http://www.semana.com/gente/caso-emergencia/188565-3.aspx
El
último día del calendario maya, el cambio climático y la escasez de
recursos son, para muchos, síntomas de que se acerca el Apocalipsis. Los
más cautelosos se preparan desde hace meses para afrontar el peor
escenario.Sábado 24 Noviembre 2012
Desde
que surgió la teoría de que el 21 de diciembre de este año, el último
día del calendario maya, marcaba el fin del mundo, muchos empezaron a
elaborar la forma como sucederá. Unos creen que Jesús llegará en un
segundo advenimiento que desatará el arrebato y que solo se salvarán
unos pocos. Algunos más afirman que las fuerzas cósmicas invertirán los
polos, que un cuerpo cuatro veces superior en tamaño a la Tierra chocará
con ella o que el planeta quedará sumido en la oscuridad. Los menos
creativos temen que una crisis nuclear y el colapso económico de las
potencias occidentales llevarán a una cruenta guerra de supervivencia. Los
escenarios son infinitos y ninguno es alentador, por lo que piensan que
hay que prepararse. Hace un tiempo surgió un movimiento de personas que
llevan meses organizando suministros, lugares secretos, búnkers
subterráneos y estrategias para salir airosos de cualquier escenario
apocalíptico. Si bien los 'preppers' -como se les llama- empezaron como
un grupo pequeño al que la mayoría tildaba de locos, el fenómeno ha
tomado tanta fuerza que salieron en un reciente reportaje de la revista
dominical de The New York Times. Ahora hay desde páginas de internet
para vender productos de supervivencia, hasta programas de televisión
que explican qué hacer ante el juicio final.
"Promovemos un
estilo de vida que nos permita ser autosuficientes en caso de que algo
terrible ocurra", dijo a SEMANA el estadounidense Scott Hunt, fundador
de Practical 'Preppers' y consultor recurrente del programa Preparados
para el fin del mundo (Doomsday 'Preppers') de NatGeo. Aunque para él
las teorías conspirativas son un poco descabelladas, está más que
dispuesto a ayudar a quienes quieren seguir con vida, sin reparar en lo
que crean: "No importa por qué quieres hacerlo, las soluciones siempre
son las mismas: necesitarás agua, comida, refugio, armas y canales de
comunicación".
Hunt, al igual que el 90 por ciento de las
personas a las que asesora, está convencido de que se vienen
dificultades económicas muy serias que ni siquiera el gobierno va a
poder resolver, y que por eso es mejor estar listo. En caso de que el
petróleo se acabe y no exista la posibilidad de transportar alimentos en
camiones y aviones, de que el agua potable no llegue con simplemente
girar el grifo, o de que algo le impida tener electricidad, Hunt tendrá
todo bajo control. Cuenta con enlatados, medicamentos, gasolina y agua
que le alcanzarán a él y a su familia durante un año. Pero lo más
importante es que cuando se quede sin víveres, podrá sembrar su propia
comida, purificar su propia agua y generar su propia energía.
Esas
habilidades serán útiles siempre y cuando después del revolcón los
sobrevivientes se agrupen en una nueva sociedad respetuosa y cívica,
pero las probabilidades de que eso pase son más bien remotas. Lo que
todos temen es que quienes logren resistir las inclemencias del
Apocalipsis estarán tan desesperados que se volverán una turba violenta
dispuesta a hacer lo que sea para conseguir elementos de primera
necesidad. Por eso, uno de los aspectos más importantes que los
'preppers' tienen en cuenta es la seguridad y ella se traduce en armas.
Muchas armas.
Según David Kobler, militar retirado y asesor de
Practical Preppers, uno no solo debe ser capaz de alimentar a los suyos,
sino de protegerlos. Su ideal es que cada miembro de la familia tome
cursos de tiro y combate cuerpo a cuerpo para defenderse de cualquier
ataque. Además, cree que todos deben contar con al menos un rifle, un
revólver y toda la munición que sea posible. "Las balas son una
inversión como el oro y la plata; así que compre todas las que pueda",
sugiere Kobler a los protagonistas de Doomsday 'Preppers'. Y como no
siempre será necesario defenderse con fuerza letal, también recomienda
conseguir gases lacrimógenos, balas de caucho y bombas pequeñas.
Adicionalmente,
hay que pensar que el fin puede llegar con una amenaza nuclear,
biológica o química, así que los más previsivos tienen otras cosas en
cuenta. No solo necesitarán un traje de seguridad, una máscara de gas y
un kit médico, sino un lugar donde guardar las provisiones, al que
puedan acceder fácilmente, pero que no esté a la vista de todo el mundo
para evitar invasiones. Por eso, muchos han recurrido a búnkers.
Estos
espacios se han vuelto tan populares que ya cuentan con su propio
programa de televisión, pero Hunt no cree que la solución a todos los
problemas sea un refugio subterráneo. "Los búnkers están endiosados.
Pueden ser útiles en algunos casos, pero en una tormenta como Sandy,
serán los primeros en inundarse". Eso no tiene que ser un problema. En
vista de que el temido fin del mundo se convirtió en un negocio
rentable, si los búnkers no se adaptan a las necesidades del cliente, se
puede escoger un resguardo en las montañas, o incluso una de las
extravagantes arcas de Noé que vende un empresario chino por 800.000
dólares.
La fiebre de protegerse contra el último día es
particularmente fuerte en Estados Unidos, pero con las series de cable y
la cercanía al 21 de diciembre se está contagiando al resto del mundo.
De este a oeste cada vez hay más personas dispuestas a luchar a sangre y
fuego cuando la tragedia los sacuda. "Es importante tener la
información precisa y saber qué está pasando para responder
adecuadamente. Yo puedo blindar mi casa en caso de invasión o escapar en
barco", dijo a esta revista Martin Tedder, un 'prepper' holandés.
Para
muchos, las ideas de estas personas no son más que excentricidades.
Donald Yeomans, científico de la NASA, insiste en que ni el calendario
maya implica el fin de los tiempos, ni habrá una tormenta solar, ni
habrá una alineación planetaria, ni los astrónomos están confabulados
para guardar todos esos secretos. "Todas las razones por las que el
mundo acabará son absurdas. Ninguna tiene evidencia creíble. En la
última década ha habido más de 40 predicciones del fin del mundo, y acá
estamos", comentó a SEMANA. A él todas las teorías le parecerán
irrisorias. Sin embargo, si algo ocurre y los humanos tienen que
protegerse de las llamas del arrebato, del impacto de un planeta con la
Tierra o de una horda de desadaptados dispuestos a matar por un plato de
comida, los 'preppers' serán los únicos que seguirán acá el 22 de
diciembre.
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