http://www.wisphysics.es/2012/03/los-paneles-solares-tridimensionales-ya-son-una-realidad
Hace casi dos años un grupo de investigación del famoso
MIT, Instituto Tecnológico de Massachusetts, dirigido por el profesor
Jeffrey Grossman publicó unos esperanzadores resultados sobre una nueva
forma de paneles solares. En vez de ser paneles de células fotovoltaicas
normales que solo capturan luz en un plano, eran estructuras
tridimensionales que podían captar mucha más luz. Esta noticia fue
recogida en diferentes medios y webs, como por ejemplo Microsiervos.
Todo aquello eran "simplemente” simulaciones para poder optimizar la
forma de dicha estructura tridimensional, y por tanto se trataba de un
estudio meramente teórico. Durante los últimos años han seguido
trabajando y en estos últimos meses han llegado a algunos resultados que
pueden ser claves para el desarrollo de los futuros paneles
fotovoltaicos. Pero antes de descubrirlos, pongámonos en situación.
El origen del estudio
En sus simulaciones, estos investigadores del MIT encabezados por el
profesor Jeffrey Grossman han tratado de maximizar la energía recibida
por distintas estructuras utilizando métodos de Monte Carlo y unos algoritmos conocidos como algoritmos genéticos,
donde se optimiza la evolución de un sistema ante la variación
aleatoria de alguna de sus condiciones. Sería algo similar a lo que
ocurre en la naturaleza con la selección natural. Una vez hecho esto han
construido tres pequeños prototipos que han utilizado para comprobar
experimentalmente si sus simulaciones eran correctas.
Los prototipos con los que trabajaron fueron un cubo abierto por su
parte superior, un rectángulo con la misma base pero el doble de alto, y
una torre con sus paneles ordenados en zigzag, como si fuera un
acordeón. Son las figuras 1, 2 y 3 de la imagen superior,
respectivamente. Los paneles solares utilizados son comerciales
(cualquier persona podría acceder a ellos), están basados en silicio, y
tienen un tamaño de 9 cm2 (3 cm de lado). El cubo está
abierto por arriba y lo recubren 9 de estos paneles solares. Para el
rectángulo, también abierto, se utilizaron 17 placas, y para la torre
32. Todas del mismo tamaño. Para todos ellos se simuló su comportamiento en diferentes situaciones,
como su posición en el planeta o el ángulo de incidencia del Sol.
Comparando estos resultados con las simulaciones para un único panel
solar plano, con un tamaño igual a la base del cubo, ya parecía que la
cosa pintaba bien, pero era necesario realizar una comprobación
experimental para saber si estaban por el buen camino.
Adelante con el experimento
Nada más sencillo para saber la eficiencia real de estos prototipos
que ponerlos en el tejado del MIT y comparar los resultados con los de
un panel solar fotovoltaico convencional. En este punto cabe destacar
una vez más que la comparativa se realiza frente a un único panel solar
con un tamaño idéntico a la base del cubo (o el rectángulo), de modo
que está en clara desventaja con respecto a la superficie de absorción
de luz de las estructuras 3D. Esto es, las estructuras tridimensionales
tienen mucha más área de paneles solares, de modo que es de esperar que,
obviamente, su capacidad para generar energía sea mayor. Y
efectivamente así era. Para un día despejado de invierno la torre obtuvo
20 veces más energía que el panel solar plano.
Para poder hacer una comparación justa los investigadores recurren al
cociente entre el exceso de área de paneles solares y la energía que
generan. De esta forma pueden comparar el exceso de área por unidad de
energía. Los resultados van desde 1,5 al comparar la torre con el panel
plano en un día de invierno, a 4 cuando se compara el cubo con el panel
plano en un día de verano. Vale, sí, esto os habrá sonado a chino. Lo
que viene a decir es que, en términos de la energía que producen, la
torre solamente tiene un 50% más de superficie que el panel plano (a
pesar de tener 32 paneles), mientras que el cubo tiene cuatro veces más
(a pesar de tener 9 paneles). Luego la torre es un sistema muy bien optimizado mientras que el cubo no lo es tanto.
A
la izquierda, ganancia de los prototipos tridimensionales frente a un
panel plano en diferentes condiciones climáticas. A la derecha,
comparativa de la potencia producida en un día nublado por las cuatro
estructuras. Flat hace referencia al panel solar plano, Cube al cubo,
Tall Cube al rectángulo, y Tower a la torre.
Llama mucho la atención otro aspecto destacado del experimento y es
que los resultados de las estructuras tridimensionales son mejores a
medida que son más altos. La razón es bien sencilla. A mayor altura más
rayos de sol vas a poder recibir, ya que es incluso posible lograr un
buen número de fotones incidentes incluso cuando amanece o anochece.
Puesto con números: los prototipos estudiados casi doblaban el número de horas punta de luz, con respecto al panel solar plano; lo que a su vez implicaba una generación de entre 2 y 20 veces más energía.
Podéis comprobarlo en la gráfica izquierda de la figura superior donde
se ve como la energía producida por los prototipos supera con creces a
la del panel plano.
Otra de las grandísimas ventajas de estos prototipos, y que también se observa en la figura superior, es que el clima les afecta muy poco
a la hora de generar energía. Gracias a que pueden poseer paneles en
las tres direcciones del espacio no están limitadas a recoger únicamente
la luz que llega del cielo como en los paneles solares plano (que con
nubes o lluvia no es demasiada), sino que son capaces de recibir luz
rebotada de todas direcciones. En la gráfica derecha de la figura
superior tenemos la generación en un día nublado, donde la curva de
color naranja, que representa a la torre, es mucho mayor que la roja,
que representa el panel solar plano.
Sin embargo esto no es todo. Los paneles solares planos tienen su
funcionamiento óptimo cuando reciben la luz perpendicularmente a su
superficie, pero debido a la propia curvatura de la Tierra para
conseguir esto más allá del ecuador es necesario inclinarlos un cierto
ángulo para compensar la latitud.
A medida que nos desplazamos hacia los polos este ángulo va creciendo y
no es posible lograr tanta energía como quisiéramos. Este problema es
intrínseco de los paneles solares planos, pero que parece solucionarse
con los prototipos creados en el MIT.
Simulación
de la relación de energía media anual producida por el prototipo cúbico
y un panel solar plano para diferentes latitudes.
En sus simulaciones han comprobado como el cociente entre la energía
proporcionada por el cubo y la proporcionada por el panel plano aumenta a
medida que nos alejamos del ecuador. ¿Esto qué quiere decir? Pues que
el cubo, que es el menos optimizado de los prototipos, continúa generando prácticamente la misma energía a pesar de que se encuentre a mayor latitud.
Puesto con números: en una ciudad como Oslo, a una latitud 60º Norte,
la simulación nos dice que el cubo produce más de el doble de energía
que el panel plano en verano y por encima de 15 veces más en invierno.
En resumen…
En resumidas cuentas podemos decir que estos nuevos prototipos
de paneles solares en estructuras tridimensionales han demostrado
comportarse de una forma mucho más efectiva que los paneles solares
planos convencionales a la hora de generar energía. Si bien es
cierto que llevan muchos más placas solares que estos últimos, los
prototipos han demostrado compensar este hecho gracias a que generan
mucha más energía. Además, el sobrecoste de tener más paneles solares es
pequeño gracias a la continua disminución de precios que está sufriendo
esta tecnología, y que cada vez se acentúa más; y su generación
energética es suficiente para cubrirlo con creces.
Otras características y ventajas que podemos enumerar de estos prototipos del MIT son las siguientes:
- La torre con placas en zigzag es la estructura mejor optimizada,
logrando hasta 20 veces más energía que un panel solar plano en
condiciones de nubosidad.
- Las condiciones climáticas y la latitud a la que se encuentren sobre la Tierra tienen un impacto mínimo sobre su funcionamiento.
- Son sistemas fijos que no requieren el complejo y caro sistema de
movimiento que utilizan las plantas solares para seguir al sol y
aumentar su horas de máxima exposición.
- Podrían añadirse espejos con facilidad para focalizar más luz y lograr así aún mejores resultados.
A pesar de todas estas ventajas, queda mucho camino por recorrer,
pues aún estamos lejos de poder implantar estos prototipos de
estructuras solares en nuestros edificios. Además, es necesario
comprobar experimentalmente que todas las simulaciones que se han
realizado se ajustan realmente a la realidad, cosa que llevará bastante
tiempo. Aún así, el futuro para esta "nueva” tecnología parece muy
prometedor. |