La
Tierra experimentó la tormenta magnética más poderosa del lustro, pero
la actividad solar no diminuirá y podría generar auroras boreales en
latitudes insólitas, advierten los astrofísicos. Una serie de
explosiones solares registrada desde el 3 de julio y durante la semana
pasada desestabilizó el geomagnetismo de nuestro planeta.
La
actividad solar llegó a su cúspide este domingo, cuando se registraron
varias llamaradas, la más potente de la cuales alcanzó una magnitud
récord de X1.1, según el Centro de Predicción del Clima Espacial de
EE.UU. El Observatorio de Dinámicas Solares de EE.UU. (SDO, por sus
siglas en inglés) captó en video la tormenta solar.
Mientras,
el flujo de las partículas liberadas tardó dos días en llegar a la
magnetosfera terrestre, que ya estaba desestabilizada por las
expulsiones anteriores. Según el portavoz del planetario de la ciudad
rusa de Novokuznetsk (Siberia), incluso a través de los dispositivos
astronómicos más simples se puede en estos días observar las repetidas
expulsiones de masas coronales a distancias de hasta un millón de
kilómetros. El científico avisó asimismo del probable surgimiento de
nuevas manchas en la superficie del Sol. "Dichos fenómenos sucederán en
el Sol con una regularidad 'envidiable'. Varios de ellos se podrán
registrar con un mero telescopio”, afirmó.
Como
consecuencia del continuo bombardeo de partículas y rayos X hacia la
Tierra, los científicos predicen la aparición dentro de los próximos dos
días de auroras boreales en latitudes insólitas. El Sol entró en su
fase hiperactiva a finales de mayo pasado. Su parte más dinámica en la
primera semana de julio fue la mancha solar AR1515, a la que se debe la
inestable radiación que llega a la Tierra. Esta mancha solar tiene
191.000 kilómetros de largo, lo que supera 15 veces el diámetro de
nuestro planeta.
(Tomado de actualidad.RT)
EE.UU. 9 julio 2012 C.M.V.