Aunque la NASA, los científicos de todos los campos de estudio y los propios mayas desmienten una y otra vez que este viernes se vaya a acabar el mundo, siguen apareciendo por todos lados grupos que presagian el apocalipsis.
Desde India a Australia, de Brasil a China, los temerosos de que llegue el acabose ultiman detalles para tener todo listo ante la posibilidad de que este 21 de diciembre sea el último día de este mundo tal como lo conocemos.
Así, los más previsores preparan refugios ante el peor de los escenarios, otros organizan ritos y celebraciones y otros directamente fiestas descomunales para tener una última noche de diversión antes del Armagedón.
Muchos aprovechan para hacer negocios, como los agentes de turismo de una vasta franja de Centroamérica incluyendo partes de México, Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador, que bajo el lema "El Fin del Mundo Tal Como lo Conocemos" ofrecen paseos, paquetes y promociones.
Los antiguos sitios mayas serán un hervidero de actividad el viernes, día en que albergarán representaciones, rituales, conferencias y espectáculos de sonido y luces, a pesar de las quejas de muchos grupos indígenas que dicen que su cultura está siendo trivializada.
Incluso el gobierno mexicano ha aprovechado el interés mundial sobre la eventual desaparición de la especie humana y desde hace varios meses lanzó una intensa campaña de promoción en Europa y Estados Unidos llamada Mundo Maya.
Los apocalípticos en Brasil pueden dirigirse a la localidad de Alto Paraíso, un sitio en el centro del país que desborda de "energía mística" -según el saber local- y prepara ceremonias para el fin de los tiempos.
Refugios
En la boliviana Isla del Sol, en el centro del lago Titicaca, donde según las leyendas nacieron los fundadores del imperio inca, se organiza la ceremonia más alta del mundo.
Por su parte, el cerro Uritorco de la localidad de Capilla del Monte, en la provincia argentina de Córdoba, un lugar frecuentado por avistadores de ovnis y místicos de diversas corrientes, cerrará su acceso para la fecha en la que se cumpliría la presunta profecía maya por temor a un "suicidio espiritual mágico" anunciado en Facebook.
Las autoridades tuvieron que salir a dar explicaciones y aclarar que el cierre de la montaña "fue una decisión consensuada previendo cualquier distorsión con la profecía maya", según recoge la prensa local. Aunque puede tratarse de una broma, nadie quiere arriesgarse.
El pueblo de Sirince, en el oeste de Turquía, se ha convertido en un imán apocalíptico ya que tiene la reputación de ser inmune al fin del mundo debido a que se cree que la Virgen María ascendió al cielo desde allí. Si le convence la idea, lamentamos decirle que los 400 hoteles de la zona están completamente reservados.
Pero no desespere: en Francia hay otro sitio que creen que es a prueba del Armagedón. Se trata de Bugarach, un pueblito en los Pirineos de unos 200 habitantes que en los últimos años viene atrayendo visitantes en busca de actividad alienígena. Aunque el sitio está acordonado para impedir la entrada de las hordas, y un hotel local le costará unos US$2.000. Hay que pagar por adelantado.
En Serbia, los Illuminati están prediciendo que la montaña en forma de pirámide de Rtanj se iluminará el viernes por la noche, cuando ocurrirá el solsticio de invierno, según la agencia AFP.
Otro pintoresco pueblo que podría recibir hordas de visitantes es Cisternino -situado en el taco de la bota del mapa de Italia-, que fue señalado en la década de 1970 por un gurú de India llamado Babaji como una apuesta segura llegado el fin del mundo ya que el pequeño paraje se "convertirá en una isla".
Búnker y fiestas
A falta de un lugar sagrado para engañar al fin del mundo, siempre está la opción del búnker.
Por US$970 por cabeza, en Moscú los más ricos pueden guarecerse en un refugio de la era estalinista 65 metros bajo tierra que ofrece a 300 privilegiados una experiencia de 24 horas llamada "La oportunidad de sobrevivir". La televisión local sortea entradas al búnker en un sorteo.
En el este de Francia, las galerías subterráneas del fuerte Schoenenbourg -parte de la línea de defensa Maginot en la II Guerra Mundial- se abrirán excepcionalmente al público.
Y en Estados Unidos, un creciente número de "preppers" –grupo que cree que se vienen malos tiempos, ya sea un caos económico o desastres naturales- están más que listos para el final, si llega, y planifican estrategias de supervivencia, desde acumular alimentos hasta irse a búnkers subterráneos prefabricados.
En esa línea, el agricultor chino Liu Qiyuan diseñó unas bolas de varios metros de altura que pueden albergar hasta a 14 personas cada una y que pueden sobrevivir en su interior durante por lo menos dos meses. Las esferas están equipadas con tanques de oxígeno, alimentos y agua. Tiene cinturones de seguridad especiales para mantener seguros a sus ocupantes durante una catástrofe.
En China el furor por el supuesto fin del mundo es grande, y las autoridades detuvieron ya a más de 500 miembros del grupo cristiano "Dios Todopoderoso" que vienen anunciando el apocalipsis.
En prácticamente todos los rincones del planeta el tema ha sido una excelente excusa para organizar cenas, concursos y fiestas.
Un folleto del Bar Ssky, en Nueva Delhi, India, dice: "Esto es, potencialmente, tu último baile, así que tienes que estar allí!".