http://www.oem.com.mx/laprensa/notas/n2809339.htm
José Luna/ El Sol de México
Ciudad de México.-En 2013 está
previsto se incrementará el número y la intensidad de las tormentas
geomagnéticas por el aumento de actividad del Sol, generando partículas
muy energéticas que penetrarán el campo magnético de la Tierra y
afectarán los componentes electrónicos de los satélites que orbitan el
planeta.
El doctor Américo González Esparza, investigador de la
Unidad Morelia del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM, explicó que
el ciclo de 11 años del astro avanza hacia su auge, situación que
ocurrirá en los próximos meses.
Las partículas solares ocasionan
las auroras boreales y calentamientos en las capas altas de la
atmósfera, lo que provoca que los satélites de órbitas bajas comiencen a
frenarse. "Eso eventualmente puede llegar a tirarlos", destacó el
científico.
Actualmente, señaló, muchos de los satélites son
indispensables para dotar a la población de telefonía, Internet,
sistemas de posicionamiento global (GPS) y rutas aéreas o marítimas, así
que las afectaciones a sus transmisiones pueden ocasionar peligros a la
población y daños económicos considerables.
Aunque el fenómeno
no se puede evitar, es posible predecir su llegada a la Tierra y atenuar
sus posibles daños, explicó González Esparza, quien estudia el clima
espacial con el Radiotelescopio de Centelleo Interplanetario, también
conocido como MEXART, por las siglas en inglés de Mexican Array Radio
Telescope.
El equipo, en funcionamiento desde 2005 en Coeneo,
Michoacán, es el primer arreglo de gran área construido en América
Latina para estudiar tormentas solares, y el tercero en su tipo en
operación, después de los radiotelescopios de la India y Japón.
Mediante
un comunicado se indicó que consta de cuatro mil 96 dipolos,
distribuidos en una zona de 140 metros en la dirección este-oeste, y 80
metros en la norte-sur, lo que suma casi 10 mil metros cuadrados de
área.
El Sol, como todas las estrellas, tiene ciclos de
actividad. El de nuestro astro dura aproximadamente 11 años, llega un
momento en que sus tormentas se hacen muy frecuentes e intensas y, de un
momento a otro, su actividad se reduce hasta casi desaparecer, para
luego reiniciar de forma paulatina.
Las tormentas solares se
manifiestan en enormes explosiones. De repente salen burbujas del Sol,
nubes de gas que se empiezan a propagar y algunas pasan cerca de la
órbita de la Tierra. Nuestro planeta tiene un campo magnético que
funciona como coraza; es un escudo que, en general, evita que el viento
solar llegue a la atmósfera.
"Pero estas enormes nubes a veces
son capaces de romper esa coraza por unas horas. Entonces las partículas
se meten y producen auroras boreales, pero también interrupciones en
telecomunicaciones, en lo que se llama tormenta geomagnética", expuso el
físico espacial.
Una tormenta solar ocurre si hay una explosión
en la atmósfera de la estrella y salen las nubes de material hacia el
espacio; mientras que una geomagnética se presenta en el momento que
esas nubes chocan con el campo magnético terrestre y rompen la coraza
por algunas horas.
Si ocurre una de estas últimas, el campo
magnético de nuestro mundo tiene variaciones que, por varios procesos
físicos, causan interrupciones en las telecomunicaciones, abundó.
En
Coeneo se monitorean esas nubes en su camino entre el Sol y la Tierra.
El telescopio está dirigido al cielo, y capta diferentes fuentes de
estrellas y galaxias, que son registradas por el radiotelescopio, y si
hay una nube de material solar en su camino, la señal llega con ruido.
"A
este último se le llama centelleo, y nos indica que hay una nube de
material solar en camino a la Tierra que puede producir una tormenta
geomagnética", subrayó González Esparza.
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