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09/03/2012(El Pueblo)- Según noticias locales, una serie
de erupciones en el Sol esta semana enviaron radiación y plasma solar a
gran velocidad hacia la Tierra, pero al final la tormenta geomagnética
registró el nivel más bajo, G1, en una escala de cinco pasos.
"Nuestros
meteorólogos realmente debieron lidiar con esto", dijo Joseph Kunches,
científico de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los
Estados Unidos (NOAA, por su sigla en inglés). Esa agencia había
señalado que la tormenta podría alcanzar el nivel tres, o "fuerte", y
que sería la peor desde 2006.
"Es muy difícil para los
meteorólogos, literalmente casi imposible, mientras observan la eyección
de masa coronal que sale del Sol poder predecir la orientación del
campo magnético intrínseco", dijo Kunches. El experto indicó que
no hubo reportes de interrupción de los sistemas de geoposicionamiento
global (GPS), ni de problemas de energía eléctrica, y que la aurora
boreal será visible más al norte de lo pronosticado inicialmente por la
NOAA. Sin embargo, el impacto podría empeorar en las próximas 24 horas
mientras la tormenta continúa, dijo. La NOAA y la NASA
advirtieron el miércoles que la tormenta podría afectar los sistemas de
GPS, satélites y redes de energía, y que ya había llevado a algunas
compañías aéreas a cambiar las rutas de vuelo cercanas a los polos. Los
astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional no se vieron
afectados por la tormenta de radiación, afirmó la agencia espacial.
Las
tormentas geomagnéticas y de radiación son cada vez más frecuentes a
medida que el Sol pase de su período de mínima a máxima actividad en los
próximos años, pero los humanos estarían protegidos por el campo
magnético de la Tierra. Sin embargo, algunos expertos están preocupados
porque, como la dependencia de la tecnología de satélites GPS es mayor
de lo que era durante el último máximo de actividad solar, podría haber
más trastornos en la vida moderna.
Las llamaradas solares solo
causaron breves apagones de radio de alta frecuencia, según la NOAA.
Kunches dijo que los meteorólogos estaban tratando de equilibrar la
necesidad de alertar a la gente y al mismo tiempo no dar pronósticos que
provoquen falsas alarmas."¿Cómo dar una buena información a los
usuarios para protegerlos y que les permita tomar medidas de precaución,
sabiendo que en realidad podría llegar a no ser tan grave como se
podría pensar?", se preguntó. "Realmente nos preocupa dar falsas
alarmas".
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