Las
personas atrapadas entre los escombros después de un desastre natural o
un atentado podrán ser encontradas y rescatadas gracias a la detección
de los elementos químicos que genera su aliento, tales como la acetona
o el amoníaco.
Así lo
cree al menos un equipo de científicos de la Universidad de
Loughborough (en el condado británico de Leicestershire) que ha
desarrollado un rastreador electrónico que detecta las moléculas de
estos elementos, lo que podrían resultar clave para su salvación.
El informe sobre este estudio ha sido publicado en la revista 'Journal
of Breath Research' (Revista sobre la Investigación de la respiración).
Según el jefe de la investigación, el químico Paul Thomas, "los perros
son unos buscadores fantásticos, pero no pueden trabajar por mucho
tiempo y se someten a un verdadero sufrimiento durante la búsqueda",
razón que les llevó a concebir este sistema para la detección de
supervivientes.
"Tratamos
de desarrollar un sensor capaz de localizar a personas atrapadas. Para
eso tuvimos que definir en términos científicos lo que es un signo de
detección de vida”, señala Thomas.
Para determinar qué moléculas pueden
ser calificadas como ‘señales de vida’ y a qué elementos deberían ser
sensibles al rastreador, el equipo de científicos llevó a cabo una
serie de pruebas con ocho voluntarios encerrados durante unas horas en
una especie de maqueta de un edificio derrumbado. Los gases que
escapaban del recinto fueron recogidos y se hicieron pasar a través de
un cilindro lleno de materiales de construcción. Finalmente, los
investigadores descubrieron que el sensor detectaba una serie de
moléculas, principalmente dióxido de carbono, amoniaco, acetona e
isopreno. Según Paul Thomas, "el detector de la vida funcionó
perfectamente”, ya que los sensores químicos fueron capaces de
localizar rápidamente lo que estaban buscando. "Sabían que algo con
vida estaba allí enterrado”, comentó.
Los
investigadores sostienen que este avance permitirá actuar de manera
rápida y más eficaz en situaciones de emergencia en las que el tiempo
resulta determinante. El equipo también anunció que durante las
próximas pruebas los voluntarios pasarán más tiempo en el recinto
cerrado para poder tener datos exactos acerca de los elementos químicos
que se producen cuando una persona pasa largos periodos sin ingerir
alimentos.
Articulo completo en: http://actualidad.rt.com/ciencia_y_tecnica/inventos/issue_29586.html
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