http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_opinion.asp?idCat=50839&idArt=6407878
Por Luis Fernández Cuervo*
Domingo, 27 de Noviembre de 2011
La tesis central de la teoría del calentamiento global es que las
emisiones de dióxido de carbono atrapan, directa e indirectamente, una
cierta cantidad de calor en la atmósfera de la Tierra, impidiendo que escape al espacio.
Las mediciones hechas en el mundo real, sin embargo, muestran algo muy
distinto a lo que se creyó y a lo que la ONU insiste en que creamos. Informes
de la NASA (28-julio-2011), además de descubrir que se está atrapando
mucho menos calor que lo predicho por los modelos climáticos alarmistas,
los datos del satélite de la NASA muestran que la atmósfera comienza a
emitir calor hacia el espacio exterior antes de lo que los modelos de la
Naciones Unidas habían pronosticado. Estos datos del nuevo
satélite Terra de la NASA son consistentes con la información de largo
plazo de NOAA y NASA, que muestran que la humedad atmosférica y los
cirrus no están aumentando en la manera predicha por los alarmistas. La
información del satélite Terra también apoya a los datos recogidos por
el satélite ERBS de NASA y muestran que mucha más radiación de onda
larga (o sea calor) escapó al espacio entre 1985 y 1999 de lo que los modelos alarmistas --modelos de laboratorio por computación-- predecían. Por
otra parte cada vez más expertos del clima se van convenciendo de que
el agente principal que influye sobre el clima es el Sol. Así lo atestiguan, entre otros, Fernando Noël: el clima y la temperatura de la Tierra dependen de la actividad solar, y sobre ello no puede haber discusión alguna; Horst-Joachim Lüdecke, con sus estudios publicados en el último número de la revista Energy & Enviroment
(octubre 17, 2011) expone que el aumento en la actividad solar fue la
verdadera razón para que el tiempo se volviese más cálido desde 1950 a
2000. Desde 2000 no hubo ningún calentamiento. ¡Es el Sol, no el hombre!; Eigil Friis-Christensen:
Lo que más influye en el cambio de temperatura media de la Tierra es la
actividad solar, la actividad de las manchas solares, el magnetismo
solar, que además también regula la formación de nubes. Por
otra parte, en el mundo de los científicos, algo aislado de la actividad
de los Medios, se va viendo, cada vez más claro, que esto del cambio
climático hace tiempo que dejó de ser un problema científico, para pasar
a ser una campaña mundial con otros fines. Ya se vio con la alteración
de datos, maniobras turbias y conclusiones torpes, del IPCC, el CRU y
los grupos de trabajo de la Universidad East Anglia. Richard S, Linzen, profesor de meteorología en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), dijo sobre esas maquinaciones: ¿Qué
tiene que ver todo esto con la catástrofe climática? La respuesta nos
lleva a un escándalo que es, en mi opinión, considerablemente mayor que
lo implicado en los e-mails de la Unidad de Investigación del Clima
(CRU), aunque no tan grave como la destrucción de la información que se
hizo. Concretamente:la sugerencia de que la misma existencia del
calentamiento o del efecto invernadero era equivalente a catástrofe.
Esto es el más grosero de los fraudes. Es ese fraude el que le confiere
tanta importancia a las maquinaciones en los e-mails diseñados para
alterar las temperaturas algunas pocas décimas de grado. Freeman Dyson,
definió su postura con dos frases lapidarias: «Todo el alboroto sobre
el calentamiento global es terriblemente exagerado»; «El calentamiento
global es el primer artículo de fe de una religión secular mundial». Julien Eilperin y David A. Fahrenthold en The Washington Post (15-2-10): "Existe la impresión de que algo está podrido en el IPCC". Jeffrey Kargel, también se queja porque «es realmente doloroso comprobar lo que ha sucedido». Y sin embargo la ONU sigue diciendo que menos gente es menos CO2 exhalado y por tanto mejora el clima. ¿Y usted que dice? *Dr. en Medicina. Columnista de El Diario de Hoy. |