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Una fuerte tormenta geomagnética se sumó ayer 26 de
septiembre a la gran actividad que tiene nuestra estrella desde que
generara un cúmulo de llamaradas solares el 22, 24 y 25 de
septiembre. Este fenómeno es parte de las tormentas solares del período activo
del Sol que aumenta cada 11 años (Máximo Solar).
Además, durante todos estos días se mantiene afectando a la Tierra una tormenta
de radiación menor, informa la Agencia Nacional de la Atmósfera y
Océano de EE.UU. (NOAA).
Ayer se generó un alerta de
tormenta geomagnética fuerte (G3) que pasó a ser moderada
(G2), y que se mantiene hasta el día de hoy, lo que significa una
serie de efectos a nivel de energía en operaciones de las naves espaciales y de
los satélites.
Cuando la tormenta es
fuerte (G3), los sistemas de energía pueden requerir correcciones en
el voltaje, y los dispositivos de protección pueden generar falsas alarmas o
revelar datos confusos.
Afecta a las operaciones de las
naves espaciales que pierden su orientación y entonces es necesario hacer
correcciones en los equipos. Sobre todo en los satélites de órbita terrestre
baja, estos aumentan su resistencia y los equipos en la superficie pueden verse
afectados.
La navegación por satélite y las
comunicaciones de baja frecuencia pueden tener problemas de navegación y la
radio de alta frecuencia puede ser intermitente.
Como resultado se pueden ver
hermosas auroras boreales tan bajo como en Illinois y Oregón en EE.UU, y hasta
latitud 50 Norte en general.
En el caso de la tormenta
geomagnética fuerte y moderada (G2) como la que se
mantiene hoy, junto con afectar a las aves migratorias que se desorientan en
este período, los sistemas de energía pueden experimentar alarmas en la tensión
o daños en los transformadores.
En el caso de las naves
espaciales, estas requieren control desde tierra y hacer cambios en las órbitas
Los sistemas de alta frecuencia
pueden desaparecer en las altas latitudes y se ven auroras boreales incluso
hasta en Nueva York.
Simultáneo a esto, el Sol
mantiene una tormenta de radiación solar que por sí misma
afecta con impactos menores en radios de alta frecuencia en las regiones
polares. Además desorientará a los animales migratorios.
"Durante los brotes de radiación
ultravioleta, y altos flujos de partículas cargadas que llegan a la Tierra
horas después, hay también un impacto en los satélites en órbitas más altas
(más de 1000 km), provocando un mal funcionamiento de los detectores de ruido y
la degradación de la electrónica. En latitudes altas, partículas cargadas de
alta energía pueden llegar a la ionósfera, causando ionización adicional e
interferencia a las radios”, explica la NASA.
El Sol ha estado con verdadera
tormenta solar y registró fuertes llamaradas el 22, 24 y 25 de septiembre. La
NASA explica que durante éstas las erupciones solares, el nivel de rayos X y la
radiación ultravioleta del sol aumenta.
La atmósfera absorbe esta
radiación, calentándose y su densidad de gas se 'hincha' a una altura de varios
cientos de kilómetros. "Esto conduce a la inhibición de los satélites en
órbitas bajas - hasta el hecho de que se pueden perder. El caso más famoso de
este prototipo fue en 1979, con el Skylab de Estados Unido”, informa la NASA.
Conociendo los efectos que
produce el Sol aproximadamente cada 11 años, y con el objeto de adecuar los
vuelos de los satélites que orbitan a diario nuestra Tierra, los astrónomos han
presentado estudios de los efectos retardados de las llamaradas solares, las que
a veces son superiores a la llamarada misma.
Imágenes de la galería:
La serie de imágenes pertenece al
observatorio espacial Solar y heliosférico SOHO, lanzado al espacio por la
Estación Espacial Europea (ESA) y la NASA. SOHO cuenta en su interior con diversos
instrumentos para obtener imágenes.
La imágenes EIT son desarrolladas por el telescopio de
extremo nivel de rayos ultravioletas en la atmósfera solar, que tiene un largo diferente
de onda por lo que es capaz de mostrar al Sol en sus diferentes niveles de
temperatura.
Las imágenes MDI son ideales para ver las manchas solares.
Las imágenes LASCO C2 en
rojo y C3 en azul son
del cronógrafo espectrómetro de largo alcance que permite ver al sol bloqueando
con un disco sus rayos directos. |