Los técnicos han logrado recuperar ya un 97% del sistema eléctrico chileno tras el apagón masivo de este sábado, en el que unos 10 millones de habitantes, seis de ellos en la capital del país, se quedaron sin electricidad.
El apagón tuvo una duración de tres
horas, y, según el ministro de Energía chileno Rodrigo Álvarez, se
produjo porque ocurrieron varios errores al mismo tiempo dentro del
sistema. Las circunstancias completas, ha anunciado Álvarez, todavía
están por aclarar, pero la versión preliminar indica que el fallo
inicial sucedió "en la subestación Ancoa, la cual estaba recibiendo
energía y esa recepción de energía falló en un instante, produciendo
una inestabilidad en todo el resto del sistema que llevó a este apagón".
Además el programa informático, que
controla a todas las empresas eléctricas y es el responsable de
recuperar las redes de posibles fallas, también dejó de funcionar, lo
que obligó a los especialistas a restablecer el sistema en régimen
manual, retrasando aún el proceso.
El incidente no provocó graves
consecuencias, pero sí creó dificultades para millones de residentes de
cuatro regiones chilenas. En la capital, por ejemplo, se pararon los
convoyes del metro, y la gente que viajaba en el subterráneo tuvo
evacuar los vagones y salir caminando a través de los túneles.
Sin embargo, las instituciones más
importantes, como hospitales o el aeropuerto, no se vieron afectadas,
ya que disponen de sistemas de suministro eléctrico de reserva.
El último apagón a este nivel se produjo en marzo del 2010, y fue causado por los efectos del terremoto devastador del 27 de febrero del año pasado.
Entonces las autoridades advirtieron que por unos dos años las redes
eléctricas permanecerían inestables, debido a las consecuencias de ese
desastre natural.