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apocalipticus
La cuesta de enero llega en septiembre. A la subida del IVA, que entra en vigor el próximo mes, se sumará un fuerte incremento en el precio de los alimentos.
La razón es el encarecimiento de las materias primas. Según Naciones Unidas, el precio de los cereales se ha disparado un 17% y el del azúcar un 12%. El maíz y el trigo suben un 23 y un 19%, respectivamente. La primera multinacional en dar la voz de alarma ha sido Nestlé, que asegura que "nos enfrentamos a una crisis peor que la de 2008". Detrás del incremento de las materias primas hay dos factores: la sequía, que ha arruinado cosechas, y la cantidad de terreno dedicada a biocombustibles.
La cuesta de enero se anticipa a la vuelta de las vacaciones, con nuevos problemas para el bolsillo de los consumidores españoles. A la subida del IVA aprobada por el Gobierno, y que entrará en vigor el próximo mes de septiembre, se va a sumar además un fuerte incremento en el precio de los alimentos a lo largo del otoño.
La razón no es otra que el encarecimiento de las materias primas, lo que ha obligado a la industria a comunicar ya las primeras subidas al sector de la distribución. A falta todavía del cierre de agosto, y de acuerdo con los datos de la FAO, la organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura, en julio el precio de los cereales se disparó un 17%, el del azúcar un 12% y el del aceite casi un 3%.
Es cierto que hay otros alimentos, como la carne o los productos lácteos que apenas han sufrido variación, pero, según explican en el sector, se acabarán encareciendo igualmente, porque al final todo el mercado está encadenado y la subida de un alimento acaba repercutiendo sobre el resto.
Además, los alimentos elaborados también sufrirán la subida de dos puntos en el IVA al pasar del 8 al 10% a partir de septiembre. Los alimentos frescos y de primera necesidad, como el pan, seguirán en el 4%.
La primera en dar la voz de alarma ahora por los nuevos incrementos ha sido Nestlé. En una entrevista con el diario austriaco Wiener Zeitung, el presidente de la mayor
compañía alimentaria del mundo, Peter Brabeck-Letmathe, aseguró el martes que "nos enfrentamos a una crisis por la subida de los alimentos peor que la de 2008, debido a las enorme cantidad de tierra dedicada a los biocombustibles".
Pero no es sólo el mayor uso del bioetanol lo que está influyendo en los precios, sino sobre todo las adversas condiciones meteorológicas. La sequía en Estados Unidos, las lluvias fuera de temporada en Brasil y los problemas de producción en Rusia están disparando especialmente las cotizaciones del maíz y el trigo, que han subido un 23 y un 19%, respectivamente, en el último mes.
En España, tanto las empresas como las distintas patronales optan por la prudencia a la hora de expresarse en público, porque cuando en 2008, ante un encarecimiento similar, avisaron de una próxima subida de los precios, la Comisión Nacional de la Competencia les impuso una sanción de 1,3 millones de euros al considerar que estaba predisponiendo a ella.
Fiab, la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas, que agrupa a la práctica totalidad del sector, fue sancionada, por ejemplo, con 500.000 euros. Aunque ahora nadie quiere hablar, altos directivos del sector sí que reconocen en privado que la situación es muy preocupante y que no les quedará más remedio que aumentar los precios.
"El precio de los futuros del trigo está subiendo con fuerza y con el maíz ocurre exactamente lo mismo. Es inevitable una nueva subida de precios", asegura uno de estos ejecutivos en declaraciones a elEconomista. "Lo que resulta absurdo es que Europa siga limitando el uso de los transgénicos, porque así nos enfrentaremos periódicamente a una nueva subida. Es una cuestión cíclica", explica otro.
La situación de alerta sobre el precio de los alimentos ha llegado ya a los países del G-20, que estudian convocar una reunión de emergencia a finales de agosto para abordar el asunto