaurios hace 
65 millones de años? ¿Y a una guerra nuclear? El ingeniero nuclear 
catalán Antonio Alcahud lleva 35 años construyendo refugios atómicos.
 «En 2008 comenzaron a surgir clientes que me pedían un búnker para 
prevenir las catástrofes que se anunciaban para 2012. El 80% son 
españoles», apunta. Sus estructuras, según afirma por teléfono, están en
 los alrededores de Madrid -una de ellas en la misma ciudad, en la calle
 Arturo Soria- y de Barcelona. Un refugio estándar se construye para 25 personas y tiene unos 100 metros cuadrados.
 Si se levanta completo (desde la estructura de hormigón armado hasta 
los trajes de protección de radioactividad) cuesta unos 130.000 euros. 
«Se caracterizan por tener una gran resistencia mecánica para soportar 
incendios, inundaciones o terremotos; hermeticidad total para soportar 
la contaminación química, radiactiva o bacteriológica; y habitabilidad 
suficiente para el tiempo calculado, desde 15 días hasta 20años».  
«Madmaxionistas»
Alcahud dice los refugios resisten 
explosiones mil veces la de Hiroshima a 2 km de distancia. «El aire se 
filtra del exterior, para el agua puede haber pozos propios o filtrarse y
 depurarse de la red, se guardan alimentos de larga duración 
(liofilizados, pan eterno, etc) y se utilizan grupos electrógenos, 
depósitos de gasoil y placas solares para generar energía». La entrada 
es blindada, estanca, y soporta una presión de 200 toneladas. Una vez 
dentro se accede a una esclusa de descontaminación y a la sala de 
máquinas, también estanca. Una segunda puerta blindada lleva al interior
 del refugio, el espacio habitable de 30 a 50 metros cuadrados. Suele 
ser diáfano y reunir la cocina, la sala de estar y los dormitorios. El 
ingeniero dice tener entre sus clientes también a gente «muy famosa: 
banqueros, empresarios, un cantante... normalmente, personas que quieren
 tomar precauciones, por si acaso... Otros sí tienen creencias más 
especiales».  
La petición más extravagante le 
llegó de un industrial mexicano que le pidió «un refugio para 500 
personas y cien habitaciones con quirófano, biblioteca y una morgue... 
Debía estar a 2.500 metros de altura por si llegaba una ola gigante, así
 que incluso lo diseñamos flotante». Finalmente, el industrial se echó a
 atrás temeroso de que las bandas violentas de su país lo asaltaran, 
«pero ahora está estudiando hacerlo en Namibia». 
Ernesto Blanco, militar, es un survivalista de Granada. Autor de un blog donde
 imparte consejos de supervivencia, no es amigo de fantasías ni de días 
del juicio final. «Desde mi punto de vista, un 'prepper' es alguien que 
reconoce los beneficios de la prevención y la seguridad -dice-, pero si 
cree en escenarios apocalípticos, es un 'madmaxionista' (por la famosa 
película de George Miller)». A su juicio, el asunto interesa no solo por
 lo que nos pueda caer del cielo, sino por «la situación social tan 
vulnerable que atravesamos y la necesidad de controlar nuestras vidas. 
Cuando hablamos del fin del mundo, hablamos del fin del mundo tal y como
 lo conocemos. Otras civilizaciones han caído antes». 
 
Kits y bolas flotantes para sobrevivir a la profecía maya
 
Miles de personas en  Estados Unidos esperan
 una calamidad el próximo viernes y se preparan para sobrevivir a lo que
 esté por llegar (que, por supuesto, no será nada escrito en un 
calendario). Los preppers tienen hasta su propio reality show en el 
canal de National Geographic. Acumulan alimentos, medicamentos, 
herramientas, linternas, baterías y, como no puede ser de otra forma en 
EE.UU., armas y munición. Los que esperan un colapso económico acaparan 
monedas de oro y compran tierras, fertilizantes y semillas. La versión 
preparacionista «high cost» se está construyendo  en un silo de misiles abandonado en Kansas,
 un condominio de lujo para millonarios con todas las comodidades 
modernas, piscina, cine y hasta una biblioteca, para soportarlo todo, 
desde el colapso económico y las llamaradas solares hasta los ataques 
terroristas y las pandemias.  
En  Rusia,
 existe una auténtica psicosis fin del mundo. Algunos programas de 
distintos canales de televisión han dado recomendaciones de cómo ponerse
 a salvo, qué regiones del país son las más seguras y qué llevar 
consigo. Hay quien ha excavado galerías subterráneas y las ha llenado de
 conservas, harina, azúcar y queroseno. En muchos centros de población 
de Rusia, sobre todo de Siberia, se han quedado sin velas y cajas de 
cerillas.  
En la ciudad siberiana de Tomsk se vende un kit de 
supervivencia que incluye cereales, una pastilla de jabón, una navaja, 
pastillas purificadoras de agua, un botiquín, velas, cerillas y... una 
botella de vodka. Vale mil rublos (unos 25 euros) y ya se han vendido 
miles. 
Lo más divertido al respecto del apocalipsis ha ocurrido 
en China, donde se han inventado la solución para sobrevivir al fin del 
mundo: un refugio en forma de esfera de alta tecnología, capaz de 
soportar hasta el Armagedón. Un antiguo agricultor convertido en 
fabricante de muebles ha sido el precursor de esta curiosa iniciativa.     |