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Pese a que el fin del mundo se ha pronosticado en infinidad de
ocasiones, muchos siguen haciendo cábalas sobre el Apocalipsis. En cien
días será 21 de diciembre de 2012, el próximo fin del mundo. ¿Es otra
predicción más o tiene algo de verdad?
Los mayas, como otras tantas civilizaciones, tenían su propio sistema
para medir el tiempo, su propio calendario. Este calendario comenzó su
ciclo el 11 de agosto del 3114 A.C. Eso significa que según su sistama
para contabilizar los días y los años, y adaptándolo al nuestro, el fin
de este ciclo será el 21 de diciembre de 2012. Ese es el día que muchos auguran como el 'fin del mundo'.
En el calendario maya existen tres cuentas de tiempo: el calendario
sagrado, de 260 días; el civil, de 365 días y la cuenta larga, de 5125
años. Al finalizar este ciclo, se empieza otra vez desde cero. Gracias a
estas mediciones, los mayas profetizaban eventos futuros como desastres naturales o guerras. Esta es la razón principal de los que argumentan que el mundo se acabará en 2012.
Sin embargo ningún investigador ha encontrado evidencias de que los
mayas predijeran tal cosa. Los mayas basaban sus predicciones en su experiencia en acontecimientos pasados, según explica el investigador del CSIC, Manuel Mandianes,
en declaraciones a Europa Press: "Siglos atrás, por la concordancia de
planetas estrellas y otros astros, se habría producido alguna mala
cosecha o pestes, por ello los mayas, adivinando que en 2012
probablemente se daría la misma confluencia, profetizaron que se
produciría alguna catástrofe", explica.
"La preocupación fundamental de los mayas era la medida del tiempo.
Prácticamente la totalidad de sus divinidades tenían que ver con algún
periodo, algún ciclo del tiempo o alguna hora del día", apunta
Mandianes.
Pero parece que no solo la profecía sobre el fin del mundo es un invento moderno, sino que algunos investigadores afirman que las cuentas son erróneas y que el fin de este ciclo ni siquiera coincide con el año 2012, lo que echaría por tierra todas las teorías sobre los mayas.
¿Existe algún peligro real?
Sin embargo, hay varios peligros reales para el mundo completamente
al margen de profecías y adivinaciones. El que más repercusión está
teniendo es la posibilidad de que una tormenta solar provoque fallos en las telecomunicaciones y las redes eléctricas.
Las tormentas solares no son un fenómeno extraño. De hecho se pueden producir desde varias erupciones al día cuando el Sol está en su periodo de máxima actividad, a una erupción semanal cuando está más 'tranquilo'. Estos ciclos suelen durar unos 11 años,
y ahora estamos en un periodo de actividad solar alta. Por lo tanto
sería posible que una eyección de masa coronal muy potente causara daños
en la Tierra.
El planeta, sin embargo, dispone de su propio escudo, la magnetosfera;
la cual se encarga de desviar la mayor parte de este viento solar. Sin
embargo muchas veces estas trazas alcanzan la atmósfera y se producen
los fenómenos conocidos como auroras boreales. La tormenta solar de 1859, la mayor de la que se tiene registro, produjo auroras en lugares tan alejados del polo como el Caribe, Roma o Madrid.
En aquellos tiempos los sistemas de telecomunicaciones no estaban tan
avanzados ni se dependía tanto de la electrónica, con lo que no se
produjeron grandes daños. Sin embargo en la época actual, tan
dependiente de la tecnología, podría ser más peligroso, ya que una tormenta de esas características podría dañar satélites y redes eléctricas, produciendo un colapso de las comunicaciones a nivel mundial.
Sin embargo, pese a que las tormentas solares son algo habitual, la
probabilidad de que ocurra una con consecuencias desastrosas para la
humanidad es muy pequeña. Muchos han intentado vaticinar el fin del
mundo, pero de momento nadie ha acertado. Lástima que cuando alguien lo
haga, no quedará nadie para darle la razón. |