Expertos japoneses liderados por el investigador Fumio Yamazaki
evaluaron la preparación de La Punta ante un fenómeno impredecible
En el caso de un fuerte "terremoto”, una de las únicas opciones de salvar vidas ante el tsunami
que se produciría sería realizar evacuaciones verticales, es decir
subir a los edificios como en el que estamos ahora”, nos dice el
ingeniero e investigador japonés Fumio Yamazaki, desde lo alto de una
de las 15 edificaciones de La Punta (Callao) destinadas a refugio en casos de desastre.
El experto de la prestigiosa Universidad de Chiba
se encuentra en Lima liderando una delegación japonesa de especialistas
en la mitigación de desastres causados por terremotos y tsunamis. Su
visita se desarrolla en el marco de una investigación conjunta (*) que realizan Perú y Japón para compartir tecnología y experiencias sobre medidas de prevención ante desastres naturales.
Yamazaki
considera que la población del distrito está preparada para afrontar un
escenario como el descrito inicialmente, sin embargo pone énfasis en la
necesidad de verificar si los edificios designados como refugio estén
adecuadamente construidos, de manera tal que resistan el terremoto
previo al tsunami que se provocaría si su epicentro fuera frente a las
costas del Callao.
Parte de la investigación peruano-japonesa, contempla precisamente la mejora de la resistencia sísmica de los edificios.
EVACUACIÓN VERTICAL El
alcalde de La Punta, Pío Salazar, reconoció que las edificaciones
alrededor de su jurisdicción no están en el mejor de los estados y que
incluso "tampoco sabemos en qué situación estarán los edificios
destinados a evacuación en casos de un fuerte sismo”.
La
autoridad edil indicó que su administración ha planteado la
construcción de un edificio destinado exclusivamente a realizar la
evacuación vertical pero para esto, dijo, requieren de recursos
provenientes del Gobierno Central. "El edificio deberá tener una
estructura óptima para resistir el terreno y después el tsunami. Eso
debería replicarse en todas las zonas inundables de la costa del país”,
aseguró.
"En el supuesto escenario de un terremoto de 8,5
grados, a 70 km de distancia del litoral y a 60 km de profundidad, se
generarían olas de 8-12 m. de altura que llegarían en 15 minutos a la
costa. No tendríamos la menor posibilidad de salir (a tiempo) del
distrito, entonces la recomendación es subir a zonas elevadas. Tenemos
15 edificios destinados a la evacuación vertical”, afirmó.
Los
científicos japoneses remarcaron la importancia de este tipo de
construcciones en la medida que pueden salvar muchas vidas. En ese
sentido recordó que muchas personas salvaron de morir arrasadas por el tsunami que afectó Japón en marzo último debido a que subieron a edificios altos. Esto está documentado en muchos de los videos de testigos que registraron esa tragedia.
LAS LECCIONES DE JAPÓN Sobre
la experiencia de aquel fenómeno, Yamazaki dijo que se pudieron salvar
a más personas pero que algunas ciudades afectadas por el tsunami no
estaban preparadas para un terremoto de 9 grados de magnitud. "Lo que
pasó fue que la población estaba preparada para un terremoto de una
magnitud mucho menor. Los muros de contención para resistir las olas
del tsunami, tenían cierta altura que creó cierto sentimiento de
protección, pero en este caso las olas los rebasaron”, afirmó.
El terremoto del 11 de marzo
ocurrió frente a la costa de Honshu,a 130 km al este de Sendai, en la
prefectura de Miyagi, con una profundidad de 32 kilómetros. La magnitud
de 9 grados lo convirtió en el terremoto más potente que sufrió Japón
en toda su historia. Más de 15 mil personas perdieron la vida a
consecuencia del terremoto y del posterior tsunami.
El
experto sostiene además que el número de víctimas también fue elevado
debido a que muchas personas intentaron evacuar las zonas de inundación
en automóviles. El factor clave aquí fue la actitud de la gente. "En el
caso de áreas planas o llanas, muchas personas intentaron evacuar
utilizando sus carros. Se produjo mucho tráfico y se quedaron
atrapados. El tsunami los atrapó adentro”, explicó.
SIMULADOR DIGITAL Erick Mas Samanez,
un joven ingeniero de la UNI que realizó una maestría sobre gestión de
riesgo de desastres en la Universidad de Tohoku, explicó que entre las
labores que desarrolla el grupo de investigación peruano-japonés figura
el análisis y recolección de información para emplear un simulador
digital de propagación de tsunami, tecnología que Japón emplea desde la
década del 90.
"El simulador predice la altura de la ola, la
velocidad de tsunami, el tiempo de llegada a la costa y la altura de la
inundación. En base a estos datos estudiamos qué otras tecnologías y
mejoras se puede hace en materia de prevención de tsunami”, señaló. "La
recopilación de datos para la aplicación de este simulador para el Perú
es lo que estamos haciendo ahora”, acotó.
Cuando se tenga
toda esta información, aseguró Mas, será posible realizar un modelo de
simulación aplicable al Perú. "Se podrá ver cómo afectaría el tsunami
en diversas zonas del país: cuánto inundaría, a qué altura y con qué
tiempo se contaría para realizar una evacuación”.
(*)
Del lado peruano participan en este proyecto el Instituto Geofísico del
Perú, Defensa Civil, la Dirección de Hidrografía y Navegación de la
Marina de Guerra del Perú, la Universidad Nacional de Ingeniería,
mientras que del lado japonés se encuentran investigadores de diversas
universidades (Tohoku, Tokio, Chiba, etc)
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