http://eju.tv/2012/07/cuatro-formas-en-las-que-internet-podria-colapsar-totalmente/
Internet fue diseñado
para ser robusto, tolerante a las fallas y distribuido, pero su
tecnología todavía está en pañales.
El hecho que la red no haya dejado de funcionar durante sus primeras
décadas algunas veces nos lleva a pensar que jamás lo hará. Pero como
cualquier sistema, ya sea biológico o hecho por el hombre, el internet
puede fallar.
El problema del malware ‘DNSChanger’ que se presentó este lunes, y que
afectó a unas 200.000 computadoras, fue muy publicitado y realmente no
tuvo mayores consecuencias. Pero te presentamos cuatro males que
realmente tienen el potencial de colapsar el acceso a internet a escala
masiva.
1. El clima espacial
Cuando piensas en navegar por la red, probablemente no te preocupe lo
que está sucediendo en la superficie del Sol a 148 millones de
kilómetros de distancia. Pero las llamas solares son una de las amenazas
más serias para nuestros sistemas de comunicación.
Consideremos las fallas en los satélites. Una tarde en 1998 el Galaxy
IV, un satélite de 250 millones de dólares que flota a 35,000 kilómetros
sobre el planeta, de pronto comenzó a girar sin control. Se sospecha
que fue debido a una tormenta solar, ya que el Sol estaba reaccionando
en ese momento y algunos otros satélites (propiedad de Alemania, Japón,
la NASA y Motorola) fallaron al mismo tiempo.
Los efectos fueron instantáneos y globales. El 80% de los servicios de
radiolocalizadores colapsaron instantáneamente. Médicos, administradores
y traficantes de drogas a lo largo de Estados Unidos se dieron cuenta
de que no estaban recibiendo mensajes. Las cadenas de noticias
estadounidenses NPR y CBS, así como el internet de Direct PC y docenas
de otros servicios fallaron. Se estima que en años recientes al menos 12
satélites se han perdido como consecuencia del clima espacial.
Pero no solo debemos preocuparnos por los satélites. Cuando el Sol
arroja enormes llamaradas solares, puede provocar lluvias geomagnéticas
en la Tierra. La erupción solar más grande de la que se tenga
conocimiento fue en 1859. Conocida como la llama Carrington, hizo que
los cables telegráficos en Europa y América entraran en frenesí.
Desde entonces la tecnología que cobija el planeta ha cambiado
considerablemente. Si llegara a ocurrir una erupción solar con llamas de
ese tamaño hoy en día ¿qué pasaría? La respuesta es clara para los
físicos espaciales y los ingenieros eléctricos: volaría transformadores y
derretiría nuestros sistemas de cómputo. En 1989, una tormenta
electromagnética que afectó a Canadá privó de electricidad a la mayor
parte de Quebec y detuvo las actividades bursátiles en Toronto durante
tres horas.
Una erupción solar masiva teóricamente podría derretir todo internet en
cuestión de un momento.
Dada nuestra dependencia a los sistemas de comunicación de nuestro
planeta, tanto a nivel satelital como terrestre, esta no sería una
simple preocupación teórica. La próxima gran tormenta geomagnética se
espera se dé en el siguiente ciclo solar a mediados de 2013, así que
agárrense.
2. La guerra cibernética
Las guerras en el futuro no tendrán aguerridos soldados en el campo,
sino chicos inteligentes postrados frente a la computadora. Conforme
crece nuestra dependencia de internet, también crecen nuestras
vulnerabilidades.
Este futuro ya puede vislumbrarse con las cercanas relaciones entre los
conflictos tangibles y los ataques cibernéticos. Cuando uno examina los
conflictos físicos entre India y Paquistán, entre Israel y Palestina o
los distintos grupos en la ex Yugoslavia, la escalada de la violencia en
el mundo real se ve inmediatamente reflejada en la guerra cibernética.
Desde el inicio de la era de la computación, en la década de 1960, han
existido los virus de computadoras; programas que se alojan en un
sistema para reproducirse y desde ahí enviar copias. Como en la
biología, conforme las computadoras evolucionan con sofisticación, los
virus también han coevolucionado. Y los primos de los virus, los worms
(gusanos) ni siquiera necesitan hospedarse en un sistema; pueden
reproducirse en las redes.
Consideremos al gusano Stuxnet, que apareció en 2010. Este gusano
zigzagueaba para adentrarse en los sistemas industriales iraníes, los
reprogramaba y escondía sus huellas mientras arreinaba las operaciones
de las fábricas. Stuxnet se presentó como un heraldo destructivo e
imparable de lo que está por venir, y se desconoce su origen.
No será una sorpresa que en la guerra cibernética del futuro no
solamente se ataque a objetivos militares e industriales, sino también
la conectividad de la población en general. Si deseas vencer a tu
enemigo, comienza por triturar su red.
3. Mandato político
De cara a los disturbios postelectorales en Irán en 2010, el gobierno
apagó internet durante 45 minutos, presumiblemente para instalar filtros
de páginas como YouTube, Twitter y otros sitios. Egipto también cerró
su internet durante la revolución en 2011. China está buscando
activamente la capacidad para bloquear su propio internet de la misma
forma.
Pero no solamente las naciones como Irán y China están pensando en este
tipo de control sobre la red. El 24 de junio de 2010, un Comité de
Seguridad Nacional en el Senado de Estados Unidos aprobó una enmienda
que otorga al presidente el poder de operar un interruptor que pueda
‘matar al internet’. El Acta Proteger al Ciberespacio como un Bien
Nacional (PCNAA, por sus siglas en inglés) propone darle al presidente
‘la autoridad emergente para cerrar las redes del sector privado y/o
gubernamental en caso de un ciberataque capaz de causar un daño masivo o
pérdidas humanas’. Hasta ahora la enmienda no ha sido aprobada por la
Cámara y el Senado, pero aún está en la mesa para discusión.
De manera casi unánime, los analistas de seguridad en internet sienten
que cerrar la red inevitablemente haría más daño que bien, dado nuestro
nivel de dependencia de él en tiempos de guerra para obtener noticias,
comunicarnos con los seres queridos y proveer de información durante una
crisis.
El gurú de la seguridad Bruce Schneider identifica al menos 3 problemas
con la idea de cerrar el acceso. Primero, la esperanza de construir una
línea electrónica de fortificación es fallida, ya que siempre habrá
cientos de formas en que los enemigos tengan acceso a ella. Ninguna
nación o decreto puede tapar todos los agujeros.
El segundo mayor problema es que seríamos totalmente incapaces de
predecir los efectos de este tipo de cierre. Como Schneider lo describe:
"internet es la máquina más compleja que haya construido jamás el
hombre y cerrar algunas porciones de ella tendría efectos secundarios
que son impredecibles”.
El tercer mayor problema es el hoyo en la seguridad que queda expuesto.
Una vez que se construya un interruptor nacional que elimine el
internet, ¿por qué algún ciberatacante concentraría sus esfuerzos en
cualquier otra cosa?
Probablemente sería mejor no cortar nuestra alta dependencia a la red
justo cuando las cosas vayan mal.
4. Cortar el cable
Aunque los satélites son utilizados para manejar algo del tráfico en
internet, más del 99% del tráfico global depende de redes que corren en
lo profundo del mar, hechas de cables de fibra óptica que cubren el
suelo oceánico como si fuera un sistema nervioso. Estos son objetivos
físicos importantes en las guerras, especialmente algunos puntos clave
del sistema donde se hacen cuellos de botella. Y esta no es una simple
predicción teórica; las batallas submarinas ya están en marcha.
Cuando mucho, tres cuartas partes de la comunicación internacional entre
el Medio Oriente y Europa se da gracias a dos cables submarinos:
SeaMeWe-4 y el cable FLAG Europa-Asia de FLAG Telecom. El 30 de enero de
2008, ambos cables fueron cortados, lo que causó severas interrupciones
en internet y el servicio telefónico de India a Egipto.
Aún no queda claro cómo es que cortaron ambos cables, o quién lo hizo. Y
para el caso, aún no se sabe cuántos cables fueron cortados; algunos
informes sugieren que al menos fueron ocho. Especulaciones iniciales
propusieron que los cortes se debieron al ancla de un barco, pero un
análisis en video pronto reveló que no había barcos en esa región doce
horas antes hasta doce horas después del corte.
Esos cables solo fueron el inicio. Un par de días más tarde, el 1 de
febrero de 2008, un cable submarino, el FLAG Falcon, localizado en el
Golfo Pérsico, fue cortado a 88 kilómetros de la costa de Dubai. El 3 de
febrero, un cable entre los Emiratos Árabes y Qatar fue cortado. El 4
de febrero el Khaleej Times reportó que dos cables más, uno en el Golfo
Pérsico cerca de Irán y otro cerca de la costa de Malasia, habían sido
cortados.
Estos cortes derivaron en extensas caídas en el servicio de internet,
especialmente en Irán. El patrón geográfico: la mayoría de los cables
cortados se encontraban en aguas del Medio Oriente, cerca de países
musulmanes. Se sabe que la Marina de Estados Unidos ha desplegado
operaciones especiales submarinas durante décadas. Por ejemplo, en la
operación Ivy Bells, los buzos aparentemente nadaron desde los
submarinos para intervenir un cable submarino de las Islas Kuriles, en
el Pacífico.
Cualquiera que sea la verdad detrás de este incidente, vemos que si un
gobierno u organización desea desesperadamente sabotear las
telecomunicaciones en una amplia zona, es posible lograrlo.
Qué hacer al respecto
La Bóveda Global de Semillas, localizada en Svalbard, una pequeña isla
en el Ártico, contiene muestras duplicadas, es decir copias de repuesto,
de las semillas guardadas en bancos genéticos de todo el mundo. La
bóveda de semillas provee de un seguro en caso de una crisis regional a
gran escala o una crisis mundial.
Digamos que un crudísimo invierno destruyera todas las cosechas del
planeta, las futuras generaciones podrían reiniciar el sistema de
agricultura al sacar las muestras de Svalbard.
Propongo que tengamos un plan de seguridad de apoyo similar para
conservar el conocimiento humano que existe en internet. Hablo de
instrucciones simples grabadas en medios físicos sobre cómo generar
electricidad, cómo construir una computadora, cómo construir un router y
cómo reconstituir el internet desde sus principios básicos.
La red aparentemente es el invento tecnológico más importante que haya
sido inventado. Hemos sido una generación lo suficientemente afortunada
para ver cómo se desarrolló y ahora somos los responsables de
protegerla.
Fuente: CNN en español .Fuente: eju.tv - Cuatro formas en las que internet podría colapsar totalmentehttp://eju.tv/?p=221046
Comentario
Internet fue diseñado para ser robusto, tolerante a las fallas y
distribuido, pero su tecnología todavía está en pañales.
El hecho que la red no haya dejado de funcionar durante sus primeras
décadas algunas veces nos lleva a pensar que jamás lo hará. Pero como
cualquier sistema, ya sea biológico o hecho por el hombre, el internet
puede fallar.
El problema del malware ‘DNSChanger’ que se presentó este lunes, y que
afectó a unas 200.000 computadoras, fue muy publicitado y realmente no
tuvo mayores consecuencias. Pero te presentamos cuatro males que
realmente tienen el potencial de colapsar el acceso a internet a escala
masiva.
1. El clima espacial
Cuando piensas en navegar por la red, probablemente no te preocupe lo
que está sucediendo en la superficie del Sol a 148 millones de
kilómetros de distancia. Pero las llamas solares son una de las amenazas
más serias para nuestros sistemas de comunicación.
Consideremos las fallas en los satélites. Una tarde en 1998 el Galaxy
IV, un satélite de 250 millones de dólares que flota a 35,000 kilómetros
sobre el planeta, de pronto comenzó a girar sin control. Se sospecha
que fue debido a una tormenta solar, ya que el Sol estaba reaccionando
en ese momento y algunos otros satélites (propiedad de Alemania, Japón,
la NASA y Motorola) fallaron al mismo tiempo.
Los efectos fueron instantáneos y globales. El 80% de los servicios de
radiolocalizadores colapsaron instantáneamente. Médicos, administradores
y traficantes de drogas a lo largo de Estados Unidos se dieron cuenta
de que no estaban recibiendo mensajes. Las cadenas de noticias
estadounidenses NPR y CBS, así como el internet de Direct PC y docenas
de otros servicios fallaron. Se estima que en años recientes al menos 12
satélites se han perdido como consecuencia del clima espacial.
Pero no solo debemos preocuparnos por los satélites. Cuando el Sol
arroja enormes llamaradas solares, puede provocar lluvias geomagnéticas
en la Tierra. La erupción solar más grande de la que se tenga
conocimiento fue en 1859. Conocida como la llama Carrington, hizo que
los cables telegráficos en Europa y América entraran en frenesí.
Desde entonces la tecnología que cobija el planeta ha cambiado
considerablemente. Si llegara a ocurrir una erupción solar con llamas de
ese tamaño hoy en día ¿qué pasaría? La respuesta es clara para los
físicos espaciales y los ingenieros eléctricos: volaría transformadores y
derretiría nuestros sistemas de cómputo. En 1989, una tormenta
electromagnética que afectó a Canadá privó de electricidad a la mayor
parte de Quebec y detuvo las actividades bursátiles en Toronto durante
tres horas.
Una erupción solar masiva teóricamente podría derretir todo internet en
cuestión de un momento.
Dada nuestra dependencia a los sistemas de comunicación de nuestro
planeta, tanto a nivel satelital como terrestre, esta no sería una
simple preocupación teórica. La próxima gran tormenta geomagnética se
espera se dé en el siguiente ciclo solar a mediados de 2013, así que
agárrense.
2. La guerra cibernética
Las guerras en el futuro no tendrán aguerridos soldados en el campo,
sino chicos inteligentes postrados frente a la computadora. Conforme
crece nuestra dependencia de internet, también crecen nuestras
vulnerabilidades.
Este futuro ya puede vislumbrarse con las cercanas relaciones entre los
conflictos tangibles y los ataques cibernéticos. Cuando uno examina los
conflictos físicos entre India y Paquistán, entre Israel y Palestina o
los distintos grupos en la ex Yugoslavia, la escalada de la violencia en
el mundo real se ve inmediatamente reflejada en la guerra cibernética.
Desde el inicio de la era de la computación, en la década de 1960, han
existido los virus de computadoras; programas que se alojan en un
sistema para reproducirse y desde ahí enviar copias. Como en la
biología, conforme las computadoras evolucionan con sofisticación, los
virus también han coevolucionado. Y los primos de los virus, los worms
(gusanos) ni siquiera necesitan hospedarse en un sistema; pueden
reproducirse en las redes.
Consideremos al gusano Stuxnet, que apareció en 2010. Este gusano
zigzagueaba para adentrarse en los sistemas industriales iraníes, los
reprogramaba y escondía sus huellas mientras arreinaba las operaciones
de las fábricas. Stuxnet se presentó como un heraldo destructivo e
imparable de lo que está por venir, y se desconoce su origen.
No será una sorpresa que en la guerra cibernética del futuro no
solamente se ataque a objetivos militares e industriales, sino también
la conectividad de la población en general. Si deseas vencer a tu
enemigo, comienza por triturar su red.
3. Mandato político
De cara a los disturbios postelectorales en Irán en 2010, el gobierno
apagó internet durante 45 minutos, presumiblemente para instalar filtros
de páginas como YouTube, Twitter y otros sitios. Egipto también cerró
su internet durante la revolución en 2011. China está buscando
activamente la capacidad para bloquear su propio internet de la misma
forma.
Pero no solamente las naciones como Irán y China están pensando en este
tipo de control sobre la red. El 24 de junio de 2010, un Comité de
Seguridad Nacional en el Senado de Estados Unidos aprobó una enmienda
que otorga al presidente el poder de operar un interruptor que pueda
‘matar al internet’. El Acta Proteger al Ciberespacio como un Bien
Nacional (PCNAA, por sus siglas en inglés) propone darle al presidente
‘la autoridad emergente para cerrar las redes del sector privado y/o
gubernamental en caso de un ciberataque capaz de causar un daño masivo o
pérdidas humanas’. Hasta ahora la enmienda no ha sido aprobada por la
Cámara y el Senado, pero aún está en la mesa para discusión.
De manera casi unánime, los analistas de seguridad en internet sienten
que cerrar la red inevitablemente haría más daño que bien, dado nuestro
nivel de dependencia de él en tiempos de guerra para obtener noticias,
comunicarnos con los seres queridos y proveer de información durante una
crisis.
El gurú de la seguridad Bruce Schneider identifica al menos 3 problemas
con la idea de cerrar el acceso. Primero, la esperanza de construir una
línea electrónica de fortificación es fallida, ya que siempre habrá
cientos de formas en que los enemigos tengan acceso a ella. Ninguna
nación o decreto puede tapar todos los agujeros.
El segundo mayor problema es que seríamos totalmente incapaces de
predecir los efectos de este tipo de cierre. Como Schneider lo describe:
"internet es la máquina más compleja que haya construido jamás el
hombre y cerrar algunas porciones de ella tendría efectos secundarios
que son impredecibles”.
El tercer mayor problema es el hoyo en la seguridad que queda expuesto.
Una vez que se construya un interruptor nacional que elimine el
internet, ¿por qué algún ciberatacante concentraría sus esfuerzos en
cualquier otra cosa?
Probablemente sería mejor no cortar nuestra alta dependencia a la red
justo cuando las cosas vayan mal.
4. Cortar el cable
Aunque los satélites son utilizados para manejar algo del tráfico en
internet, más del 99% del tráfico global depende de redes que corren en
lo profundo del mar, hechas de cables de fibra óptica que cubren el
suelo oceánico como si fuera un sistema nervioso. Estos son objetivos
físicos importantes en las guerras, especialmente algunos puntos clave
del sistema donde se hacen cuellos de botella. Y esta no es una simple
predicción teórica; las batallas submarinas ya están en marcha.
Cuando mucho, tres cuartas partes de la comunicación internacional entre
el Medio Oriente y Europa se da gracias a dos cables submarinos:
SeaMeWe-4 y el cable FLAG Europa-Asia de FLAG Telecom. El 30 de enero de
2008, ambos cables fueron cortados, lo que causó severas interrupciones
en internet y el servicio telefónico de India a Egipto.
Aún no queda claro cómo es que cortaron ambos cables, o quién lo hizo. Y
para el caso, aún no se sabe cuántos cables fueron cortados; algunos
informes sugieren que al menos fueron ocho. Especulaciones iniciales
propusieron que los cortes se debieron al ancla de un barco, pero un
análisis en video pronto reveló que no había barcos en esa región doce
horas antes hasta doce horas después del corte.
Esos cables solo fueron el inicio. Un par de días más tarde, el 1 de
febrero de 2008, un cable submarino, el FLAG Falcon, localizado en el
Golfo Pérsico, fue cortado a 88 kilómetros de la costa de Dubai. El 3 de
febrero, un cable entre los Emiratos Árabes y Qatar fue cortado. El 4
de febrero el Khaleej Times reportó que dos cables más, uno en el Golfo
Pérsico cerca de Irán y otro cerca de la costa de Malasia, habían sido
cortados.
Estos cortes derivaron en extensas caídas en el servicio de internet,
especialmente en Irán. El patrón geográfico: la mayoría de los cables
cortados se encontraban en aguas del Medio Oriente, cerca de países
musulmanes. Se sabe que la Marina de Estados Unidos ha desplegado
operaciones especiales submarinas durante décadas. Por ejemplo, en la
operación Ivy Bells, los buzos aparentemente nadaron desde los
submarinos para intervenir un cable submarino de las Islas Kuriles, en
el Pacífico.
Cualquiera que sea la verdad detrás de este incidente, vemos que si un
gobierno u organización desea desesperadamente sabotear las
telecomunicaciones en una amplia zona, es posible lograrlo.
Qué hacer al respecto
La Bóveda Global de Semillas, localizada en Svalbard, una pequeña isla
en el Ártico, contiene muestras duplicadas, es decir copias de repuesto,
de las semillas guardadas en bancos genéticos de todo el mundo. La
bóveda de semillas provee de un seguro en caso de una crisis regional a
gran escala o una crisis mundial.
Digamos que un crudísimo invierno destruyera todas las cosechas del
planeta, las futuras generaciones podrían reiniciar el sistema de
agricultura al sacar las muestras de Svalbard.
Propongo que tengamos un plan de seguridad de apoyo similar para
conservar el conocimiento humano que existe en internet. Hablo de
instrucciones simples grabadas en medios físicos sobre cómo generar
electricidad, cómo construir una computadora, cómo construir un router y
cómo reconstituir el internet desde sus principios básicos.
La red aparentemente es el invento tecnológico más importante que haya
sido inventado. Hemos sido una generación lo suficientemente afortunada
para ver cómo se desarrolló y ahora somos los responsables de
protegerla.
Fuente: CNN en español .Fuente: eju.tv - Cuatro formas en las que internet podría colapsar totalmentehttp://eju.tv/?p=221046
Comentario
Internet fue diseñado para ser robusto, tolerante a las fallas y
distribuido, pero su tecnología todavía está en pañales.
El hecho que la red no haya dejado de funcionar durante sus primeras
décadas algunas veces nos lleva a pensar que jamás lo hará. Pero como
cualquier sistema, ya sea biológico o hecho por el hombre, el internet
puede fallar.
El problema del malware ‘DNSChanger’ que se presentó este lunes, y que
afectó a unas 200.000 computadoras, fue muy publicitado y realmente no
tuvo mayores consecuencias. Pero te presentamos cuatro males que
realmente tienen el potencial de colapsar el acceso a internet a escala
masiva.
1. El clima espacial
Cuando piensas en navegar por la red, probablemente no te preocupe lo
que está sucediendo en la superficie del Sol a 148 millones de
kilómetros de distancia. Pero las llamas solares son una de las amenazas
más serias para nuestros sistemas de comunicación.
Consideremos las fallas en los satélites. Una tarde en 1998 el Galaxy
IV, un satélite de 250 millones de dólares que flota a 35,000 kilómetros
sobre el planeta, de pronto comenzó a girar sin control. Se sospecha
que fue debido a una tormenta solar, ya que el Sol estaba reaccionando
en ese momento y algunos otros satélites (propiedad de Alemania, Japón,
la NASA y Motorola) fallaron al mismo tiempo.
Los efectos fueron instantáneos y globales. El 80% de los servicios de
radiolocalizadores colapsaron instantáneamente. Médicos, administradores
y traficantes de drogas a lo largo de Estados Unidos se dieron cuenta
de que no estaban recibiendo mensajes. Las cadenas de noticias
estadounidenses NPR y CBS, así como el internet de Direct PC y docenas
de otros servicios fallaron. Se estima que en años recientes al menos 12
satélites se han perdido como consecuencia del clima espacial.
Pero no solo debemos preocuparnos por los satélites. Cuando el Sol
arroja enormes llamaradas solares, puede provocar lluvias geomagnéticas
en la Tierra. La erupción solar más grande de la que se tenga
conocimiento fue en 1859. Conocida como la llama Carrington, hizo que
los cables telegráficos en Europa y América entraran en frenesí.
Desde entonces la tecnología que cobija el planeta ha cambiado
considerablemente. Si llegara a ocurrir una erupción solar con llamas de
ese tamaño hoy en día ¿qué pasaría? La respuesta es clara para los
físicos espaciales y los ingenieros eléctricos: volaría transformadores y
derretiría nuestros sistemas de cómputo. En 1989, una tormenta
electromagnética que afectó a Canadá privó de electricidad a la mayor
parte de Quebec y detuvo las actividades bursátiles en Toronto durante
tres horas.
Una erupción solar masiva teóricamente podría derretir todo internet en
cuestión de un momento.
Dada nuestra dependencia a los sistemas de comunicación de nuestro
planeta, tanto a nivel satelital como terrestre, esta no sería una
simple preocupación teórica. La próxima gran tormenta geomagnética se
espera se dé en el siguiente ciclo solar a mediados de 2013, así que
agárrense.
2. La guerra cibernética
Las guerras en el futuro no tendrán aguerridos soldados en el campo,
sino chicos inteligentes postrados frente a la computadora. Conforme
crece nuestra dependencia de internet, también crecen nuestras
vulnerabilidades.
Este futuro ya puede vislumbrarse con las cercanas relaciones entre los
conflictos tangibles y los ataques cibernéticos. Cuando uno examina los
conflictos físicos entre India y Paquistán, entre Israel y Palestina o
los distintos grupos en la ex Yugoslavia, la escalada de la violencia en
el mundo real se ve inmediatamente reflejada en la guerra cibernética.
Desde el inicio de la era de la computación, en la década de 1960, han
existido los virus de computadoras; programas que se alojan en un
sistema para reproducirse y desde ahí enviar copias. Como en la
biología, conforme las computadoras evolucionan con sofisticación, los
virus también han coevolucionado. Y los primos de los virus, los worms
(gusanos) ni siquiera necesitan hospedarse en un sistema; pueden
reproducirse en las redes.
Consideremos al gusano Stuxnet, que apareció en 2010. Este gusano
zigzagueaba para adentrarse en los sistemas industriales iraníes, los
reprogramaba y escondía sus huellas mientras arreinaba las operaciones
de las fábricas. Stuxnet se presentó como un heraldo destructivo e
imparable de lo que está por venir, y se desconoce su origen.
No será una sorpresa que en la guerra cibernética del futuro no
solamente se ataque a objetivos militares e industriales, sino también
la conectividad de la población en general. Si deseas vencer a tu
enemigo, comienza por triturar su red.
3. Mandato político
De cara a los disturbios postelectorales en Irán en 2010, el gobierno
apagó internet durante 45 minutos, presumiblemente para instalar filtros
de páginas como YouTube, Twitter y otros sitios. Egipto también cerró
su internet durante la revolución en 2011. China está buscando
activamente la capacidad para bloquear su propio internet de la misma
forma.
Pero no solamente las naciones como Irán y China están pensando en este
tipo de control sobre la red. El 24 de junio de 2010, un Comité de
Seguridad Nacional en el Senado de Estados Unidos aprobó una enmienda
que otorga al presidente el poder de operar un interruptor que pueda
‘matar al internet’. El Acta Proteger al Ciberespacio como un Bien
Nacional (PCNAA, por sus siglas en inglés) propone darle al presidente
‘la autoridad emergente para cerrar las redes del sector privado y/o
gubernamental en caso de un ciberataque capaz de causar un daño masivo o
pérdidas humanas’. Hasta ahora la enmienda no ha sido aprobada por la
Cámara y el Senado, pero aún está en la mesa para discusión.
De manera casi unánime, los analistas de seguridad en internet sienten
que cerrar la red inevitablemente haría más daño que bien, dado nuestro
nivel de dependencia de él en tiempos de guerra para obtener noticias,
comunicarnos con los seres queridos y proveer de información durante una
crisis.
El gurú de la seguridad Bruce Schneider identifica al menos 3 problemas
con la idea de cerrar el acceso. Primero, la esperanza de construir una
línea electrónica de fortificación es fallida, ya que siempre habrá
cientos de formas en que los enemigos tengan acceso a ella. Ninguna
nación o decreto puede tapar todos los agujeros.
El segundo mayor problema es que seríamos totalmente incapaces de
predecir los efectos de este tipo de cierre. Como Schneider lo describe:
"internet es la máquina más compleja que haya construido jamás el
hombre y cerrar algunas porciones de ella tendría efectos secundarios
que son impredecibles”.
El tercer mayor problema es el hoyo en la seguridad que queda expuesto.
Una vez que se construya un interruptor nacional que elimine el
internet, ¿por qué algún ciberatacante concentraría sus esfuerzos en
cualquier otra cosa?
Probablemente sería mejor no cortar nuestra alta dependencia a la red
justo cuando las cosas vayan mal.
4. Cortar el cable
Aunque los satélites son utilizados para manejar algo del tráfico en
internet, más del 99% del tráfico global depende de redes que corren en
lo profundo del mar, hechas de cables de fibra óptica que cubren el
suelo oceánico como si fuera un sistema nervioso. Estos son objetivos
físicos importantes en las guerras, especialmente algunos puntos clave
del sistema donde se hacen cuellos de botella. Y esta no es una simple
predicción teórica; las batallas submarinas ya están en marcha.
Cuando mucho, tres cuartas partes de la comunicación internacional entre
el Medio Oriente y Europa se da gracias a dos cables submarinos:
SeaMeWe-4 y el cable FLAG Europa-Asia de FLAG Telecom. El 30 de enero de
2008, ambos cables fueron cortados, lo que causó severas interrupciones
en internet y el servicio telefónico de India a Egipto.
Aún no queda claro cómo es que cortaron ambos cables, o quién lo hizo. Y
para el caso, aún no se sabe cuántos cables fueron cortados; algunos
informes sugieren que al menos fueron ocho. Especulaciones iniciales
propusieron que los cortes se debieron al ancla de un barco, pero un
análisis en video pronto reveló que no había barcos en esa región doce
horas antes hasta doce horas después del corte.
Esos cables solo fueron el inicio. Un par de días más tarde, el 1 de
febrero de 2008, un cable submarino, el FLAG Falcon, localizado en el
Golfo Pérsico, fue cortado a 88 kilómetros de la costa de Dubai. El 3 de
febrero, un cable entre los Emiratos Árabes y Qatar fue cortado. El 4
de febrero el Khaleej Times reportó que dos cables más, uno en el Golfo
Pérsico cerca de Irán y otro cerca de la costa de Malasia, habían sido
cortados.
Estos cortes derivaron en extensas caídas en el servicio de internet,
especialmente en Irán. El patrón geográfico: la mayoría de los cables
cortados se encontraban en aguas del Medio Oriente, cerca de países
musulmanes. Se sabe que la Marina de Estados Unidos ha desplegado
operaciones especiales submarinas durante décadas. Por ejemplo, en la
operación Ivy Bells, los buzos aparentemente nadaron desde los
submarinos para intervenir un cable submarino de las Islas Kuriles, en
el Pacífico.
Cualquiera que sea la verdad detrás de este incidente, vemos que si un
gobierno u organización desea desesperadamente sabotear las
telecomunicaciones en una amplia zona, es posible lograrlo.
Qué hacer al respecto
La Bóveda Global de Semillas, localizada en Svalbard, una pequeña isla
en el Ártico, contiene muestras duplicadas, es decir copias de repuesto,
de las semillas guardadas en bancos genéticos de todo el mundo. La
bóveda de semillas provee de un seguro en caso de una crisis regional a
gran escala o una crisis mundial.
Digamos que un crudísimo invierno destruyera todas las cosechas del
planeta, las futuras generaciones podrían reiniciar el sistema de
agricultura al sacar las muestras de Svalbard.
Propongo que tengamos un plan de seguridad de apoyo similar para
conservar el conocimiento humano que existe en internet. Hablo de
instrucciones simples grabadas en medios físicos sobre cómo generar
electricidad, cómo construir una computadora, cómo construir un router y
cómo reconstituir el internet desde sus principios básicos.
La red aparentemente es el invento tecnológico más importante que haya
sido inventado. Hemos sido una generación lo suficientemente afortunada
para ver cómo se desarrolló y ahora somos los responsables de
protegerla.
Fuente: CNN en español .Fuente: eju.tv - Cuatro formas en las que internet podría colapsar totalmentehttp://eju.tv/?p=221046 |