http://www.elperiodicomediterraneo.com/noticias/opinion/conductas-de-panico-en-desastres-_726848.html
Para todos nosotros, la palabra pánico es muy frecuente en nuestro
día a día y la utilizamos en expresiones como:”me da pánico tener que ir
al médico”, "me da pánico pensar en los exámenes…”. Pero este concepto
cobra una dimensión especial en el caso de desastres y emergencias. A
través de los medios de comunicación nos llegan diversos sucesos
traumáticos como terremotos, inundaciones, huracanes… donde es frecuente
hacer referencia al pánico que se ha producido ante tales situaciones.
Es más, la mayoría de nosotros damos por hecho que las conductas de
pánico son normales en situaciones donde se ve amenazada nuestra
integridad física y psicológica o la de nuestros seres queridos, como en
el caso de los desastres. Sin embargo, a pesar de esta creencia
generalizada, numerosas investigaciones han demostrado que las conductas
de pánico en estas situaciones son raras e incluso inexistentes. Ante
este hecho demostrado y constatado durante muchos años el lector puede
plantearse: ¿Por qué tenemos esa creencia?, ¿Por qué se sigue
manteniendo a pesar de que hay investigaciones que demuestran que no es
así?, o ¿de qué manera puede influir a la hora de planificar situaciones
de evacuación en una emergencia? Por poner un ejemplo, el 20 de
marzo, un terremoto de 7,8 grados de intensidad azotó la ciudad de
México. Ante esta situación, en diversas noticias que circulaban por
internet se informaba que un representante del estado afirmó que no
había habido pérdidas humanas ni daños mayores, sin embargo destacó que”
el sismo ha dejado algunos cristales rotos, mucho susto y mucho
pánico”. Del mismo modo, otro de los cientos de titulares del mismo
estilo en el mes de marzo afirma que: "Sismo en Filipinas, raja
edificios, provoca pánico y deja heridos”. ¿Realmente se produjo pánico
en la población mexicana o filipina? Seguramente muchos de los lectores
responderían de forma positiva, a pesar de que hemos destacado cómo las
conductas de pánico son raras de producirse. ¿Cómo lo podemos explicar?
Podemos justificarlo principalmente a través de dos razones: la propia
definición del pánico y el papel que han ejercido los medios de
comunicación. Por un lado, nos referiremos a conductas de pánico
cuando se incumplan normas sociales, se empuje, se pisotee a personas,
cuando las personas se comporten con egoísmo o con la idea de "salvar mi
vida a costa de la de los demás”. Nunca la podremos utilizar para
designar a una conducta de escape ordenada. Este tipo de situaciones
suelen ser más frecuentes en lugares donde se percibe que no hay una
salida de huida, están bloqueadas las puertas de emergencia o no se
producen unas adecuadas medidas para evacuar a una masa. Por ejemplo,
podemos hablar de conductas de pánico en el desastre de Cromañon (31 de
diciembre del 2004) donde 194 jóvenes murieron en el incendio en una
discoteca. Entre los desencadenantes se encuentra que el número de
personas era mayor a la capacidad permitida (cabían 1.000 personas y
había 5.000), las salidas de emergencias estaban con cadenas y una serie
de obstáculos que hicieron imposible la evacuación. Resultado: "fuga
loca en un sálvese quien pueda”. Sin embargo, todos tenemos en la
cabeza las múltiples conductas altruistas que se produjeron en el
atentado terrorista ocurrido en Madrid en 2004 (los propios heridos
ayudaban a otros, los vecinos salieron a la calle a ofrecer su ayuda) y a
pesar de ello, se utilizó de forma inadecuada el concepto de pánico
para aludir al comportamiento de la población. Del mismo modo, el lector
recordará a la gente corriendo por las calles al ver cómo las torres
gemelas se desplomaban en el atentado terrorista de Nueva York. ¿En este
caso concreto, podemos hablar de pánico? Naturalmente que no, (al igual
que en el caso de México o Filipinas), como es lógico y natural, la
gente corría para salvar su vida pero no a costa de empujar ni pisotear a
los demás. En ésta y en la mayoría de las situaciones podemos hablar de
miedo intenso, pero no de pánico. Por otro lado, los medios de
comunicación también tienen un papel importante como generadores de las
creencias sociales de pánico en desastres. En especial, una de las
fuentes de esta creencia viene de la mano del cine. Películas clásicas
como El coloso en llamas, Aeropuerto, Terremoto han sido responsables de
la imagen social del comportamiento humano en desastres, quedando
patente en ellas el lado más irracional del mismo. Los medios de
comunicación también perpetúan este mito, ya que en muchas situaciones
lo aplican de forma imprecisa incluso para describir evacuaciones
ordenadas. Por desgracia, todo esto tiene sus repercusiones
prácticas. Así, esta creencia está influyendo en la forma en que se
planifican las evacuaciones en situaciones de desastre. Diversas
investigaciones han demostrado que informando a la población de forma
adecuada e indicando las medidas a adoptar ante una situación de riesgo
concreta se reduce enormemente la probabilidad de que se presenten
conductas de pánico. Por el contrario, ante una emergencia, cuanto mayor
sea el grado de incertidumbre de la población mayor será la
probabilidad de producirse conductas de pánico. Por todo ello, es
de suma importancia trabajar desde el ámbito preventivo en la formación
del personal que trabaja en emergencias para desmitificar ese mito con
el objetivo de que se actúe de una manera más eficaz y real a la hora de
planificar e intervenir con la población en situaciones de emergencias y
desastres. En este sentido, desde el Observatorio Psicosocial de
Recursos en Situaciones de Desastre (OPSIDE) de la Oficina de
Cooperación al Desarrollo y Solidaridad de la Universitat Jaume I
venimos trabajando desde hace años en la formación y el asesoramiento a
personas vinculadas en este ámbito. En la actualidad, uno de los
contenidos principales de la 6ª edición del curso de intervención
psicosocial en desastres se centra en trabajar sobre la cuestión que
hemos planteado a lo largo de este artículo. Somos conscientes de la
necesidad de reflexionar sobre las repercusiones positivas que puede
tener la adopción de unas adecuadas medidas en caso de tener que
producirse una evacuación masiva debido a un desastre inminente. |