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15/03 · 20:34 · Paco Montero
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El puerto, zona vulnerable |
¿Quién no tiene un cerrojo en el portón de su casa para evitar que
entren los ladrones? Que los cacos puedan asaltar nuestra vivienda nos
parece algo remoto, máxime en una ciudad tranquila como Cádiz, sin
embargo lo planteamos como posible. Lo mismo ocurre con los maremotos.
Puede que haya uno mañana o dentro de 2.000 años, pero en España no
existe ningún tipo de cerrojo que evite daños ante una contingencia
natural. No hay ningún sistema de alerta temprana. Ni siquiera la Red
Sísmica Nacional tiene esa competencia.
Cádiz es una zona especialmente sensible a este tipo de fenómenos y
muchos son los estudios científicos que alertan de los estragos que
provocaría una ola gigante en la ciudad. Como ya publicó VIVA CÁDIZ , el
proyecto Transfer promovido por la ONU, calculó cómo afectaría un
tsunami como el que anegó la ciudad en 1755 y preveía qué zonas
quedarían inundadas.
Pese a las conclusiones anunciadas el pasado año, el Gobierno no se
tomó en serio la amenaza y no promovió ninguna previsión. Sin embargo,
Europa sí se lo toma en serio. La Unión Europea, a través del proyecto
Coastress, promoverá el impacto de desastres múltiples en nueve zonas de
Europa y una de ellas es Cádiz.
Cambio de perspectiva
El terremoto de Japón ha cambiado las perspectivas en materia de
previsión. Hasta el desastre japonés hace ahora un año, "la gestión de
emergencias se basaba en análisis de riesgos aislados, Hay planes de
incendios, de emergencias químicas, inundaciones, de mercancías
peligrosas...”, afirma José Antonio Aparicio, presidente de la
Asociación Internacional de Gestores de Emergencias (IAEM por sus siglas
en inglés).
"El problema de Japón es que fue un desastre en cadena. Primero hubo un
terremoto que provocó un tsunami que provocó un incendio que afectó a
una refinería de hidrocarburos y también destruyó planta nuclear. A
partir de ahí se habla de los desastres en cadena. No hablamos del
riesgo único, sino del desastre en cadena”, afirma Aparicio.
En este escenario nuevo, la Unión Europea, más sensibilizada en la
prevención de contingencias que España, investigará no sólo las
consecuencias de un tsunami en Cádiz capital, sino qué daños podrían
producirse en caso de que la ola provocara un desastre en cadena en el
litoral de la provincia.
Aparicio afirma que el estudio comenzará en el plazo de dos o tres meses
y que contará, además de la IAEM, con profesores de la Universidad de
Cantabria.
Para España había dos proyectos. Uno era una catástrofe nuclear en el
Ebro y otra era un tsunami en Cádiz. Finalmente se estudiará la opción
gaditana.La Unión Europea ya ha recibido la documentación y sólo falta
la confirmación.
Se analizará un escenario "de un tsunami en Cádiz que no sólo afecte
población, sino que la ola coincida con crucero lleno de turistas y
afectara a las refinerías del Campo de Gibraltar mientras estuviera
atracado un submarino en Gibraltar y cómo afectaría a los polvorines de
la Base de Rota”, comenta Aparicio.
La resiliencia
"Europa quiere que la gente sea más resiliente. La resiliencia es la
capacidad de una sociedad de afrontar un gran desastre. Cuando más
resiliente seas, antes te vas a recuperar de él”, señala el presidente
de la IAEM.
"Las circunstancias geológicas que propiciaron el tsunami de 1755 se
siguen dando. Son las mismas”, recuerda Aparicio. El Coastress nace de
lo ocurrido en Japón. Los requisitos de las zonas para ser estudiadas es
que sean vulnerables, se puedan producir desastres en cadena y mucha
gente densidad de población”.
Prevenir antes de curar es la clave. "Planificar no tiene costes.
Informar a la población, formarla, educarla y transmitirle cómo tiene
que actuar es lo que tenemos”, apostilla Aparicio.
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