(OroyFinanzas.com) – El gobierno japonés, a través de la Agencia de Servicios Financieros –FSA en sus siglas en inglés– está articulando un protocolo para forzar quitas en los inversores bancarios. Dentro de este capítulo entran los accionistas, acreedores y depositantes de los bancos nipones según ha informado el gabinete de comunicación del Nikkei.
Estos planes están contenidos en los informes de autorización de emisión de participaciones preferentes y bonos convertibles en acciones que van a emitir tres de las grandes corporaciones bancarias japonesas: el Mitsubishi UFJ (MTU), Mizuho Financial (MFG) y el Sumitomo Mitsui (SMFG). Tanto las participaciones preferentes como la deuda subordinada forman parte de los fondos propios de un banco con categoría Tier 1 para los cálculos de Basilea III.
En las últimas semanas hemos publicado diferentes informaciones que recogían una seria preocupación en el Ministerio de Finanzas de Japón sobre la sostenibilidad de la deuda pública y la huida de los inversores particulares hacia la renta variable. Tanto la burbuja en el precio de los bonos nipones como la burbuja en la Bolsa crecen sin parar. En este momento, la rentabilidad real de los bonos soberanos es negativa, mientras que la rentabilidad de las acciones es mucho mayor.
Por ello, los inversores están deshaciendo posiciones en bonos del Estado japonés y tomando posiciones en la Bolsa. Ese hecho constituye un nuevo intento de protegerse de la represión financiera y la inflación. Es, en pocas palabras, una búsqueda de rentabilidad que puede mitigar la pérdida de poder adquisitivo de los ahorros de los ciudadanos.
El gobierno japonés, con este mecanismo de confiscación similar a lo acaecido en Chipre, tendrá controlados prácticamente todos los resortes del mercado financiero en Japón, de manera que nadie se escape de larepresión financiera, la pérdida del valor de la moneda con más QE y el salvamento, con cargo a los ciudadanos, del Estado.
Fuente: Yahoo Finances