En contra de pedir el rescate, el gobierno de Mariano Rajoy presiona a la Comisión Europea y a la Unión Europea para crear una «unión bancaria»
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/economia/2012/06/05/grande-caer-intenta-espana-disfrazar-rescate/00031338905646554948881.htm
«Los hombres de negro no van a venir a España». La frase pronunciada hoy por el ministro español de Hacienda, Cristóbal Montoro, resume la gravedad del momento: la cuarta economía de la eurozona, cuyo sector bancario está bajo la presión de los mercados, batalla para evitar ser rescatada. Su metáfora se refiere a los miembros de la «troika», integrada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). El trío de expertos internacionales encargado de recordar a Grecia, Irlanda y Portugal que no tienen tregua en la senda de los ajustes y las reformas a cambio de sus respectivos rescates. Montoro agregaba, en una entrevista a Onda Cero, que el país «no es rescatable» desde el punto de vista técnico debido a su peso en Europa.
El énfasis de Madrid en negar ese extremo, el peor escenario para el gobierno de Mariano Rajoy, tiene su eco desde hace días en Bruselas, que se esfuerza en proporcionar balones de oxígeno a Madrid, por ejemplo el «año de gracia» (2014 y no 2013) para que España cumpla con la meta de reducción de déficit por debajo del 3,0 % del producto interior bruto (PIB).
España lleva semanas aferrada al dogma financiero según el cual su economía, la cuarta en importancia de la eurozona tras Alemania, Francia e Italia, es «too big to fail», demasiado grande para caer, en referencia a que su hundimiento tendría consecuencias sistémicas devastadoras para toda Europa.
La aparente estrategia de Madrid para evitar la palabra «rescate» o «intervención» se sitúa a medio camino entre el derecho comunitario, los Tratados de la UE y la semántica de las palabras, para vestir el resultado final del proceso de la manera menos onerosa para el país, en términos de imagen externa, y de soberanía económica ante Bruselas.
Madrid no pedirá un rescate, sino que presiona a la Comisión Europea y a la Unión Europea (UE) en su conjunto para crear una «unión bancaria» paneuropea, con la posibilidad quizás de que los bancos en problemas reciban ayudas directas, sin pasar por los Estados, extremo no contemplado en los Tratados. Al intentar extrapolar el grave problema doméstico más allá de sus fronteras, España busca mitigar los efectos nocivos de lo que podría venir. Y es que mientras hasta hace pocos meses España no quería que nadie la asimilara con Grecia, ahora pelea para no ser comparada con Irlanda, que recibió un rescate de 85.000 millones de euros hace dos años para reestructurar su sector bancario en apuros.
Mientras hasta hace pocos meses España no quería que nadie la asimilara con Grecia, ahora pelea para no ser comparada con Irlanda
Salvando las distancias, España necesita urgentemente una inyección de capitales para su sector bancario, gravemente afectado por la explosión de la burbuja inmobiliaria. La nacionalización parcial de Bankia, la cuarta entidad en importancia en el país, debido a los efectos nocivos de sus activos tóxicos vinculados al «ladrillo», se ha convertido en el símbolo tangible de los errores que han contribuido a precipitar el final de un ciclo económico expansivo.
Sólo en Bankia, la cuarta entidad del país, que va nacionalizar y rescatar, el gobierno de Rajoy inyectará 19.000 millones de euros que se sumarán a los 4.500 millones que el banco y su matriz, BFA, ya recibieron a finales de 2010 del fondo de rescate español FROB. De momento el Ejecutivo no ha revelado cómo se hará esa inyección.
Si España lo necesitara tendría que pedir un rescate a la UE y utilizar después los recursos del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) para recapitalizar sus bancos
Uno de los puntos claves del debate son las ayudas directas a las entidades en problemas. Este lunes, el ministro galo de Economía, Pierre Moscovici, expresaba el apoyo de París a la iniciativa, mientras el comisario de Asuntos Económicos del bloque, Olli Rehn, accedía al menos a debatir esa idea, que hasta la semana pasada rechazaba de plano, pues supone modificar los tratados europeos. Según las normas actuales, si España lo necesitara tendría que pedir un rescate a la UE y utilizar después los recursos del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) para recapitalizar sus bancos.
La hipótesis de una posible unión bancaria europea y de la ayuda directa a los bancos, defendida entre otros por el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, estará en la mesa de negociación en la cumbre de los líderes europeos de los próximos 28 y 29 de este mes en Bruselas. Alemania, la principal economía de la eurozona, se niega de momento a esa posibilidad sin contrapartidas: una cesión importante de soberanía económica a Bruselas y la aplicación de duras políticas de ajuste y reformas estructurales de hondo calado. |
