Algunos agoreros sostienen que ambos fenómenos están vinculados
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Los científicos, sin embargo, señalan que ni tan siquiera es
posible predecir a 10 meses vista una actividad tan elevada del Sol
Ciencia|
24/01/2012 - 00:01h
¿Qué relación pueden guardar una hipotética gran tormenta solar, que podría tener lugar a finales de año, y las profecías mayas que apuntan a un cambio de ciclo para el 21 de diciembre de 2012?
Pues bien, para algunos agoreros, mucho, y es que vinculan una cosa con
otra (están convencidos de que los vaticinios de una gran actividad
solar corresponden a lo que los mayas pronosticaron antaño). En cambio,
la comunidad científica le da poca credibilidad a estas fabulaciones.
Los científicos, incluso, no tienen nada claro ni siquiera que dicha
gran tormenta solar pueda llegar a producirse. "No hay razones para
creer que la tenga que haber ni que no la tenga que haber. Nuestra
capacidad de predicción a día de hoy no es suficiente para poder saber
con diez meses de antelación que se va a producir una tormenta solar de
la proporción que sea. Por tanto, es muy aventurado decirlo”, explica a LaVanguardia.com el investigador del Instituto Astrofísico de Andalucía del CSIC, José Carlos del Toro.
"Otra cosa es que existen unas teorías que apuntan a que después de un
fuerte mínimo va a venir un fuerte máximo de actividad solar, y es en
ciclos de este tipo cuando se dan tormentas solares con fenómenos más
energéticos de lo habitual. Pero no hay nada de cierto en semejante
predicción”, añade.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de una tormenta solar?
Este fenómeno es, básicamente, una eyección de partículas a muy alta
velocidad (y, por tanto, con muy alta energía cinética) que salen
expelidas del Sol como consecuencia de cambios en la estructura
magnética del astro rey. Hay que tener en cuenta que dicha velocidad
puede ser a veces del orden de la mitad de la que viaja la luz, lo que
quiere decir que estamos ante energías muy considerables.
Estas eyecciones de material coronal a muy alta velocidad salen
despedidas al medio interplanetario y eventualmente llegan a la
superficie de la Tierra. En el momento en que interactúan con la Tierra,
esas partículas disparan toda una serie de fenómenos, denominadas
tormentas geomagnéticas (el término tiene su origen en le hecho de que
el escudo protector de la Tierra es el campo magnético terrestre). "Si
bien éste es muy débil, es capaz de desviar fundamentalmente estas
partículas que vienen del Sol, que son iones, partículas cargadas
eléctricamente, a los polos. Eso forma las auroras boreales en el polo
Norte y australes en el Sur y otra serie de fenómenos”, recuerda Del
Toro.
Cuando las tormentas son especialmente energéticas pueden
verse no sólo en los polos, sino en latitudes más bajas (porque el
escudo no ha sido suficientemente poderoso y algunas partículas han
llegado a interactuar con las capas altas de la atmósfera, con la
Ionosfera, y alteran su estado químico).
"Esta alteración del
estado químico de la Ionosfera también precipita una serie de fenómenos
que van desde la alteración en las comunicaciones vía satélite a riesgos
eventuales en las órbitas de satélites. Incluso puede comportar efectos
nocivos observables en la propia Tierra, como fuertes apagones, porque
llegan a afectar a grandes tendidos eléctricos o grandes tendidos
metálicos, como pueden ser oleoductos o tuberías de largo recorrido.
También podrían correr cierto peligro los astronautas que pudieran estar
fuera de su nave en ese momento. Esas interacciones eléctricas son
desde molestas hasta peligrosas y por eso hay mucho interés en adquirir
capacidad de predicción, cosa que hoy no tenemos suficientemente
desarrollada. Las catástrofes, hasta ahora, no han pasado de fuertes
apagones o de pérdida de sintonía con algún pequeño satélite, lo cual no
quiere decir que algunas futuras puedan ser más importantes”, subraya
este investigador del CSIC.
Antecedentes
Algunas tormentas solares han pasado a la historia por su virulencia y
por sus efectos sobre la Tierra. Una de las más conocidas recibió el
apelativo de Evento Carrington. "Surge de una
tormenta solar que fue muy importante. Este mismo siglo hubo una el día
de la Bastilla (ocurrió el 14 de julio de 2000). Las llamaradas fueron
espectaculares y cubrían casi un cuarto del disco solar. Se han llegado a
producir tormentas muy importantes, y otras no tanto. Pero son
fenómenos absolutamente normales en la vida de nuestra estrella y no
hay, en principio, que alarmar a la sociedad porque son habituales. Es
verdad, sin embargo, que los más energéticos pueden causar efectos más
nocivos y nos convendría, como planeta, estar prevenidos”, recuerda Del
Toro.
¿Qué hay de cierto en las profecías mayas?
Parece ser que los mayas,
a pesar de ser muy aficionados a hacer predicciones (el sistema ritual
maya trataba de pronosticar mediante la observación astronómica las
mejores fechas para la siembra, la cosecha e incluso la guerra), poco
hablaron del fin del mundo.
En todo caso hicieron referencia a
fines de ciclo. Para ellos, cada ciclo estaba compuesto de 400 años y
cada era se componía de 13 ciclos, lo que suma 5.200 años mayas (5.125
según el calendario gregoriano). De acuerdo con esa cuenta, la era
actual concluiría a finales de diciembre de 2012 y comenzaría una nueva.
Las ideas judeocristianas del apocalipsis llevaron a una
"interpretación fácil” sobre la visión maya de los ciclos cósmicos y
derivaron en las presuntas profecías del fin del mundo, denunciaba
recientemente el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH) a través de un comunicado.
Hace pocas fechas, concretamente el pasado mes de noviembre, unos 60
expertos de la cultura maya se dieron cita en la VII Mesa de Palenque,
antigua ciudad maya ubicada en el estado mexicano de Chiapas.
Según concluyeron, la profecía maya de 2012 surgió en la década de los
70, cuando el escritor Frank Waters escribió un texto que contenía una
mezcla de creencias. "A partir de ese escrito comenzó una secuencia de
obras sobre la ‘nueva Era’ que ha crecido y genera grandes ganancias,
debido a que satisface la necesidad de mucha gente de creer, pero no
tiene ningún sustento en los métodos de la investigación humanística ni
académica", denunciaba Erik Velásquez García, Doctor en Historia del
Arte de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Estos
expertos precisaron también que sólo en dos textos glíficos mayas, de
unos 15.000 conocidos, se menciona el año 2012. La primera de estas
citas está en el monumento 6 en la zona arqueológica El Tortuguero, en
el municipio de Macuspana, y el segundo en el municipio de Comalcalco,
ambos en el estado de Tabasco.
"Evidentemente, nuestro
calendario y el de los mayas no son el mismo. Eso se traduce en algo muy
sencillo: el supuesto fin del mundo profetizado por los mayas ya se
habría producido. Se cumplió el 25 de diciembre de 2005, curiosamente
cuando empezó la crisis que, eso sí, no explotó hasta el 2007”, explica a
LaVanguardia.com Sebastià d’Arbó, periodista especializado en investigaciones parapsicológicas y presentador del programa de Rac1 Misteris.
D’Arbó todavía introduce un par más de autores que ayudaron, según su
punto de vista, a acrecentar estas profecías apocalípticas mayas. "Todo
parte del libro del historiador norteamericano José Argüelles. Hablo de
‘El factor Maya’. Él se basa en unas predicciones hechas por los indios
Hopi, que se ubicaban en la zona sur de los Estados Unidos, en Nuevo
México y Arizona, y que habían tenido relación con los aztecas y los
mayas. Ellos son los que realmente elaboraron estas profecías. Argüelles
creyó ver similitudes entre las profecías de estos indios y la séptima
profecía maya”, apunta. "Luego vino un periodista alemán, Alberto
Beuttenmüller, e hizo un libro (2012: La Profecía Maya) que se basaba en
el libro de Argüelles”, añade.
Es evidente que se ha escrito
mucho sobre los mayas y sus supuestas profecías. Pero también parece
evidente que difícilmente (o al menos eso esperamos) el mundo se acabará
a finales de 2012. De todas formas, cada cual puede pensar como quiera,
solo faltaría. Como alguien dijo alguna vez muy acertadamente, el
pensamiento es libre.
Simone,vou comentar um lance iertnessante: Se antes todo trabalho era definitivo, hoje temos rascunhos eternos, o que e9 bom. Pena que nem todo mundo que tem um blog faz como vocea, que volta nas discussf5es, faz corree7f5es quando necesse1rio. O que eu vejo por aed e9 muita gente apagando erros como se eles nunca tivessem estado le1… Simone, vou te dizer uma coisa, je1 vi blogs que ve3o deixando os erros marcados. Mudei isso e aquilo e mostro para todo mundo que mudei.Pensei sobre isso, ne3o tanto, nunca ouvi ningue9m defendendo isso, bem ou mal, mas ne3o vejo necessidade disso.Vou le1 mudo, ne3o digo nada a ningue9m.E minha motivae7e3o ne3o e9 esconder, mas apenas ter um texto legal para quem vai lea-lo. Aquele mundo de rabiscos, marcas, etc ne3o gosto, acho que suja o texto.Acredito que seria muito bom ter na ferramenta do blog um histf3rico do post, com as marcas de mudane7a, eu deixaria aberto para o pessoal que quiser ver esse tipo de detalhe.Mas, a meu ver, deve ser te3o pouca gente, te1 todo mundo com pressa e quer o melhor de forma re1pida.Penso assim, aberto a discutir, pois nunca fui confrontado com uma vise3o distinta.Me diga,beijosLili, me1quina de escrever?Pois e9, tamos ficando velhos Beijos
Si desgraciadamente hubiese una gran tormenta solar y impactara con la tierra nos quedariamos sir red electrica y lo que es peor,esas lineas electricas,subestaciones,generadores se quemarian.Y nos llevaria meses incluso años arreglarlo lo que quiere decir que volveriamos a vivir como en el siglo XIX,es para pensárselo.Si miramos a nuestro alrededor, vemos el comportamiento del ser humano, la eliminación sistemática de las clases medias, la violencia gratuita en todos los ordenes, las guerras "preventivas" antes llamadas de conquistas y el estado de los países en general, YA estamos en medio del fin del mundo, sólo que no queremos darnos cuenta por que no es una catástrofe natural sino una catástrofe moral.Vamos hacia la destrucción del planeta? no, en realidad lo que estamos destrozando es nuestro hábitat. El planeta es mucho mas fuerte de lo que somos nosotros. Él ha sobrevivido a cataclismos, glaciaciones, meteoritos y un largo etcétera. Los humanos somos los débiles en esta historia y los que nos estamos poniendo en jaque. El planeta y sus formas de vida seguirán adelante, con o sin humanos. Somos tan egocéntricos que pensamos que si los humanos desaparecen es "el fin del mundo".