http://libertad.org/ataque-emp-parece-ficcion-pero-es-un-verdadero-peligro-9034/
¿Qué
le pasa a nuestra sociedad si perdemos toda el suministro eléctrico? Un
nuevo programa de televisión que se estrena el próximo mes, Revolution,
explorará esa cuestión. Se situará en un mundo "en el que cada uno de
los elementos de la tecnología (computadoras, aviones, autos, teléfonos,
incluso las luces) se han apagado para siempre de forma misteriosa”.
Eric Kripke, uno de los productores
ejecutivos del programa, comentó que "Hicimos nuestros deberes y surgió
algo que realmente es posible”. Y tiene razón.
Aunque la causa del apagón en Revolution se desvelará en el
transcurso del programa, ciertamente apunta a un pulso electromagnético
(EMP), una amenaza que es, de hecho, posible y para la que Estados
Unidos no está preparado.
El 15 de agosto de 2003, un apagón general ocurrió en el noreste de
Estados Unidos y Canadá, ofreciéndoles a más de 55 millones de personas
un atisbo de lo que podría ser la vida tras un EMP a gran escala. En
este caso, la mayoría de los servicios se restituyó en el plazo de un
día, pero ese no sería el caso después de un EMP. El daño para las vidas
y la propiedad sería inmenso y la devastación subsiguiente continuaría
durante años, por no decir décadas. Pero por desgracia, muchos miembros
de los medios de comunicación han desestimado la idea.
La buena noticia es que Estados Unidos hacer puede muchas cosas para
protegerse de los efectos de un ataque deliberado mediante un EMP por
parte de un enemigo o de un EMP causado por la meteorología espacial,
como una gigantesca erupción solar. Aunque los gobiernos locales,
estatales y federales tienen un montón de trabajo por hacer. La
Fundación Heritage ha urgido al Congreso para que establezca el 15 de
agosto como el Día Nacional de la Concienciación sobre el EMP, para
educar al público y a los legisladores sobre la amenaza y la necesidad
de tomar medidas al respecto.
¿De dónde vendría un EMP?
Un EMP que afecte a Estados Unidos podría provenir de dos fuentes: la
detonación de un arma nuclear a gran altitud o un suceso meteorológico
espacial que ocurra de forma natural, como una gigantesca erupción
solar.
Un estado paria no necesitaría un misil balístico de largo alcance
para transportar una cabeza nuclear. Incluso los misiles balísticos de
corto alcance que transporten un dispositivo de EMP o una cabeza nuclear
lanzada desde un barco junto a la costa de Estados Unidos podrían
afectar a millones de personas. A día de hoy, más de 30 países,
incluidos Irán y Corea del Norte, poseen capacidades de misiles
balísticos.
¿Qué sucedería?
Las analistas de la Fundación Heritage Michaela Bendikova y Jessica Zuckerman han comentado acerca del impacto de un EMP que:
Un ataque con éxito mediante un EMP (una deflagración
de energía electromagnética de alta intensidad causada por una rápida
aceleración de partículas cargadas) cambiaría el mundo de un modo
fundamental. Las aeronaves se caerían del cielo, la mayoría de los autos
serían inoperables y los dispositivos eléctricos fallarían. Las redes
de agua, de saneamiento y eléctricas fallarían simultáneamente. Los
sistemas bancarios, energéticos, de transporte, de producción y
distribución alimentaria e hídrica, los servicios de emergencia e
incluso el ciberespacio se colapsarían.
Llevaría años (posiblemente décadas) el restituir el suministro
eléctrico en Estados Unidos. Las capacidades de recuperación estarían
limitadas de forma crítica y el país se enfrentaría al reto de soportar
los actuales niveles de población. Y probablemente morirían millones de
personas.
¿Qué podemos hacer para impedirlo?
El interés por la amenaza de un EMP decayó tras el colapso de la
Unión Soviética y hoy en día, el Departamento de Seguridad Nacional no
tiene un plan de recuperación nacional en caso de un ataque mediante un
EMP. Hay un gran número de cosas que las fuerzas armadas de Estados
Unidos y la Seguridad Nacional podrían hacer para proteger nuestras
infraestructuras clave de la devastación. Bendikova y Zuckerman explican
que Estados Unidos debería:
· Mejorar y reestructurar sus programas de defensa antimisiles, incluida nuestra capacidad para interceptar misiles balísticos en vuelo.
· Pedir que la administración desarrolle un Plan de Recuperación Nacional. El
primer enfoque debería ser mejorar las infraestructuras de las que
dependen los otros sectores, tales como el suministro eléctrico y las
telecomunicaciones.
· Determinar qué países nos podrían atacar. Estados
Unidos debería elaborar una estimación por parte de los servicios de
inteligencia nacionales sobre qué países están llevando a cabo armas de
tipo EMP o cuáles son ya capaces de lanzar un ataque mediante un EMP.
· Preparar y proteger las infraestructuras de la nación. Por
ejemplo, la infraestructura cibernética depende de la red eléctrica, lo
que hace de ella un reto especial en un escenario tras un EMP.
· Requerir más investigación. Además de aumentar la
concienciación nacional, se necesita más investigación sobre el riesgo
asociado a un ataque mediante un EMP para asegurar que la nación
comprende el alcance total de la amenaza y cómo tapar las principales
brechas de vulnerabilidad.
La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org.
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