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Los acusados se enfrentan a 15 años de prisión por homicidio involuntario
Empieza el juicio contra los técnicos por no alertar del fatídico terremoto del 2009Siete científicos de prestigio contratados por el Gobierno de Italia
fracasaron a la hora de anticipar el terremoto de L'Aquila que causó
309 muertos, 1.600 heridos y el desahucio forzoso de más de 35.000
personas. Los siete expertos formaban parte de la Comisión de Grandes
Riesgos que, una semana antes del fatídico 6 de abril del 2009,
tranquilizó a la población ante los numerosos temblores menores que se
estaban produciendo. Y la población se fió, y siguió durmiendo en sus
casas. Bajo sus escombros murieron muchos de ellos.
La
fiscalía cree que los científicos disponían de elementos suficientes
para estimar que estaba a punto de producirse un temido seísmo. Así que
ayer, en una aula del Tribunal de L'Aquila, se abrió el primer proceso
por el terremoto que se cebó en la pequeña ciudad de Los Abruzos, en el
centro de Italia. A los técnicos se les acusa de negligencia y
homicidio involuntario y se enfrentan a una pena máxima de 15 años de
prisión. La comunidad científica italiana está muy pendiente del
caso. Unos 5.000 científicos firmaron el año pasado una carta que
enviaron al presidente de la República, Giorgio Napolitano, de defensa
a los acusados. Y a todo ello, una cuestión flota sobre el proceso:
¿puede condenarse a alguien por no saber prever un fenómeno natural? El
seísmo alcanzó los 5,8 grados de la escala Richter, una intensidad que
no debería haber producido tantos daños, ya que la zona está declarada
de riesgo sísmico y, por lo tanto, con la obligación de construir y
reconstruir los edificios bajo determinadas reglas. INFORMACIÓN
IMPRECISA / Los sismógrafos llevaban días oscilando entre los tres y
cuatro grados, sacudiendo las viejas casas medievales del centro
urbano, pero los expertos de la comisión quitaron hierro al peligro y,
según la acusación, ridiculizaron el miedo de los ciudadanos. Para los
fiscales, se trató de «una evaluación del riesgo sísmico aproximada,
genérica e ineficaz». Consideran que la comisión divulgó «informaciones
imprecisas, incompletas y contradictorias sobre la peligrosidad de la
actividad sísmica». Por esta razón, el juez ha ordenado el
juicio de Bernardo Bernardinis, Franco Barberi, Enzo Boschi, Giulio
Selvaggi, Gian Michele Calvi, Claudio Eva y Mauro Dolce. Se trata de
personajes casi desconocidos por el público italiano, pero que están
entre los mejores científicos del país y que por esta razón formaban
parte de la comisión que debía evaluar los riesgos de un terremoto. De
los siete imputados, solo uno estuvo presente en la audiencia de ayer,
el entonces subdirector del sector técnico de Protección Civil,
Bernardo De Bernardinis. «Considero importante estar aquí, porque esta
es mi tierra, lo debía a la gente del lugar y, además, quiero subrayar
la profesionalidad y la calidad de los otros altos funcionarios», dijo. La
primera audiencia de la vista oral fue dedicada a la admisión de
acusaciones particulares, de las que el tribunal admitió unas 70. En
conjunto, todas ellas han evaluado que la falta de previsión del
terremoto vale una indemnización de 50 millones de euros. Hay un total
de 300 testigos convocados por el tribunal. Según explicó el
presidente del tribunal, la vista oral proseguirá a partir del 1 de
octubre con sesiones diarias, por la mañana y la tarde, «y si hace
falta hasta en domingo, porque no queremos que el proceso se demore dos
años». «Buscamos justicia y nada más», declaró ayer el fiscal jefe,
Alfredo Rossini, frente a quienes objetan sobre la dificultad de prever
los terremotos. En Italia se producen cada año unos 2.000
terremotos superiores a los 2,5 grados, al menos uno de ellos situado
entre el 5 y el 6 de la escala. Y cada 10 a 20 años se produce otro que
supera los seis grados. |