(CNN) — Un mapa de los eventos
climáticos más importantes para Estados Unidos en junio se ve casi
apocalíptico: el calor infernal, los incendios feroces y fuertes
tormentas causan heridos, muertos y personas sin hogar.
Eso fue lo que siguió a un invierno cálido y las sequías de principio
de temporada. Las noticias del lunes indican que el territorio
continental de Estados Unidos experimentó sus más cálidos 12 meses desde
que se iniciaron los registros en 1895.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus
siglas en inglés) publicó el martes un informe en el que consideró que
2011 fue un año de clima extremo.
¿Recuerdas el huracán Irene? ¿O las inundaciones en
Tailandia y el sur de China y la sequía mortal en el Cuerno de África?
Las fuertes lluvias causaron deslizamientos masivos de tierra en Brasil,
y gran parte de Europa sufrió una ola de calor sofocante el año pasado.
Es tentador simplificar las cosas y echarle toda la culpa al calentamiento global. Después de todo, nueve de los 10 años más calurosos a nivel mundial se han producido desde 2000, según la NOAA.
Pero el clima puede ser complicado.
El verdadero desafío es averiguar si una tormenta en particular o una
inundación se debió al cambio climático o a las variables naturales,
explica Chris Field, director fundador del Departamento de Ecología
Global del Instituto Carnegie.
El informe de la NOAA, por ejemplo, tomó nota de algunos
acontecimientos que se agravaron por otros factores. Sin embargo, el
cambio climático aumentó los riesgos globales, admitió Field.
"A medida que cambia el clima, estamos cambiando las probabilidades
de condiciones meteorológicas extremas", agregó. Es algo así como elevar
las probabilidades de un accidente de coche cuando se está acelerando.
Las cuatro clases de fenómenos extremos —calor elevado, lluvias
intensas e inundaciones, la duración y la intensidad de las sequías, y
niveles del mar más altos— han cambiado en los últimos 50 años, explicó
Field.
"Cada vez más estamos cargando los dados a este tipo de extremos muy dañinos", advirtió.
Pero eso no quiere decir que cada evento climático se relaciona con el aumento de las temperaturas.
El sur de Groenlandia, el norte de Rusia y el este de dos terceras
partes de Norte América han sentido mayor calor en 2012, pero muchos
lugares, Alaska, Mongolia y la mayor parte de Australia han tenido fríos
anormales.
Si viste la final del tenis en Wimbledon, sabes que el encuentro entre Roger Federer y Andy Murray fue
la primera final varonil que ha sido suspendida por la lluvia. Ha
habido más frío y humedad de lo normal en los últimos meses en las islas
británicas.
El noroeste de Estados Unidos también ha escapado del calor. El estado de Washington acaba de marcar su séptimo junio más frío.
"Cuando tienes un planeta que está más cercano a los niveles más
cálidos, en los registros no significa que en todas las partes del mundo
va a ser caluroso", dijo Jeff Masters, director de meteorología de
Weather Underground.
"Estados Unidos ha tenido la mala suerte de estar en ese tipo de patrón", dijo.
Jake Crouch, un científico del clima en el Centro Nacional de
Información Climática de Estados Unidos, dijo que los patrones del clima
—incluyendo la corriente en chorro o los sistemas océano-atmosféricos
en el Pacífico conocidos como El niño y La niña— tienen un gran efecto sobre el clima.
En 2011, dos episodios de La niña, cada uno caracterizado
por temperaturas más frías que el promedio de agua en el Pacífico
oriental, afectaron significativamente a los eventos climáticos,
incluyendo sequías en el sur de los Estados Unidos y el norte de México,
así como el este de África.
Existe un debate sobre cómo el cambio climático afecta los patrones
de este tipo, pero el último reporte del clima del NOAA indicó que las
olas de calor de La niña son ahora 20 veces más probables de ocurrir que hace 50 años.
Los científicos también analizaron el noviembre más cálido en Gran
Bretaña en 2011, y el frío diciembre de 2010. Dijeron que diciembres
fríos son ahora 50% más probabilidades de ocurrir en la actualidad en
comparación con hace 50 años; mientras que los noviembres cálidos son
ahora 62 veces más probables.
El informe también señala que algunos fenómenos meteorológicos, como
las inundaciones de Tailandia, son influenciados por seres humanos a
través de otros medios.
"A pesar de las inundaciones sin precedentes, la cantidad de lluvia
que cayó en el área de 'influencia' en el río no era muy inusual", según
el informe sobre Tailandia. "Otros factores, tales como cambios en las
políticas de reservas y el aumentó en la construcción en la planicie de
inundación, fueron más relevantes para la escala del desastre".
La temporada de huracanes de este 2012 ha tenido un comienzo fuerte,
aunque el meteorólogo Thomas Downs de Investigaciones de Expertos sobre
el Clima lo atribuyó a un calentamiento cíclico de las aguas del
Atlántico.
"Hemos tenido un comienzo tremendo para el sistema. Estamos en medio
de una fase de calentamiento", dijo. Las aguas más cálidas también
pueden dar lugar a temperaturas más cálidas en la tierra, dijo Downs.
Así puede extenderse la sequía.
Eso significa que los agricultores están sufriendo las consecuencias,
por ejemplo en Estados Unidos, y los consumidores podrían estar pagando
mucho más en la tienda por el maíz, soja y trigo y carne de animales
criados con alimentos de maíz.
También tendrán que pagar más a las empresas de servicios públicos
por el funcionamiento de aparatos de aire acondicionado en el verano.
"En julio, agosto y septiembre, hay una probabilidad superior a la media
de la más caliente que las temperaturas promedio", dijo Crouch.
Tal vez la gente debe acostumbrarse a temperaturas más altas. Las
tendencias apuntan de esa manera, pues una ola de calor que se produce
cada 20 años para el año 2080 ocurrirá cada uno o dos años, explicó
Fields.
El clima extremo que el mundo está viendo ahora es un precursor más,
dijo. "Hay un montón de pasos que pueden tomarse para preparar a las
personas a los extremos climáticos", destacó. "Es una especie de
situación que amerita una reflexión muy seria".