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La capacidad para predecir periodos de actividad
solar intensa podría aumentar gracias a una comparación de los ciclos de
actividad magnética solar (con datos correspondientes a los últimos
diez mil años extraídos de testigos de hielo) con el movimiento de los
planetas del Sistema Solar. El Sol determina el curso de los planetas,
pero se ha descubierto que éstos también podrían influir en el Sol. Sus
configuraciones parecen provocar ciclos de larga duración de mayor
intensidad en la actividad solar.
La importancia de este descubrimiento reside en la dependencia
creciente de nuestra sociedad con respecto a tecnologías como los
satélites de comunicación y navegación y las redes eléctricas
susceptibles a erupciones violentas y dirigidas a la Tierra. Científicos
del Eawag y del ETH de Zúrich, en colaboración con científicos de
Australia y España, trabajan en un estudio sobre la configuración de los
planetas.
En este trabajo, sobre el que se ha publicado un artículo en
Astronomy & Astrophysics, sus autores principales, el profesor José
Abreu y el Dr. Jürg Beer de Eawag Aquatic Research, argumentan en favor
de la hipótesis de la influencia planetaria. Tras estudiar los cinco
periodos de actividad solar más importantes de los últimos diez mil años
observaron que picos y valles reaparecían con la misma periodicidad
después de reducirse o incluso desaparecer por completo durante un
periodo. El Dr. Beer concluyó que «todo apunta a un "reloj" externo que
sólo puede ser el mecanismo planetario».
Los indicios directos que permiten conocer la cantidad de manchas
solares (una medida de la actividad solar) sólo abarcan cuatrocientos
años, la era de las observaciones al telescopio. Los datos de su trabajo
se extrajeron de testigos de hielo de la Antártida y Groenlandia en los
que se almacenan radionúclidos (átomos con un núcleo inestable)
producidos por rayos cósmicos. Durante los periodos de reposo del Sol
aumenta la cantidad de rayos cósmicos que penetran en la atmósfera y por
tanto la producción de radionúclidos, pues el efecto protector del
campo magnético solar es más débil.
Los autores del estudio describen sus conclusiones con cautela a
modo de hipótesis. No obstante, de confirmarse sus datos, podrían
guardar una importancia enorme para los trabajos destinados a explicar
el Sol y desarrollar modelos más realistas del mismo. Además podrían
servir para generar predicciones fiables del clima espacial e incluso
predicciones meteorológicas de cara a viajes espaciales de larga
duración.
Su estudio también trató sobre el efecto de las erupciones solares,
estallidos violentos de plasma solar que despiden miles de millones de
toneladas de gas hacia la atmósfera y provocan tormentas magnéticas en
el espacio y en la Tierra.
Los satélites, los sistemas aviónicos de las aeronaves, las redes
eléctricas, las señales de radio y muchos otros sistemas podrían verse
afectados o incluso quedar destruidos por un fenómeno de estas
características. No obstante, aún está por ver si un mayor conocimiento
de la actividad magnética solar ayudará a predecir la frecuencia y la
intensidad de este tipo de erupciones. El Dr. Beer admitió: «Aún estamos
lejos de poder emitir alertas sobre tormentas solares, pero esta
investigación nos acerca algo más a la capacidad para explicar mejor el
clima espacial a largo plazo».
Para más información, consulte:
Astronomy & Astrophysics:
http://dx.doi.org/10.1051/0004-6361/201219997
Eawag Aquatic Research:
http://www.eawag.ch/about/index_EN
Categoría: Varios
Fuente: Astronomy & Astrophysics
Documento de Referencia: Abreu, J.A., Beer, J.,
Ferriz-Mas, A., McCracken, K.G. and Steinhilber, F., Is there a
planetary influence on solar activity?, Astronomy & Astrophysics,
2012, 548.
Códigos de Clasificación por Materias: Investigación sobre el espacio y satélites
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